¿Quieres ser uno de los protagonistas del documental benéfico '#QuédateEnCasa'?
El 15 de marzo, cuando todos supimos que tendríamos que quedarnos confinados durante el tiempo que durase la crisis del Covid-19, me surgió la duda sobre cómo se podría hacer un documental de lo que estamos viviendo estos días si no podemos salir de casa.
Por supuesto, desde los medios de comunicación y RRSS se está narrando lo que ocurre en millones de hogares españoles, sin embargo, creo que a nadie se le escapa que muchos testimonios no llegarán a conocerse y que otros tantos acabarán sepultados entre todo el ruido informativo.
Lo más probable es que en pocos meses perdamos, o directamente borremos, los vídeos que hicimos de nuestra vecina cantando ópera desde su balcón. Y hagamos lo mismo con los vídeos de los aplausos de las 20:00, o con el de aquel señor tan gracioso que vimos por la ventana gritándole al mundo que se aburría.
Pero peor aún, también borraremos el vídeo del médico que nos pedía que no olvidásemos en el futuro apostar por la ciencia; así como el testimonio de una trabajadora de una residencia de ancianos, que explicaba por qué es tan importante cuidar a nuestros mayores.
Y al final, a medida que vayamos perdiendo toda esta información, también olvidaremos las lecciones que pudimos sacar y las situaciones que nos indignaron, así como todas las emociones –positivas o negativas– por las que hemos estado pasando estos días.
Por ello les propuse a amigos y familiares que participasen de un experimento: un documental construido a partir de vídeos en los que hablasen de sus experiencias, sus emociones y sus reflexiones durante la cuarentena. La idea era crear un diario audiovisual que pudiera responder a tres simples preguntas: qué pensamos, qué vimos y qué hicimos durante todo este periodo.
Poco a poco empezaron a llegarme testimonios de personas de mi círculo más cercano y ellos a su vez compartieron la iniciativa con sus contactos. Hoy tengo unas tres horas de metraje total y más de 80 vídeos recibidos, muchos de ellos de gente que no conozco de nada. Y de este modo, el documental #QuédateEnCasa ha ido tomando forma y se ha convertido en un proyecto con dos objetivos: por un lado pretende ser un cuaderno de bitácora de toda la sociedad, donde todo aquel que quiera podrá participar y enviar su registro de lo ocurrido durante sus días de cuarentena; por otro lado, si conseguimos el material audiovisual suficiente para que el experimento funcione, lucharemos para que el documental pueda estrenarse de un modo u otro y que los beneficios generados puedan destinarse a alguna causa relacionada con la crisis sanitaria que estamos viviendo actualmente.
Participar es muy sencillo: simplemente tienes que grabarte –en formato horizontal y sin editar el vídeo, sin logos comerciales ni música de fondo– contando cómo te está afectando esta situación, mostrando qué estás haciendo estos días para entretenerte, qué piensas, qué sientes, qué está ocurriendo a tu alrededor o simplemente lo que te gustaría que quedase reflejado. Después envíame el vídeo al correo docuquedateencasa@gmail.com.
Y es realmente curioso, porque la radiografía que se está conformando con cada historia que me llega, pese a no poder desprenderse de un halo de tristeza, también genera cierta esperanza y da la sensación de que puede surgir de todo este proyecto algo verdaderamente emocionante.
Irremediablemente, me encuentro con relatos muy duros de personas que cuentan cómo es la vida en hospitales o en residencias, de enfermos de coronavirus y algún devastador testimonio de familiares que han perdido a sus seres queridos.
Otros vídeos se acercan más a la reflexión y hablan de lo que se está aprendiendo a valorar durante el encierro: el ruido de las calles, la libertad, el poder estar con quienes queremos, valorar nuestro tiempo...
Y existe un tercer tipo de historias: son aquellas que desprenden una extraña alegría y un optimismo difícil de explicar. Una alegría que, contaminada por lo que está pasando, quizá sea más gris de lo habitual, pero que sin embargo no deja de estar llena de verdad.
Y sí, entre todo este caos de historias veo cierta esperanza. Porque son historias de personas fuertes que aguantan, personas fuertes que aprenden y personas fuertes que no pierden la sonrisa.
La posibilidad de participar en el documental seguirá abierta hasta que acabe el periodo de confinamiento, y si tienes cualquier duda puedes encontrarme en las RRSS del Documental #QuédateEnCasa.