Illa: "El siguiente paso lo tiene que dar Aragonès, abrir una Mesa de Diálogo en Cataluña"
Entrevista con el exministro de Sanidad y hoy líder de la oposición en el Parlament: "Cuando pase un tiempo, se verá más claramente el acierto de los indultos".
Una medida de Pedro Sánchez “valiente” y basada en convicciones. Este es el mensaje que lanza Salvador Illa cuando apenas han pasado unas horas desde que los líderes independentistas hayan abandonado las cárceles, con sus penas de prisión extinguidas en virtud de los indultos aprobados por el Consejo de Ministros.
Se trata, explica en esta entrevista con El HuffPost el exministro de Sanidad y ahora líder de la oposición en el Parlament, de iniciar un nuevo tiempo político en Cataluña y en España en el que se busque la concordia. Ni la amnistía ni la autodeterminación son viables, recuerda el dirigente del PSC, que cree que el siguiente paso lo tiene que dar ahora el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. ¿Y cuál debe ser? Una Mesa de Diálogo entre los propios partidos catalanes, que debería convocarse antes que la prevista entre los gobiernos central y autonómico.
Illa está “esperanzado” y dice que toca dialogar, pero con una línea roja: no se puede traspasar de forma unilateral el marco de convivencia. Su propuesta pasa por alcanzar acuerdos entre los partidos catalanes para profundizar en el autogobierno y luego someterlos a la votación de la población catalana, pero rechaza de lleno un referéndum sobre la independencia. Está en contra de votar sobre una ruptura. Y de otra cosa está seguro: “Cuando pase un tiempo, se verá más claramente el acierto de los indultos”.
¿Para qué cree que van a servir los indultos aprobados por el Consejo de Ministros?
Para impulsar la apertura de un nuevo tiempo político en Cataluña y, por ende, en España. Un tiempo político nuevo que los socialistas catalanes venimos reclamando desde hace meses y por el que llevamos trabajando mucho tiempo. Que deje atrás diez años que han sido objetivamente muy malos para Cataluña y para España. Para Cataluña, en términos de generación de riqueza -ha perdido el liderazgo económico-, en términos de prestigio de las instituciones y en términos sociales, la convivencia se ha deteriorado.
Los indultos impulsan definitivamente este tiempo nuevo, y es de concordia, de mirar hacia el futuro, de diálogo entre catalanes. Debe regirse por dos reglas, un método y una línea roja.
¿Cuáles son las dos reglas?
Son simples, pero a la vez revolucionarias, al menos en la política catalana. Una es decir la verdad, no mentir y dejar de hacer planteamientos que no son viables como la amnistía y el derecho de autodeterminación. Bastaría con que se dijera en público lo que se reconoce en privado. La segunda: unir, no dividir. La independencia no es el punto de encuentro de la sociedad catalana. Hay mucha gente que la defiende, pero muchos más la rechazamos. Pero tampoco desde el inmovilismo. El punto de encuentro habrá que buscarlo, a nuestro juicio, en el refuerzo de la profundización del autogobierno.
¿El método?
Es el clásico en política democrática: el diálogo que dé paso a unas negociaciones que culminen en acuerdos o en pactos.
¿Y la línea roja?
Espero que hayamos aprendido todos, aunque con dolor en algunas ocasiones, el respeto al marco de convivencia. Es decir, rechazo a la ruptura unilateral del marco de convivencia. Nosotros estamos esperanzados, vamos a poner en este tiempo político todo de nuestra parte para que sea fructífero para la sociedad catalana y española.
Es un paso bastante arriesgado que da el Gobierno de España, ¿le toca ahora dar uno al independentismo?
