¿Qué puedes hacer si sospechas que una amiga sufre violencia de género?
Pregúntale cómo está, escúchala sin juzgar, hazle sentir que no está sola, que tiene una amiga o un amigo con quien puede contar, créela aunque lo que te cuente suene a ciencia ficción...
Mujeres de distintas partes del mundo y que son supervivientes de la violencia de género se han unido para lanzar un decálogo que incluye varios consejos sobre cómo actuar ante la sospecha de tener una amiga que es víctima de maltrato. El objetivo de esta lista de recomendaciones es contribuir a que la sociedad actúe como agente de cambio contra este tipo de violencia y sepa cómo ayudar a las mujeres para que "rompan su silencio".
El texto, que incluye "diez mandamientos" de "amor contra el maltrato", se ha elaborado durante el I Encuentro Internacional de la Red de Mujeres de la Fundación Ana Bella, celebrado desde el 12 de febrero hasta este jueves en Madrid en colaboración con Facebook.
La Fundación Ana Bella ayuda a mujeres maltratadas que se convierten en supervivientes y en agentes del cambio que ofrecen su ayuda a otras que sufren este tipo de violencia. Ha tejido una red mundial con cerca de 20.000 de mujeres con el objetivo de que las víctimas reciban el apoyo para comenzar una nueva vida.
"Pregúntale cómo está, escúchala sin juzgar", "Hazle sentir que no está sola, que tiene una amiga o un amigo con quien puede contar", "Créela aunque lo que te cuente suene a ciencia ficción", "No le digas lo que tiene que hacer, pregúntale ¿Cómo te puedo ayudar?", o "Explícale con mucha paciencia por qué cree que está viviendo en una relación tóxico", son los cinco primeros mandamientos recogidos en el documento consensuado por y para las supervivientes.
El objetivo del decálogo de consejos es contribuir a que la sociedad actúe como agente de cambio contra la violencia de género y sepa cómo ayudar a las víctimas. "Empatiza, ponte en su lugar, involúcrate sin decidir por ella", "Respeta su ritmo, su tiempo para decidir, aunque necesite varios intentos antes de dejar la relación definitivamente", "Comparte tu historia de superación para que utilice para que utilice tu ejemplo en positivo"; "Acompáñala a buscar ayuda profesional y a acercarse a los recursos disponibles" y "Recuérdale lo mucho que vale, lo valiente que ha sido por romper el silencio y agradécele que haya confiado en ti", rezan las otras recomendaciones del texto.
Al encuentro internacional han asistido mujeres supervivientes de España, Rumanía, Guatemala, Canadá, USA, Ecuador, Cuba, Bolivia, Perú, México, Argentina y Colombia. La propia Ana Bella, impulsora de la fundación, ha relatado su historia de superación para reivindicar la difusión de los testimonios "en positivo" de superación. "Yo simplemente soy una mujer superviviente que me atreví a soñar", ha declarado.
"En el mundo hay millones de hombres maravillosos con los que empezar relaciones sanas y ser muy felices", ha proclamado al inicio de su intervención. Pero ha recordado que en España "uno de cada diez hombres" maltratan a su pareja.
Uno de ellos fue su marido, quien durante once años la maltrató. "Me decía que me pegaba porque me quería, que si no me quisiera me habría dejado hace tiempo", ha explicado. Pero una noche, según ha contado, se "armó de valor", cogió a sus cuatros hijos y se fue a denunciar.
Se encontraba "sin dinero, sin casa y sin trabajo". "Lo único que tenía era un documento al salir de la casa de acogida que certificaba que era una víctima de violencia de género", ha apuntado, precisando que con esa acreditación podía reclamar la renta activa de inserción, que en el año 2002 ascendía a 320, y actualmente a 426 euros.
"300 euros y cuatro hijos, me vine abajo", ha recalcado. Fue entonces cuando cogió la "fuerza" para "reinventarse" y alcanzar el "éxito". "Todas y todos nos merecemos ser felices desde el momento en que nacemos. No fui nunca a pedir la renta de inserción porque yo sabía que estaba capacitada para ganar más de 300 euros, y empecé a ser feliz porque me atreví a romper el silencio", ha incidido.
Frente a casos como el suyo, Ana Bella ha apuntado que en Europa hay 62 millones de mujeres maltratadas y solo "el 14% pide ayuda". "Son invisibles", ha lamentado, para después afirmar que muchas mujeres "sufren un terror silencioso" pero "no se sienten reconocidas" en mujeres que ocultan su rostro para denunciar o que terminan siendo asesinadas.
Por eso, según ha aseverado, ése fue el motivo por el que hace años decidió acudir a Canal Sur para contar su historia en positivo, un hecho impulsó la creación de la Fundación y todas las acciones que desde ella se promueven.
Desde la Fundación Ana Bella se ofrecen recursos, soluciones y ayuda emocional a las víctimas de violencia de género para que recuperen su vida no como víctimas dependientes de un subsidio sino como mujeres victoriosas y felices, según sostiene la organización.
El modelo se está extendiendo a otros países, como México. De hecho, otra de las supervivientes de la Red, Ana Téllez, mexicana de 36 años, ha precisado que allí "las cifras de feminicidios son muy altas" y, a pesar de que hay leyes para "proteger" a las mujeres "no se llevan a cabo".
Según ha relatado, ella se "autoliberó" del maltrato de su agresor hace más de dos años. "Salí de la relación y quería ayudar. Hay que decir a las mujeres que no se queden calladas, que no están solas, que son valientes, que tienen que salir y que el agresor no tiene derecho a pisotearlas".
También Macarena, de 49 años y procedente de Sevilla, ha contado su historia de superación tras 23 años sufriendo violencia de género. "La primera agresión física que sufrí fue el día antes de mi boda por comprar la puerta de un mueble de la cocina de un color que no le gustaba", ha dicho.
Pero le perdonó, porque "te enseñan a perdonar y a dar segundas oportunidades", y se casó con él. "Fue el mayor error de mi vida, aunque he aprendido mucho", ha relatado Macarena, quien tuvo hijos con su exmarido y precisamente ese fue el motivo por el que tardó tanto en denunciar su situación. "Me mantuvo con él el instinto de protección a mis hijos", ha afirmado, para después recalcar que, si en 23 años de maltrato no pudo con ella, "nadie" podrá.