Raül Romeva: "Hoy somos nosotros, mañana puede ser cualquiera"
El alegato final del antiguo conseller de Asuntos Exteriores se ha basado en la petición de "no atender a tergiversaciones ni exageraciones"
“Reitero las expectativas de que el Tribunal pueda examinar los hechos sin atender a exageraciones ni tergiversaciones por parte de las acusaciones. Estas han buscado castigar una ideología; lo cual me preocupa personalmente”. Así ha comenzado Raül Romeva su alegato final en el juicio del procés.
Su turno, el segundo de los encausados, ha llegado inmediatamente después del de Oriol Junqueras. El antiguo conseller de Asuntos Exteriores también ha apostado por “la política y el diálogo” frente a la “fuerza, que nunca ha conducido a ningún sitio bueno”. Y ha buscado refutar un panorama, según él, falso: “Las hipótesis, los planteamientos y los interrogatorios se han basado en un sesgo ideológico en absoluto disimulado. Las conclusiones finales han dibujado un panorama diferente al real. No por repetida mil veces, una mentira se hace verdad”.
“Las acusaciones han querido construir un marco mental basado en un odio contra España, contra el Estado. Y como hemos venido argumentando y probando es falaz e irresponsable”, ha puntualizado, para continuar explicándose. “Falaz porque no ha podido mostrar ni una prueba pero además si escucharan y empatizaran con los dos millones de personas que llevan años expresando su deseo íntimo de ser parte de una república catalana y manifestándose en paz, comprobarían que no es el odio lo que mueve a estas personas”.
“Y es irresponsable -ha proseguido el que fuera eurodiputado y posterior conseller- porque el odio nunca ha solucionado nada; solo genera más odio y alimenta a quienes viven del odio. Lo han dicho las defensas: aquello que unen a dos millones y cada día más personas es la incomprensión de cómo el Estado sigue sin dar una respuesta política a un problema político”.
El senador electo por ERC y suspendido por la Mesa de la Cámara Alta También ha hablado de derechos fundamentales: “Lo que hay es una firme defensa de los derechos fundamentales: de reunión, de expresión... a disentir, a protestar. Ello debe llevarnos a entender que esta causa nos afecta a todos los que queremos construir un mundo más respetuoso con las diferencias. Apelo a construir una realidad en la que no haya presos políticos, porque hoy somos nosotros pero, si aceptamos esto, mañana puede ser cualquiera”, ha señalado antes de un breve silencio.
“En una situación de conflicto hay que poner los medios para escuchar a todo el mundo. Era y sigue siendo mi condición. A pesar de que el 80% de la población en Cataluña insiste en que esa es la condición y el Estado no quiere: muchos quieren votar que sí; muchos quieren votar que no. Pero quieren votar. Hacer un referéndum, incluso si es ilegal, no es delito”.
“No estamos sentadas 12 personas, sino más de dos millones”
“Siempre he defendido que el ejercicio del derecho de autodeterminación debe ejercerse sin violencia. No encontrarán palabras diferentes en mí. Con la fuerza no van a convencer a aquellos que ya se sienten expulsados por este Estado ni a aquellos que quieren votar. Con la fuerza, no”.
Sobre este punto, ha añadido que “una relación basada en el uso de la fuerza nunca ha llevado a ningún sitio bueno. La solución a esta situación se llama política y, más allá, democracia. Nosotros somos políticos haciendo política. Nada más y nada menos”.
“Ustedes ahora tienen que decidir. Pido solo que en este banquillo no estamos sentados solo 12 personas, sino más de dos millones representado en estas 12 personas. Esos dos millones esperan que haya una decisión valiente; ellos no van a cambiar su opinión solo por lo que pase en el Juicio”.
Pase lo que pase, ha reconocido Romeva, “nosotros seguimos con la mano tendida, con creencias a favor de la Justicia, la Libertad, la Igualdad, para resolver los problemas que nos afectan a todas y a todos. Y seguiremos mirando a los ojos a nuestros hijos con dignidad, la misma dignidad de quienes luchan por los derechos humanos en todo el mundo”.
“Nos encontramos, como dijo el letrado Andreu Van den Eynde -que defiende al propio Romeva y a Junqueras y a quien han citado otros acusados- ante una oportunidad. Creo que todos deberíamos convertir esta oportunidad en una puerta que nos permita seguir creciendo desde el respeto y la libertad”, ha concluido su largo alegato, notablemente más extenso que el de Junqueras.
Raül Romeva está acusado de los delitos de rebelión agravada con malversación, por lo que podría ser condenado a 16 años de prisión, como pide la Fiscalía. El antiguo responsable de relaciones exteriores lleva en prisión preventiva desde marzo de 2018 tras haber permanecido encarcelado previamente entre el 2 de noviembre y el 4 de diciembre.