¿Qué ganan y pierden los partidos con elecciones anticipadas?
Los partidos, ante las posibles elecciones en abril
España irá a las urnas el próximo 28 de abril. El Congreso de los Diputados ha tumbado los presupuestos generales de Pedro Sánchez. Un varapalo parlamentario de tal magnitud sólo lo había vivido Felipe González en 1995, lo que ha provocado que el presidente decidiera adelantar la cita electoral,
Pero, ¿quiénes ganan? ¿Y pierden? ¿Qué tienen a favor unos y otros de cara a unas elecciones anticipadas? ¿Cómo llegan los partidos?
A favor:Los socialistas pueden vender a partir de este momento un relato electoral de que se han unido contra ellos esos "extraños compañeros de cama" de la derecha y de los independentistas. Estos días han empezado a desplegar los argumentos de que han intentado el diálogo y buscar una solución al conflicto catalán frente a la cerrazón de los soberanistas y a la mano dura por el Partido Popular y Ciudadanos.
Además, Ferraz puede vender su intento de presupuestos, que eran las cuentas con más gasto social de la historia de España (aumento del 60% de la partida en dependencia, eliminación del copago farmacéutico, 1.620 millones de euros en becas, permiso de paternidad de ocho semanas...)
De convocar las elecciones, el presidente entiende que los sondeos electorales le son favorables. En el último CIS, cuestionado por toda la oposición, se da la victoria al PSOE, con un 29,9% de los votos (7,3 puntos más que en las elecciones de 2016). Asimismo, los socialistas tienen también en cuenta un reciente sondeo del Índice de Opinión Pública (IOP), de Simple Lógica, socio de Gallup en España, que les presenta como vencedores con un 25,4%, mientras que por detrás estarían PP (17,9%), Ciudadanos (17%) y Podemos (13,9%).
Dentro del socialismo, otro de los análisis que se hace es que también ahora se puede frenar más a Vox, del que se desconoce el techo electoral que puede tener, y principalmente que se puede arañar mucho voto del centro tras la foto de Albert Rivera y Pablo Casado junto a Santiago Abascal en la concentración de la plaza de Colón.
En contra: En la primera cita electoral desde que Sánchez llegó a La Moncloa, en las pasadas elecciones andaluzas, el PSOE sufrió un duro varapalo al perder la Junta de Andalucía tras 36 años de gobierno por la ola de la derecha y la desmovilización de su electorado. Todo ello ante la sorpresa generalizada y el fallo absoluto de todas las encuestas. Puede volver a ocurrir lo mismo.
Sánchez puede vender el relato de un presidente que resiste frente a la pinza, pero también durante estos meses la oposición ha construido la imagen de un presidente 'okupa', vendido al independentismo y derrochón con sus viajes en Falcon. Y las consecuencias no se sabrán hasta las urnas y si hay una sorpresa como pasó en el sur. Los barones del PSOE están advirtiendo de que en muchas comunidades está calando el discurso anticatalán.
Y, sobre todo, hay una nueva variante en juego: la necesidad de bloques. Sánchez, cumpliéndose sus pronósticos, podría ser la primera fuerza, pero con Unidos Podemos a la baja y en plena guerra interna podría no darle la suma frente a las derechas. Además, reeditar en una investidura la mayoría de la moción podría ser difícil teniendo en cuenta el estado de las relaciones con el independentismo, cuyos movimientos están marcados por el juicio de procés que acaba de arrancar el Tribunal Supremo.
A favor: El líder del PP, Pablo Casado, lleva semanas exigiendo la convocatoria de las urnas. Y el principal argumento expresado en público y en privado es que quiere exportar a La Moncloa la fórmula andaluza: un gobierno de derechas pactando con Ciudadanos y Vox. En Génova 13 dicen que no se creen la última encuesta del CIS, que les hundía hasta la cuarta posición con apenas un 14% de los votos. Mantienen que serán la primera fuerza en el espectro de la derecha y además insisten en que en este espectro son el único partido que puede hacer pivotar un pacto a tres.
Casado arrancó ya la maquinaria electoral desde las andaluzas, de tournée por toda España sin parar. La decisión de Sánchez el viernes le pillará en Soria. El análisis que hace es que se han rearmado ideológicamente y pueden volver a ser la casa común del centro derecha. Y ha empezado a intentar desgastar a los de Albert Rivera sembrando dudas sobre si podrían pactar luego con los socialistas.
En contra: Un fin de semana en abril no gusta tanto en Génova como ahora en La Moncloa. En el PP prefieren el superdomingo de mayo. Dicen que por ahorrar en gastos electorales, pero en esa fecha podrían concentrar un discurso anticatalán en todas las comunidades y municipios que creen que les beneficiaría a la hora de agrupar a los votantes en las distintas elecciones.
