Putin advierte de que el riesgo de un conflicto mundial “sigue siendo muy alto”
Acusa a Occidente de continuar abasteciendo de armas a Kiev y hacer "caso omiso a sus declaraciones sobre su intención de hacerse con un arma nuclear".
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha afirmado este miércoles en un discurso con jefes de inteligencia de exrepúblicas soviéticas que el riesgo de un conflicto global que amenace al antiguo espacio soviético sigue siendo muy alto, por lo que ha recomendado aumentar la seguridad en torno a las infraestructuras críticas.
“El potencial de conflicto en el mundo entero, y a nivel regional, sigue siendo muy alto. Están apareciendo nuevos riesgos y desafíos para la seguridad colectiva, principalmente como resultado del fuerte agravamiento de la confrontación geopolítica internacional”, ha dicho el presidente ruso.
Rusia, ha enfatizado, es consciente de las intenciones de Ucrania de usar una bomba sucia -un explosivo convencional enriquecido con material radiactivo que se desprende cuando la bomba estalla-, a pesar de que tanto Kiev como sus aliados occidentales han rechazado la acusación de Moscú y han expresado sus temores a que Moscú la esté utilizando como pretexto para una mayor escalada de la guerra. El mandatario va más allá: Kiev tiene planes de emplear esa bomba sucia con elementos radiactivos y, también, de hacerse con armas nucleares, que no tiene porque entregó su arsenal cuando la URSS se desintegró.
Se trata de las primeras declaraciones del líder ruso sobre la bomba sucia después de que Moscú acusara hace unos días a Kiev de protagonizar presuntos preparativos para el empleo de ese armamento, lo que fue rotundamente negado por Ucrania.
En sintonía con las palabras de Putin, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, también ha afirmado hoy que su Gobierno continuaría “enérgicamente” defendiendo ante la comunidad internacional sus sospechas sobre que Ucrania tiene la intención de detonar una bomba sucia, un explosivo que nunca ha usado ningún ejército regular.
Justo hoy, Rusia ha efectuado unas maniobras de sus fuerzas nucleares estratégicas, llamadas Grom (Trueno), presididas por videoconferencia por el propio Putin. Durante los ejercicios, los primeros desde el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania en febrero, se realizó un simulacro de “lanzamiento nuclear masivo por parte de las fuerzas estratégicas ofensivas en respuesta a un ataque nuclear enemigo”, según informó el Ministerio de Defensa.
Experimentos de EEUU
Según Putin, Occidente continúa abasteciendo de armas a Ucrania y “hace caso omiso a las declaraciones de Kiev sobre la intención de hacerse con un arma nuclear”. Ucrania, añade, “ha perdido, de facto, su soberanía” y “es gobernada directamente desde Estados Unidos”, que la utiliza como un “ariete contra Rusia”. Además, en opinión del jefe del Kremlin, Washington ha convertido el territorio ucraniano en un “polígono para experimentos biológicos y militares”.
El Kremlin aseguró este miércoles que continuará sus esfuerzos diplomáticos para advertir a la comunidad internacional del posible uso de una “bomba sucia” por Ucrania, ya que esa amenaza aún persiste. “Tenemos información que prueba que existe la amenaza del uso de una bomba sucia por parte de Ucrania. Tenemos información que dice que Ucrania se prepara para ese sabotaje terrorista”, declaró Peskov.
Este martes, Moscú planteó ante el Consejo de Seguridad de la ONU sus acusaciones sobre los supuestos preparativos de Ucrania para usar una bomba sucia en su propio territorio, una cuestión que las potencias occidentales ven como un intento de Moscú de sembrar desinformación.
Kiev ha negado repetidamente las acusaciones rusas y ha solicitado una visita de expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para despejar cualquier duda. El pasado 24 de octubre, la agencia nuclear de la ONU confirmó que enviaría una misión de inspectores a dos instalaciones nucleares de Ucrania ante las acusaciones rusas sin que se sepa, por el momento, la fecha de su llegada al país.
La OTAN advierte de que “no se dejará intimidar”
El secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, ha respondido poco depsués a Putin, advirtiéndole de que “la OTAN no se dejará intimidar ni dejará de apoyar el derecho de Ucrania a la defensa propia, durante el tiempo que sea necesario”.
“El presidente (ruso, Vladímir) Putin está fracasando en el campo de batalla” y por ello “está respondiendo con más ataques indiscriminados en las ciudades ucranianas, contra civiles y contra infraestructuras críticas. Y con una peligrosa retórica nuclear”, ha añadido.
Frente a las maniobras del Kremlin, a los que ha vuelto a negar cualquier opción de “bomba sucia”, Stoltenberg ha apuntado que, “cada semana, las fuerzas ucranianas se hacen más fuertes y están mejor equipadas” mientras la OTAN sigue reforzando al mismo tiempo sus propias defensa.
“Estamos reforzando la presencia de la OTAN desde el mar Negro hasta el Báltico. Los aviones de combate de Canadá ayudan a mantener sus cielos seguros. Y miles de tropas francesas, holandesas, belgas y estadounidenses están en Rumanía para disuadir la agresión”, ejemplificó. Para Stoltenberg, esos despliegues envían el “claro” mensaje de que “la OTAN está preparada para defender a Rumanía y a todos los demás aliados”.
¿Mediación del papa?
El portavoz de la Presidencia rusa, por otro lado, ha asegurado que están “dispuestos a debatir todo esto (la situación en Ucrania) con los estadounidenses, con los franceses y con el pontífice”, después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, explicase el lunes que en su reunión con Francisco le pidió que llamase a Putin, al patriarca de la Iglesia ortodoxa, Kiril, y al presidente estadounidense, Joe Biden, para impulsar un proceso de paz en Ucrania.
Hoy, el pontífice argentino ha reclamado una paz duradera en Ucrania. “No olvidemos rezar, continuar con la oración por la atormentada Ucrania. Que el Señor proteja a ese pueblo y nos guíe a todos por el camino de la paz duradera”, dijo durante la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro, en un nuevo llamamiento para acabar con el conflicto.