La decisión que ha tomado el Consejo de Ministros, más que de arriesgada, la calificaría de valiente y de ingente. Es verdad que no es fácil de tomar. El Gobierno está obligado a pronunciarse sobre las peticiones de indultos, cualquiera que hubiera sido la decisión habría generado aristas. El siguiente paso lo tiene que dar la Generalitat, el presidente de la Generalitat, y tiene que consistir en abrir a la mayor brevedad posible, tendría que ser hoy mismo, una Mesa de Diálogo en Cataluña, porque el problema es principalmente entre catalanes. Se tiene que resolver mediante el diálogo y el pacto entre catalanes. Esta mesa de diálogo tendríamos que integrarla aquellos representantes que los ciudadanos eligieron el 14-F. Los distintos grupos parlamentarios deberíamos ser convocados y tendría que liderar este diálogo el presidente de la Generalitat. Deberíamos escucharnos, respetarnos y buscar entre todos este punto de encuentro. Esto es de la máxima importancia y tiene que ser previo a la apertura de la otra Mesa de Diálogo entre el Gobierno de Cataluña y España.
Una de las grandes dudas es si volverán a repetir los independentistas ese 1-O. ¿Lo harán o cree que no pasará?
Creo que no. La cosa es muy sencilla, si se vuelve a repetir, se aplicará el Estado de Derecho y se volverá a actuar para restaurar la legalidad. Esto no va pasar.
No sé si ha visto la sesión de control en el Congreso…
Algunas partes.
¿Qué le parece la reacción del PP que ha pedido la dimisión de Sánchez y la convocatoria de elecciones?
Me parece sobreactuada, poco inteligente y poco leal. Un partido que ha gobernado España, que tiene aspiraciones de volver a hacerlo, debe actuar con más sentido de Estado y más lealtad. Debería exigirse al menos la misma lealtad que los socialistas tuvimos con el Gobierno de Mariano Rajoy en un momento muy complicado. La sobreactuación de estos días no es buena para nadie, y en particular para el PP. Pero, en fin, cada uno toma sus decisiones y hace lo que estima conveniente.
El próximo martes se reunirán Pedro Sánchez y Pere Aragonès en La Moncloa. ¿Qué espera?
Espero que se sienten las bases de una relación franca, sincera, institucional, como corresponde a los presidentes de España y de la Generalitat. Que siga ayudando a encauzar políticamente una relación y un diálogo para que Cataluña pueda pasar página a diez años malos. Me gustaría que fuera un impulso para la agenda del reencuentro.
En Lledoners se escuchaban los gritos de amnistía. ¿La descartan totalmente por parte del PSOE y del Gobierno?
Puedo hablar en nombre del PSC, lo que hay que hacer es unir. Nadie ha estado privado de libertad por defender un proyecto independentista, nuestra Constitución lo permite plantear y defender. Han estado privados de libertad por romper un marco de convivencia, generando mucho dolor a sí mismos pero también a muchos catalanes y españoles. Y planteando una cosa inviable, como es la amnistía, en un régimen democrático y que no tiene cabida en nuestra Constitución, lo único que se hace es crear unas expectativas acompañadas de frustración.
El PP les acusa de que van a pactar un referéndum sobre la autodeterminación, que es lo que pide el presidente de la Generalitat. ¿Lo descarta también?
Lo hemos descartado desde el principio. El derecho de autodeterminación se aplica en colonias, y Cataluña no lo es, y en Estados autoritarios, y España es una de las veinte democracias más plenas por todos los índices. Por lo tanto, no tiene aplicación. No estamos a favor del derecho de autodeterminación. Es más, lo hemos combatido en Cataluña, así que lecciones pocas en ese sentido. A lo que sí estamos dispuestos y abiertos es a que si se llega, como nos gustaría que fuera el caso, a un acuerdo entre las formaciones políticas de Cataluña en materia de autogobierno, someterlo a la consideración de la ciudadanía de Cataluña. No hay que olvidar que la nuestra es la única comunidad autónoma que tiene vigente un Estatuto distinto al que votaron los ciudadanos. Por lo tanto, estamos a favor de votar un acuerdo, pero en contra de votar una ruptura.
El Gobierno ha dicho que los indultos son un inicio, pero que queda un camino muy largo. ¿Habrá que recorrer mucho trecho para llegar a algún tipo de solución?
