Salvini da por roto el Gobierno en Italia y exige elecciones "rápidamente"
El proyecto ferroviario Turín-Lyon, una línea de alta velocidad que enfrenta a Liga y 5 Estrellas, hace saltar por los aires una coalición que llevaba meses en crisis.
Italia, otra vez en el alambre. La última jugada de un país acostumbrado a experiencias de alto riesgo político ha venido de la mano de Matteo Salvini. El viceprimer ministro, titular del Interior y líder de la ultraderechista Liga, ha dado hoy por rota la coalición de gobierno que su partido mantenía desde junio de 2018 con el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y ha exigido elecciones cuanto antes.
Salvini, uno de los personajes del verano por sus imágenes entre chiringuitos y playas, ha retomado el tono ‘formal’ por unas horas y ha trasladado una reflexión al primer ministro, Giuseppe Conte en un breve comunicado. “Acudamos inmediatamente al Parlamento para constatar que no tenemos ya una mayoría. Devolvamos rápidamente la palabra a los electores”, en referencia a la celebración de comicios anticipados.
Inmediatamente después reaccionó el líder del M5S y también viceprimer ministro, Luigi Di Maio, quien abogó por celebrar elecciones pero una vez que el Parlamento apruebe en septiembre una de sus medidas estrella: la reducción del número de senadores y diputados.
“Estamos preparados, el poder no nos interesa y nunca lo ha hecho. Pero una cosa es cierta: Cuando tomas el pelo al país y a los ciudadanos, antes o después lo pagas”, dijo Di Maio, en una advertencia velada a su -aún- socio de Gobierno.
La gota que colmó el vaso
La coalición de Gobierno de Italia lleva varios días tambaleándose, tras meses de polémicas y tensiones acerca de diversas cuestiones. Esto quedó patente el pasado miércoles, cuando los partidos integrantes votaron por separado una serie de mociones sobre la construcción de la polémica línea de alta velocidad entre Turín y Lyon: el M5S en contra y la Liga a favor.
Esta votación, lamentó Salvini, dejó clara la disparidad de criterio pero también “los repetidos insultos” hacía él y su partido.
El líder ultraderechista además descartó que Giuseppe Conte, figura de consenso de ambas formaciones para encabezar el Ejecutivo, pueda remodelar su gabinete u ofrecerles más poder. “No queremos más carteras o ministros, no queremos remodelaciones o gobiernos técnicos. Después de este Gobierno, que ha hecho muchas cosas buenas, solo puede haber unas elecciones”, exigió.
Pues, a su parecer, “es inútil seguir a base de noes y de riñas, como en las últimas semanas”. Los italianos, subrayó, “necesitan certezas y un Gobierno que haga” cosas.
No especificó a quién se refería pero en los últimos tiempos Salvini ha venido amenazando con poner fin a este Gobierno si desde el Cinco Estrellas seguían bloqueando algunas de sus propuestas, sobre todo relativas a infraestructuras y en materia fiscal.
Las elecciones, apuntó, deben ser cuanto antes y para ello “las vacaciones de verano no pueden ser una excusa para perder el tiempo”. Los parlamentarios “pueden volver a trabajar la semana que viene, como han hecho millones de italianos”, manifestó.
El Parlamento italiano ha cerrado sus puertas justamente por las vacaciones estivales y ahora se desconoce cuándo podría el Gobierno de Conte someterse a una votación de confianza.
El jaque de Salvini se produce después de una intensa jornada de negociaciones y reuniones en Roma, en las que incluso ha participado el jefe del Estado, Sergio Mattarella, que volvió de su residencia de verano para entrevistarse con el primer ministro.
Conte posteriormente recibió en Palacio Chigi, sede de la Jefatura del Gobierno, a Salvini y, aunque este salió sin decir ni una mediar palabra, expresó después su opinión en esta crisis mediante el mencionado comunicado.
La ruptura de la coalición ya fue advertida por la oposición tras la votación de la línea de tren, tanto por el Partido Demócrata (centroizquierda) como por la conservadora Forza Italia, de Silvio Berlusconi.
Esta experiencia de gobierno ha hecho aumentar el peso político de Salvini, sobre todo con sus políticas antiinmigración, y de hecho da portazo al Ejecutivo dos días después de lograr la aprobación en el Parlamento de una ley que persigue a las ONG que salvan vidas en el mar.
Los escenarios
La eventual caída del Gobierno en Italia, sin embargo, no implicar necesariamente el fin inmediato de la legislatura, pues se pueden dar varios escenarios.
En primer lugar, Conte puede buscar apoyos parlamentarios para continuar con su mandato y, de no tenerlos, el jefe del Estado puede encargar a otra persona que construya una mayoría, por ejemplo, con la unión entre el Cinco Estrellas y el PD, algo que no fructificó tras los comicios de marzo de 2018.
Si este intento fracasa, Mattarella podría nombrar a una figura de corte tecnócrata que gestione el país temporalmente hasta la celebración de elecciones, una opción que rechazan los dos partidos del Gobierno: para el M5S es una “locura” y para la Liga, “la única alternativa a este Gobierno” serían unas nuevas elecciones.
En cualquier caso las elecciones deberían celebrarse en un mínimo de 45 días y en un máximo de 70 tras la disolución del Parlamento, por lo que los analistas apuntan a que al menos habría que esperar a octubre.
Según un sondeo elaborado el 31 de julio por el Instituto Ipsos para el diario Corriere della Sera y publicado hoy, la Liga de Salvini tendría el 36 % de los votos en unas próximas elecciones generales y alcanzaría el 50,6 % en coalición con la ultraderecha de Hermanos de Italia (7,5 %) y la conservadora Forza Italia (7,1 %). Por su parte, el M5S se quedaría con el 17,8 % y el PD con el 20,5 %.
De nuevo, Italia en una situación política límite. El verano, y no solo el de Salvini, viene ‘calentito’.