Además, el PP se enfrentará a las elecciones en las que más fragmentada está la derecha. Existe miedo por el techo electoral que puede llegar a alcanzar Santiago Abascal, del que dependerían para llegar a La Moncloa. Sobre todo, si les quita votos y que haya sorpasso por parte de Ciudadanos. Ese sería el escenario más diabólico. Asimismo, a la vez se está celebrando el juicio del procés, y una de las acusaciones la ejerce el 'número dos' del partido verde, Javier Ortega Smith. Un altavoz incalculable en una cuestión tan delicada para la derecha y la ultraderecha. En la concentración del pasado domingo ya se vio como era más aplaudido Abascal que el propio Casado. Además, dentro del PP se advierte de que el seguidismo de Vox puede llevar al partido a perder los votantes del centro y ahí es donde se ganan las elecciones.
A favor: La formación de Pablo Iglesias es que la que llega más baja en las encuestas dentro de los cuatro grandes partidos. Unas elecciones que esperan tengan el punto revulsivo y de reacción a la irrupción de Vox, el miedo a que suceda un pacto a la andaluza y el desencanto de votantes de izquierdas del mandato de Sánchez.
Durante la precampaña los morados podrán vender que las medidas sociales de este Gobierno han sido influenciadas principalmente por ellos y la necesidad de que el partido esté por primera vez gobernando junto al PSOE para ser el contrapeso a un socialismo que se deja tentar por las grandes corporaciones y el bipartidismo. En Podemos aguardan que las mujeres -que se movilizarán el 8-M- también se decanten principalmente por la izquierda.
En contra: Los morados llegan en plena guerra interna a esta primavera. La elaboración de las candidaturas para las municipales y las autonómicas han supuesto todo un cisma, con la creación de plataformas externas al partido de simbólicos políticos como Manuela Carmena e Íñigo Errejón.
Asimismo, las encuestas dan a la baja a los de Iglesias, un líder que ya no despierta gran esperanza a tenor de los sondeos del CIS. Está el hándicap de la suma: a Unidos Podemos solo le valdría poder aunar escaños con el socialismo frente a las derechas. No tienen más opción de movimiento. Además, puede haber perdido votantes que vuelvan al PSOE por medidas más a la izquierda de Sánchez.
A favor: Los de Albert Rivera están encantados con la idea de un adelanto electoral. De hecho, lo quieren "cuanto antes". Creen que su discurso sobre Cataluña y el 155 ha calado frente a la imagen de un presidente vendido al independentismo. Y, además, en el núcleo duro naranja creen que tiene mucho margen en los votantes de centro: por la radicalización hacia la derecha de Pablo Casado. No es casualidad que aparecieran banderas LGTB y de Europa en la concentración de Colón junto a los naranjas. Y hacen un análisis: en Andalucía fueron los principales beneficiados de los votos fugados del PSOE. Pescar a los dos lados.
En contra: Ciudadanos se quedó descolocado en la moción de censura, momento álgido en las encuestas y con las aspiración de ser la primera fuerza. Parte de su discurso de renovación en la derecha se ha visto menguado por la llegada de Pablo Casado al PP. Y está por ver principalmente el coste electoral que puede tener para los naranjas el acercamiento a Vox en Andalucía y la foto junto a Abascal en Colón. Una cosa es una autonomía y otra el Gobierno central. ¿Estarán sus socios europeos dispuestos a que pacten con la ultraderecha a las puertas de unas europeas? Eso podría hacer que no pudieran sacar tajada tampoco en el electorado de centro izquierda.
A favor: Los de Santiago Abascal son teóricamente los más beneficiados con la celebración de unas elecciones. Empezando por la premisa básica de que por primera vez entrarán en las Cortes Generales. Y después de la sorpresa en Andalucía no se sabe hasta qué número de escaños pueden lograr. En el pasado CIS se vaticinaba que lograrían ya hasta un 6,7%.
En una encuesta publicada este mismo miércoles de Celes-Tel para eldiario.es se recogía esta entrada de Vox en el Congreso hasta con 20 diputados y casi el 9% de los votos, lo que contrarrestaría la caída del PP y haría que el trío de derechas con Cs tuviera más del 50% de votos. Todo esto con el partido de Abascal ejerciendo de acusación en el juicio del procés y capitanenado la mano dura contra el independentismo.
En contra: El factor sorpresa de Vox empieza también a ser menos sorpresa. En las elecciones andaluzas muchos ciudadanos optaron por esta opción sin ahondar en todos sus postulados. Y ya se han visto algunas de sus propuestas más duras más allá de la unidad de España: derogación de la ley de violencia contra género, contra la memoria histórica, eliminación de las leyes LGTBI, devolución de inmigrantes sin papeles... Además, se han demostrado contradicciones como querer eliminar las autonomías y ahora estar sentados en el Parlamento andaluz con cargos como la presidencia de una comisión o un asiento en la Mesa de la Cámara. Por otro lado, Pablo Casado se está afanando en recuperar votantes de Vox con medidas duras y con la ayuda de José María Aznar.