Las prisas no son buenas consejeras. Hay que ir haciendo camino, hay que tener métodos de trabajo. Insisto: esto nacerá cojo si no se convoca una Mesa de Diálogo en Cataluña. Algunos parece que tienen muy claro que hay que dialogar pero sólo cuando a ellos les conviene y a quienes les conviene. Oiga, hay que dialogar en Cataluña también. Si no se convoca también en Cataluña, el diálogo nace cojo. El diálogo, tanto en Cataluña como entre gobiernos, tiene que tener una metodología. Las prisas son malas consejeras. Hay mucho trabajo por hacer, en primer lugar restablecer lealtades y confianzas que han quedado rotas durante años y que son imprescindibles para llegar a acuerdos. Por tanto, creo que hay que ir con prudencia y paciencia.
Los indultos son una medida polémica y el propio Gobierno reconoce que va a tardar tiempo para ser comprendida por la sociedad española. ¿Cree que con el tiempo se entenderán?
Son decisiones nada sencillas y se tienen que tomar en base a convicciones. Es lo que ha hecho el Gobierno de España y, en particular, el presidente del Gobierno, y no en base a estados de opinión. Lo que hay que hacer es explicarlo. Cuando uno lo hace convencido, la explicación es siempre más sencilla. Ya estamos viendo cómo la sociedad española va a ir viendo la necesidad de esta decisión. Puedo entender que haya personas en Cataluña y en España que tengan dudas, pero es una medida a favor de la concordia y dirigida al conjunto de la sociedad catalana y española. Sin ánimo de ofender a nadie, está incluso más dirigida al conjunto de la sociedad española que a los destinatarios concretos. Es una invitación a la concordia, y de reforzamiento incluso del Estado de Derecho. Estoy seguro de que cuando pase un tiempo se verá más claramente el acierto con esta decisión.
Han pasado unos años donde ganaba siempre la polarización en Cataluña. En las elecciones del 14-F, el PSC fue la primera fuerza. ¿Cree que la sociedad catalana adopta más ese mensaje de reencuentro? ¿Va a calar?
Creo que está calando ya, es lo que percibo. Si me permite, algo sabemos de esto, llevamos unos años muy duros en Cataluña. Nadie lo ha pasado bien. Este año de pandemia también nos ha enseñado que el camino es el de la coordinación, el de la lealtad. Ya no sólo a nivel español, sino también a nivel europeo. En este contexto, intentar levantar fronteras es un camino erróneo, cuando hemos visto que Europa consigue un plan de vacunación. No tiene sentido que Cataluña salga de Europa, porque salir de España es salir de Europa. El camino pasa por trabajar juntos con lealtad, respetándonos, permitiendo que la diversidad española en cuanto a territorios se pueda expresar. Trabajando juntos, un proyecto común compartido entre los catalanes y el resto de españoles.
Menciona a Europa, ¿la decisión de los indultos quita argumentos a los independentistas fuera de España?
Creo que es un reforzamiento de la democracia española y del Estado de Derecho. Me parece que, desde el punto de vista de la reputación de nuestro país, ayuda. Insisto en que España es una democracia asentada, plena, la Justicia española es una de las más reputadas a nivel europeo e internacional.
¿Se cree que a partir ya del sábado no llevemos mascarilla?
Pienso que el comportamiento de la sociedad española en momentos muy duros ha sido ejemplar. Se han pedido sacrificios muy importantes a la sociedad española que han sido atendidos de forma ejemplar. Me parece razonable, e incluso aconsejable, que siempre que la situación epidemiológica lo permita, vayamos relajando estas medidas. El uso de la mascarilla es una medida muy emblemática que tuvimos que adoptar para garantizar que se cortaba la propagación del virus. Ahora gracias al buen desarrollo del plan de vacunación, me parece que si se puede relajar, es una medida que estimo pertinente que se adopte por parte de las autoridades sanitarias y del Gobierno.