Los presupuestos aterrizan en el Congreso con la vista puesta en ERC y PNV
El Gobierno tratará de recabar los apoyos necesarios para la aprobación de unas cuentas que inician su tramitación parlamentaria este miércoles.
Tras meses de dura negociación, el PSOE y Unidas Podemos lograron acordar el proyecto de los que serán los Presupuestos Generales del Estado (PEG) con mayor gasto social de la historia de España. Pero ese solo era el primer paso de un camino que ahora deberá terminar de andarse en el Congreso. Este miércoles, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentará las cuentas para el 2022 en las Cortes dando lugar al inicio de su tramitación y, necesariamente, a la vuelta a la mesa de negociación.
El Gobierno de coalición ha confeccionado unas ambiciosas cuentas de carácter expansivo dirigidas a consolidar la recuperación económica en un momento clave para el país, por la llegada de los fondos procedentes de la Unión Europea. Para que los PEG pasen del papel a ser una realidad será necesario recabar el apoyo suficiente para su aprobación en el Congreso. Y eso significa conseguir el visto bueno de una mayoría para la que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) serán esenciales.
En el punto de mira del Ejecutivo se sitúan ambas formaciones, que ya fueron determinantes en el pasado para la aprobación de los anteriores presupuestos, los primeros de la actual legislatura. Montero les calificó como interlocutores “prioritarios”. En cuestión de aritmética política, la coalición suma 155 escaños. Para alcanzar la mayoría absoluta necesita los 13 de los republicanos catalanes, los seis de los vascos y al menos dos más de una amplia lista de partidos que componen el arco parlamentario. Quizás no tan extensa, puesto que Partido Popular, Vox y Ciudadanos han anunciado su rechazo frontal.
En el tejado de Esquerra y PNV
Este mismo lunes, la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, recordaba al Ejecutivo que su formación estaba “muy lejos” de dar su apoyo a las cuentas. Incluso señalaba que si se debatiesen ese mismo día votarían en contra y que tampoco descartaban la enmienda a la totalidad. Se trata de una cuestión de la que ya había dado pistas el portavoz de los republicanos en el Congreso, un Gabriel Rufián que aseguraba que el Ejecutivo tendría que “sudar” si quería el voto favorable de Esquerra.
Tampoco hay nada fijo en el bando del PNV. El lehendakari Íñigo Urkullu, de esta misma formación, era preguntado el sábado durante un acto oficial sobre si apoyarían las cuentas. Prudentemente, el mandatario vasco explicó que lo desconocía y que no le compete a él esa negociación. Sí se refirió a la que ha sido una de sus constantes recordatorios: cumplir con todos los compromisos adquiridos para el desarrollo del Estatuto de Gernika, es decir, del autogobierno de Euskadi.
La negociación, como mínimo, se prevé ardua y a todo tren. Esto último porque los intereses de ambos partidos nacionalistas podrían llegar en forma de exigencias sobre el ámbito ferroviario, tal y como ha recogido El País. De hecho, fue la propia Vilalta la que reconoció que el traspaso de las Cercanías catalanas, Rodalies, es “muy relevante”. No obstante, la republicana no llegó a concretar si sería determinante o formaría parte de unas condiciones que harán públicas próximamente. También flota en el aire el choque entre Generalitat y Gobierno por la retirada de la inversión millonaria para ampliar el aeropuerto de El Prat, tras las protestas que acumuló el proyecto.
En el caso del PNV, la petición podrá llegar en forma de un impulso final a la alta velocidad. Fue el propio lehendakari el que ejerció presión para que se culminasen las obras del AVE durante una visita a Bilbao del rey Felipe VI y de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. La otra gran cuestión pendiente es el traspaso de la competencia del Ingreso Mínimo Vital (IMV).
El calendario para aprobar las cuentas
Este miércoles está previsto que la ministra de Hacienda entregue el denominado ‘libro amarillo’ a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en el Salón de los Pasos Perdidos. Ese será el inicio de una tramitación que comenzará con la reunión de la Mesa del Congreso para calificar el proyecto, acordar su calendario y publicarlo días más tarde en el Boletín Oficial de las Cortes Generales. Este proceso tendrá prioridad ante cualquier otra iniciativa.
Así, los presupuestos podrían ser sometidos a su primera votación en sesión plenaria durante la última semana de este mes de octubre. Sin embargo, antes le tocará el turno a las comparecencias de altos cargos del Gobierno y organismos públicos que podrán solicitar los grupos parlamentarios, un plazo que deberá ser fijado por el órgano de gobierno del Congreso.
Tras dichas explicaciones a realizar en comisiones, llegará un momento clave en el que las formaciones tendrán que decidir si presentan enmiendas a la totalidad. Cuestión que con toda probabilidad ocurrirá, tras las posturas de rechazo mostradas desde la derecha. Esto supondría que el anteproyecto volvería al Ejecutivo y sería debatido la siguiente semana.
En este supuesto, el 27 o el 28 de octubre serían las jornadas que podrían acoger el primer examen del proyecto presupuestario. Nuevamente, la titular de Hacienda deberá defender las cuentas en el Pleno del Congreso. En el mejor de los casos, es decir, que superen ese primer debate, el proyecto pasará a la fase de la discusión de su articulado y de las enmiendas parciales. Primero se realizará en ponencia, a puerta cerrada, y después pasará a manos de la Comisión de Presupuestos, en noviembre.
Con estos pasos se alcanzaría el punto de inflexión. Los presupuestos volverían a las Cortes, en la segunda o tercera semana de noviembre, para que cada una de sus secciones -de los distintos Ministerios- sean votadas. Es crucial que el Gobierno tenga los apoyos necesarios tanto en la Comisión como en el Pleno, pues si cae una sola parte, todo el proyecto acabaría tumbado.
Este es el complicado camino que debe recorrer el Gobierno para sacar adelante uno de los pilares de su proyecto de recuperación económica. Y en su recorrido todavía deberá seducir a ERC, PNV y a alguno de los aliados con los que contaron el pasado año como: EH-Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria (PRC) o Teruel Existe.