Por qué llamamos 'katiuskas' a las botas de agua
Hay que echar la vista atrás hasta 1931.
Es tiempo de katiuskas. Las botas de agua han comenzado a salir de nuevo de los armarios con la llegada de las primeras lluvias del otoño. El origen de este popular calzado se remonta hasta 1817, cuando el Duque de Wellington las popularizó en Reino Unido. En un primer momento el material que se utilizaba para fabricarlas era el cuero, pero se cambió por la goma o el plástico en 1852.
El duque hizo que en Inglaterra las botas se conocieran como wellies. En España, sin embargo, son las katiuskas de toda la vida. La culpa de que se las llame así la tiene una zarzuela estrenada en 1931.
El Museo del Traje ha explicado en su cuenta de Twitter que se popularizó el nombre de este calzado después del estreno de Katiuska, la mujer rusa, una obra lírica del compositor Pablo Sorozábal que se representó por primera vez en el Teatro Victoria de Barcelona en enero de 1931.
La protagonista de la zarzuela vestía unas botas de caña alta similares a las que se llevaban en días de lluvia. Se puede observar en la fotografía de la revista Guión que ha compartido el museo y que se conserva en el Museo del Teatro.
El nombre katiuska se acuñó porque las mujeres acudían a las zapaterías pidiendo “unas botas como las que llevaba Katiuska en la obra”. El resto es historia.