Qué puedes hacer si ya te han vacunado pero a tus hijos no
La vacunación de los padres no influye directamente en la situación de los hijos, pero sí de forma indirecta.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció recientemente que en agosto se alcanzará el 70% de inmunizados en España y que la semana del próximo 19 de julio ya habrá 25 millones de personas con la pauta completa. Sin embargo, para los niños, la vacuna todavía queda lejos.
Aunque los nuevos ensayos pediátricos de Pfizer muestran que su vacuna también es segura con niños a partir de 12 años, aún quedan meses para que este grupo de edad se tenga que arremangar para recibir su dosis.
“Lo más probable es que los niños no estén vacunados hasta finales de este año o principios del siguiente”, sostiene el pediatra Steven Abelowitz. Eso sí, subraya que son solo especulaciones, no datos.
Esto significa que los padres pronto vivirán varios meses en los que estarán inmunizados, pero sus hijos no. ¿Qué formas hay de gestionar esa próxima “nueva-nueva normalidad”?
Cuando estés vacunado quizás pienses que tu situación cambiará por completo, pero recuerda que la covid-19 también puede afectar gravemente a los niños, que deberán seguir las mismas recomendaciones que en los últimos meses, advierte Abelowitz.
Los niños deberán seguir llevando mascarilla, lavándose las manos con frecuencia y evitando las multitudes y los espacios cerrados mal ventilados, igual que han estado haciendo este último año.
En Estados Unidos se ha dado luz verde a que los adultos completamente vacunados pasen tiempo con los niños en espacios cerrados sin mascarilla, siempre y cuando esos niños no sufran comorbilidades que les hagan especialmente vulnerables contra la covid-19.
Eso quiere decir que si hay algún adulto a quien tu hijo quiere mucho y ese adulto está completamente vacunado, no es ninguna locura permitir que estén juntos en una casa sin mascarillas. Evidentemente, el riesgo cero no existe, pero las probabilidades de contraer y transmitir el virus son muy bajas una vez que has recibido las dos dosis y has dejado pasar unas semanas para generar una inmunidad completa.
En definitiva, es la luz al final del túnel para muchos abuelos, tíos y cuidadores.
Hay que dejar clara una cosa: que los padres estéis vacunados no afecta directamente a las probabilidades de vuestro hijo de contraer la covid-19. Eso solo es cierto en el caso de que tu hijo aún sea lactante, ya que cada vez hay más pruebas de que los anticuerpos contra el coronavirus se transmiten a través de la lactancia.
Dicho de otro modo, si tus hijos se exponen al coronavirus en el colegio o en el transporte público, la vacuna que te pusieron a ti no les va a cambiar en nada la situación a ellos.
Lo que es cierto es que la vacunación de los padres sí influye indirectamente en el riesgo de los hijos:
“Lo que hemos aprendido a través de numerosos estudios epidemiológicos es que los niños se infectan sobre todo a través de las personas con las que conviven”, expone David Cennimo, pediatra especializado en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de Nueva Jersey. “Por lo tanto, si los padres se vacunan, es muy improbable que traigan el coronavirus a casa”.
“Desde un punto de vista matemático, si los padres ya están vacunados, los hijos tienen muchas menos probabilidades de contraer el virus”, explica Cennimo.
No obstante, todavía falta mucho para la inmunidad de rebaño necesaria para ofrecerles una protección más directa.
¿Estás pensando en llevar a tus hijos a jugar con alguno de sus amigos? ¿O quizás quieres hacer una escapada familiar? Las directrices que han estado vigentes durante este año siguen siendo las mismas: estar al aire libre es más seguro. En su defecto, los espacios interiores bien ventilados y amplios son mejores que los pequeños y mal ventilados. Estar en grupos pequeños es más seguro que en grupos grandes.
Pero ahora hay otro factor que añadir a la ecuación: qué adultos están ya vacunados y cuáles no.
“Si yo tuviera que llevar a mi hijo a una quedada con otro amigo en su casa, me gustaría saber si los adultos de esa casa están vacunados o no, porque el riesgo cambia”, comenta Cennimo.
Si toda esta situación todavía se te hace cuesta arriba, no estás solo. Con los hijos, no existen las decisiones sencillas, y menos durante una pandemia, pero hay que seguir mirando por ellos.
Los padres deberían tener la autonomía para sopesar los riesgos y los beneficios de permitir que sus hijos se lo pasen bien y vean a sus amigos o no, afirma Cennimo.
“La gente tiene que evaluar su situación y hacer lo que crea conveniente dentro de los márgenes que permiten las recomendaciones y las restricciones”, concluye.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.