Reino Unido acusa a Rusia de los grandes ciberataques internacionales entre 2015 y 2017
Y lo certifica con un "alto grado de confianza".
El Ministerio de Exteriores británico ha acusado formalmente a la agencia de espionaje militar rusa, el GRU, de estar detrás de diversos ciberataques contra organismos, medios de comunicación, bancos y otros objetivos en diversos países entre 2015 y 2017.
Basándose en datos del Centro de Ciberseguridad Nacional británico (NCSC), el Gobierno británico ha señalado a Moscú como responsable de ataques a redes de transporte, prensa y bancos en Ucrania, una base de datos internacional de atletas y el Comité Nacional Demócrata estadounidense.
"Estos ciberataques no responden a un interés legítimo de seguridad nacional", ha argumentado en un comunicado el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt.
"Las acciones del GRU son temerarias e indiscriminadas. Intentan minar e interferir en elecciones de otros países. Incluso están preparados para dañar a compañías rusas y ciudadanos rusos", ha agregado el jefe de la diplomacia del Reino Unido.
Entre otras cosas, el NCSC cree con un "alto grado de confianza" que la inteligencia rusa es responsable del programa malicioso BadRabbit, que bloquea ordenadores y pide un rescate por revertir el daño.
Ese software afectó en 2017 a la red de metro de Kiev, el aeropuerto de Odesa (Ucrania) y el Banco Central de Rusia, según el Gobierno británico.
El Reino Unido también cree que Rusia está detrás del ataque en 2017 a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), que llevó a la divulgación de historiales médicos de atletas.
Acusa asimismo a los espías de Moscú de haber lanzado un ataque contra un canal de televisión británico, del que no ofrecen más detalles, entre julio y agosto de 2015. Los autores obtuvieron acceso a cuentas de correo y material de la compañía.
Hackers rusos también son responsables, según el Foreign Office británico, de un ataque al Partido Demócrata de Estados Unidos en 2016 que llevó a la divulgación de diversos documentos de la formación.
"Este patrón de comportamiento demuestra su intención de operar sin preocuparse por la legislación internacional ni las normas establecidas, y de hacerlo con una sensación de impunidad y sin consecuencias", ha acusado Hunt.