Qué está pasando en Alemania, que marca récords de muertes por la pandemia
Merkel pide responsabilidad a los ciudadanos cuando el país supera los 300 casos por 100.000 habitantes a pocos días de la Navidad.
Una vez más, y aunque suene manido y simplón, el coronavirus está dando una lección de humildad. Alemania, faro durante la primera ola por su buena gestión de la pandemia, registra ahora cifras récord de muertes y contagios, muy por encima de las de los países del entorno.
La canciller Angela Merkel compareció este miércoles de una forma inusual en el Bundestag para pedir a los ciudadanos, con la voz entrecortada, que se queden en casa y, más concretamente, que eviten el consumo de productos en los populares mercadillos navideños. “Lo siento, de corazón, por todos aquellos que sufren la dureza de la situación”, dijo, en referencia a las restricciones aprobadas hasta el 10 de enero; “es duro, pero 590 muertos en un día no es una cifra aceptable”, sentenció.
Efectivamente, el debate sobre los presupuestos del Estado se producía justo el día en que Alemania alcanzaba una cifra de muertes por coronavirus nunca antes vista en el país: 590 en 24 horas.
Los alemanes no han vivido hasta la fecha un confinamiento estricto como el de otros muchos países europeos, pero ahora el Gobierno se plantea un cierre total de los comercios y una limitación en la actividad escolar, que durante toda la pandemia ha sido presencial. Desde noviembre, y al menos hasta el 10 de enero, permanecen cerrados bares, gimnasios, museos, salas de conciertos y restaurantes, que sólo permiten servir comida para llevar. Parece que no está siendo suficiente, y Merkel suplicaba este miércoles “prudencia” a los ciudadanos, sobre todo de cara a las navidades.
“Si ahora tenemos demasiados contactos y luego resulta que esta fue la última Navidad con los abuelos, será que tal vez algo hicimos mal”, afirmó la líder alemana visiblemente emocionada. En Alemania, como en España, se permitirán reuniones de hasta 10 personas en Navidad.
El país germano ha notificado este viernes 29.875 casos nuevos de coronavirus —6.000 más que el día precedente— y 598 muertes, marcando otro récord. Alemania tiene una incidencia acumulada a 14 días de 311 contagios por 100.000 habitantes, cuando España baja de los 200.
Casos nuevos diarios de COVID-19 en Alemania (azul) y España (rojo) desde enero a diciembre:
Muertes diarias por COVID-19 confirmadas en España (azul) y Alemania (rojo):
Dentro de la gravedad de la situación alemana, conviene contextualizar los datos y aclarar que Alemania, con 83 millones de habitantes, tiene casi el doble de población que España, donde viven 47 millones de personas.
Durante la primera ola, Alemania no llegó a notificar más de 6.000 contagios diarios, y registró su pico máximo de muertes a finales de marzo, con 510 en un día. Los servicios sanitarios no colapsaron y el rastreo funcionó. Ahora que ha superado con creces las cifras de primavera, la población se pregunta qué ha fallado, mientras que a los expertos no les sorprenden tanto estos datos.
“En términos generales, quienes evitaron un golpe importante al principio de la pandemia han tenido más facilidad para sufrirlo después”, señala Javier Padilla, médico y autor de Epidemiocracia (Capitán Swing).
El no haber padecido con tanta dureza la primera ola es un factor de vulnerabilidad en esta segunda —entre otras cosas por la falta de inmunidad y de concienciación de la población—, pero en el caso de Alemania no es el único.
David Bernardo, inmunólogo del Instituto de Biología y Genética Molecular, apunta al frío invernal como una de las causas que han agravado esta segunda ola en Alemania. “En España está empezando a llegar el frío estos días, pero hasta ahora la gente ha hecho vida en las calles”, comenta. Con mínimas de -1ºC y máximas de 2ºC, cuesta hacerse a la idea de quedar al aire libre en Berlín, por poner un ejemplo.
Todo esto se refleja en la facilidad para la transmisión de enfermedades respiratorias. “En España, la epidemia de gripe se da en enero y febrero, cuando hace más frío, se ventila menos, la gente pasa más tiempo en casa, etcétera”, explica Bernardo. En cambio, “en Alemania, Dinamarca o Suecia el pico de la gripe es en noviembre o diciembre”, ilustra.
El desbordamiento del sistema de rastreo también podría explicar el hecho de que a Alemania le esté costando llevar las riendas de la epidemia en esta segunda ola. Prácticamente desde el principio, el país apostó por un refuerzo en la vigilancia epidemiológica. En junio, aprobó una partida de 4.000 millones de euros para los servicios de Salud Pública, con el objetivo de ampliar los equipos técnicos de las oficinas locales para llegar a tener al menos un rastreador por cada 4.000 habitantes. En ese momento, España tenía aproximadamente un rastreador por cada 13.000 personas.
“Alemania era de los pocos países con una estructura de salud pública preparada para hacer frente a la pandemia”, afirma Javier Padilla. No obstante, esas estructuras se quedan cortas cuando las cifras epidemiológicas suben por encima de lo esperado.
“Hasta hace poco, en Alemania estaba todo controlado porque el trazado de contactos y los aislamientos funcionaban”, explica Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). “Pero cuando las cifras se han ido a más de 150 contagios por 100.000 habitantes, los servicios de vigilancia epidemiológica no han podido abarcar todo, porque son demasiados casos”, argumenta.
Los contagios han llegado además a las residencias de ancianos, donde la propagación y la mortalidad crecen con facilidad, y donde no se había puesto en marcha una estrategia clara hasta hace poco.
Dentro de lo malo, que Alemania sufra ahora lo peor de la pandemia es positivo. “El factor tiempo es muy importante”, sostiene Padilla sobre el caso alemán. “Aplanar la curva también quiere decir que tu peor situación llegue lo más tarde posible, porque con eso se consigue tener una preparación mucho mayor que la que se tuvo al principio, y más margen para amortiguar los daños en esta segunda ola”, razona.
Cabe recordar que Alemania, con sus 83 millones de habitantes, ha registrado 20.372 víctimas mortales en toda la pandemia. España, con una población de 47 millones de personas, acumula 47.019 muertes por coronavirus, según los datos del Ministerio de Sanidad. Y si se mira la gráfica del exceso de mortalidad en estos dos países, que usando la media de otros años calcula cuántas muertes más de las que cabría esperar ha habido en un período de tiempo, España queda mucho peor parada.