¿Por qué fraudes como los de Paco Sanz y los padres de Nadia nunca sucederán en un 'crowdfunding'?
Sus casos corrieron como la pólvora. Entrevistas, reportajes, seguimientos en medios de comunicación... La urgente necesidad económica y la agonía que mostraban los protagonistas como si de un reality show se tratase, hizo que España se volcara con infinitas muestras de solidaridad. El resultado: Paco Sanz, también conocido como “el hombre de los 2.000 tumores” consiguió a través de donaciones altruistas más de 350.000 euros; los padres de Nadia, por su parte, consiguieron recaudar una suma que se acercaba a los 430.000 euros.
Actualmente, los padres de la pequeña han sido condenados por estafa continuada y agravada, y cumplen condena en prisión por utilizar la enfermedad de su hija para recaudar cientos de miles de euros y emplearlos en fines particulares. Y a Paco Sanz, junto con sus padres y una amiga, se les atribuyen delitos de estafa, apropiación indebida y blanqueo de capitales.
Estos individuos sin escrúpulos jugaron, a través del chantaje emocional, con los sentimientos y el dinero de muchas personas conmovidas por su situación e hicieron inevitablemente que sobre las recaudaciones de fondos sobrevolara el halo de desconfianza. Pero, ¿por qué esto no sucedería jamás en Gofundme?
En primer lugar, Gofundme es consciente de lo importante que es ofrecer un entorno seguro y fiable tanto a las personas que crean las campañas como, especialmente, a aquellos usuarios que deciden contribuir donando. Por este motivo, la plataforma trabaja diariamente con el objetivo de ofrecer un contexto seguro e idóneo, haciendo especial hincapié en dos aspectos: el rastreo de las campañas y el seguimiento especializado de expertos. Es decir, por un lado, cada campaña es sometida a un rígido procedimiento de verificación antifraude, con la posibilidad incluso, si fuera necesario, de recurrir a consultas policiales; y por otro, la empresa cuenta con un equipo especializado en seguridad que examina de manera personalizada cada campaña. Motivos por los cuales los casos de mal uso en la plataforma constituyen menos del 0.001%.
Estas no son las únicas herramientas sin embargo, con la que cuenta la compañía para evitar fraudes como los de los padres de Nadia o Paco Sanz. Cuando la policía destapó ambas estafas, uno de los principales inconvenientes que encontraron a la hora de reparar, en la medida de lo posible, el engaño era la imposibilidad de devolver las donaciones.
Pues bien, la plataforma de recaudación de fondos cuenta en este sentido con la Garantía Gofundme. Se trata del primer y único aval en el mundo del micromecenazgo mediante el cual el donante está completamente amparado en el hipotético caso de existir un fraude. Así pues, esta cláusula establece que en el caso de que una campaña se encuentre bajo la sospecha de que las donaciones no van a parar a su destinatario, tales aportaciones pueden venir reembolsadas a su emisor. Dicha garantía, de hecho, es la que obliga a la compañía a trabajar con un procesador de pagos. Es decir, una entidad externa que retiene las donaciones antes de llegar a su beneficiario. Esto último, que a priori podría parecer un impedimento más que una ventaja, es una acción imprescindible para llevar a cabo comprobaciones de seguridad y asegurar la fiabilidad de la campaña antes de que el dinero llegue a su destinatario.
Los fraudes han existido siempre, a grande y pequeña escala. El timo de la estampita, el de los trileros, el tocomocho... La llegada de internet ha facilitado la vida de todos, pero también ha abierto un camino para engaños más sofisticados. Sin embargo, las historias de éxito en el mundo del crowdfunding son el ejemplo perfecto del potencial positivo que tiene la red y por supuesto, demuestra que el micromecenazgo seguro puede cambiar la vida de las personas. Por ello, Gofundme trabaja diariamente en ofrecer a su comunidad la posibilidad de acudir a una plataforma transparente, fiable y con todas las garantías de seguridad.