Qué implica que el BCE no suba los tipos en las fechas previstas
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha anunciado la paralización de las nuevas alzas en los tipos, previstas para 2019. Además, también ha anunciado nuevas subastas de liquidez para impulsar la actividad económica a través de los créditos bancarios.
Las declaraciones de Draghi acompañaban la publicación de un informe que anunciaba varias reformas en la aplicación de las políticas monetarias previstas para este año. Unas reformas que tratan de devolver la normalización a la economía y sortear los impactos de la desaceleración que vive el planeta.
Como era de esperar, además de que así lo llevamos comunicando desde hace semanas, la primera decisión que se ha llevado a cabo es la paralización de las nuevas subidas de tipos que preveía el Banco Central Europeo para mediados de este año. Para el organismo, las nuevas subidas se pospondrán hasta que la situación económica y el entorno se normalicen.
Los riesgos que vive el mundo debido a diversos problemas como los auges y tensiones proteccionistas, los elevados niveles de endeudamiento o la desaceleración de diversas economías emergentes han llevado al Banco Central ha retomar las políticas de estímulos que aplicó durante el año pasado, devolviendo la tranquilidad a la economía, al menos, con la paralización de las subidas en los tipos.
Ante la desaceleración generalizada que vive el planeta, el Banco Central Europeo ha mostrado un comportamiento más cauto con las retiradas graduales de estímulos que estaba realizando. Una nueva subida de tipos podría poner en serios riesgos a la economía, acelerando la desaceleración y provocando una recesión, como bien a anunciado Draghi.
Por ello, las nuevas alzas en los tipos de interés tendrán que esperar, previendo que se realicen a finales de 2019 o principios de 2020. Todo dependerá del comportamiento de la economía, así como de la evolución que vivirán los ritmos de crecimiento de las economía, los cuales ha anunciado que, para la Unión Europea, caerán hasta el 1,1%... unas previsiones bastante negativas, aunque ya previsibles.
Junto al BCE, la Reserva Federal también mostró un comportamiento similar. Con la desaceleración que vive la economía estadounidense, así como el incierto y dubitativo entorno comercial que experimenta Estados Unidos, debido a las tensiones con China, la economía ha comenzado a desacelerarse, llegando a prever unos ritmos de crecimiento inferiores en casi un punto porcentual para el 2019.
Por ello, ante semejantes pronósticos, la FED ha decidido cambiar por completo su política de comunicación, anunciando, al igual que lo ha hecho el BCE, una paralización en las nuevas alzas de tipos que se preveían para este año, pues el entorno no muestra el suficiente optimismo como para alzar los tipos, pudiendo, con ello, asfixiar la economía.
Como vemos, los bancos centrales muestran una actitud bastante cauta ante el comportamiento que está experimentando la economía global. La desaceleración global es un hecho. El crecimiento del PIB Mundial ha pasado del 3,7% que vimos en el 2018, a un 3,5% que se prevé para este año: un -0,2%.
Para la economía China, la principal afectada por los auges proteccionistas, los ritmos de crecimiento previstos dejan un ritmo de crecimiento del 6,6%. Un ritmo de crecimiento que se rebaja en un 0,6% del crecimiento vivido en 2018; a su vez, el peor registro de las últimas tres décadas.
En el caso de Estados Unidos, la desaceleración que experimenta su economía provocará unos reajustes en su crecimiento económico que lo situarán en ritmos cercanos al 2,5%. Un crecimiento que cae por encima del punto porcentual tras cosechar ritmos de crecimiento del 3,7% durante el 2018. Como vemos, una clara muestra de la desaceleración en el país, aunque, cabe mencionar, que debemos seguir muy pendientes de la evolución en las negociaciones con China.
Para Europa, como ha anunciado Draghi, las previsiones arrojaban ritmos de crecimiento inferiores al 1,5%. Según el presidente del BCE, éstas se situarán en torno al 1,1%, mostrando una leve recesión para la zona euro, que crecía a ritmos del 2,2%. Otra fuerte rebaja que muestra claras evidencias de que las decisiones adoptadas por el organismo han sido las óptimas.
Por último, y no por ello menos importante, nos encontramos con las economías emergentes. Unas economías muy importantes para el crecimiento de la economía mundial y que soportan un gran porcentaje del crecimiento económico global. Ante las dificultades que están viviendo con la depreciación de las materias primas, así como las condiciones de financiación y los bloqueos, las previsiones para estas no muestran grandes caídas, pero si una fuerte moderación en los ritmos de crecimiento.
Como podemos ver, el comunicado que ha hecho el Banco Central Europeo, ante semejante entorno, parece ser el más favorable para la economía. Y digo favorable por el hecho de que gran parte de las tensiones que están debilitando la economía y que frenan su crecimiento vienen por la confrontación de determinados países por la defensa de sus propios intereses económicos. Ante una resolución de los mismos, éstos ritmos de crecimiento podrían revertirse.
Junto a esta paralización en las alzas, el Banco Central Europeo ha anunciado, además, algunas acciones complementarias que tienen como fin la reactivación de la economía. Entre ellas, nos encontramos con nuevas subastas de liquidez al 0% para la banca (TLTRO III), con el objetivo de que transmitir la política monetaria a la economía. El fin de esto es facilitar que las condiciones de financiación de la banca sigan siendo las favorables y que haya más facilidades en la concesión de préstamos a las empresas y las familias.
Las condiciones que tendrán estas nuevas subastas serán muy favorables para la inyección de liquidez a la economía y las familias, dando, como hemos dicho, facilidades a la banca para devolver a la economía una mayor actividad. Estas subastas tienen un vencimiento a dos años y, como ha anunciado Draghi, se dividirán a los largo del año, clasificando las inyecciones por trimestres. Según el Banco Central Europeo, estas medidas darán un gran respiro a la economía, al igual que ha ocurrido en las dos ocasiones que se adoptaron políticas semejantes.
Como podemos ver, los organismos comienzan a pronunciarse ante un debilitamiento generalizado de la economía. Aunque ya se podía percibir en la economía, el mensaje de debilidad que ha lanzado el presidente Draghi ha asustado bastante a los mercados, que han sufrido grandes caídas en la bolsa tras el comunicado. Especialmente en el sector de la banca, que sigue viendo unas condiciones de financiación que no favorecen, para nada, la evolución de su ROE.
Por último, aún tenemos que esperar a ver las soluciones que se llevan a cabo en el entorno geopolítico. Debemos entender, como hemos dicho, que gran parte de las causas que nos han llevado a esta situación han sido consecuencias provocadas por determinadas actuaciones políticas. Por ello, de revertirse estas decisiones, podríamos ver, también, un impacto positivo en las economías y un giro de 180 grados en la tendencia, hasta ahora, bajista.