Políticos orgullosos: cómo salieron del armario y la importancia de su visibilidad
Cuentan sus experiencias Felipe Sicilia, Fran Ferri, Joan Mena y Jaime de los Santos.
Días de reivindicaciones, de Orgullo, de lucha por los derechos, de banderas arcoíris. Visibilidad. Aunque sea julio del 2021, todavía falta mucho por hacer y mucha gente todavía se resiste a salir del armario. Algo que ha pasado durante décadas en la política española, donde apenas ha habido referentes. Se contaban con las dos manos.
Muchos dirigentes están dando el paso y, además, las nuevas generaciones que se sientan en las cámaras de representación entienden que tienen que contar su experiencia y que deben ser escuchados por la sociedad. Ellos dicen que echaron en falta durante años eso en la política, que les faltó ese mensaje durante la adolescencia. Hoy lo relatan en primera persona.
Fran Ferri es el actual portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas. Cuenta que fue saliendo del armario poco a poco: “Lo típico. Si mis hermanas no lo tienen que decir, ¿por qué yo? Así que cuando tuve pareja la llevé a casa”. “Mi madre me preguntaba dónde iba y le decía que a unos encuentros LGTBI de colectivos. En casa fue así. De las personas más cercanas a las que no se lo había dicho era a mi abuela, que se enteró el día que salió la noticia en los periódicos, en la tele y en la radio de que en la lista de Compromís iba una persona visible, que era yo”.
“Mi abuela me preguntó. ‘¿Por qué lo has tenido que decir?’ Le dije: ‘Cuando era adolescente me hubiera ayudado mucho tener referentes, que alguien como yo lo hubiera dicho, que hubiera gente como yo en la tele y en los espacios públicos’. Y mi abuela me contestó: ’Pues mira, hijo, tienes razón”. Entonces se sentaron a hablar horas: “Me empezó a contar historias de la gente del pueblo, de primos”.
A Compromís llegó a través de un colectivo LGTBI: “Ya había salido del armario cuando entré en el partido. Cuando me hicieron secretario general de los jóvenes, empecé a montar el ir al Orgullo y participar activamente en las manifestaciones. No había mucho activismo. Hice que mi partido, el Bloc, tuviera ese movimiento. A partir de entonces fue una de las manifestaciones más importantes para el partido”. Repite todo el rato: “visibilidad”. “Tiene que ser un tema transversal, es importante que la gente LGTBI salgamos del armario y luchemos dentro de nuestros partidos para que se trabaje por nuestros derechos. Si no, acaba siendo un tema secundario”, comenta.
Señala que de las personas de la G ya hay mucho conocimiento y visibilidad: “Somos los más privilegiados dentro del colectivo. Somos hombres, normalmente CIS, y ya hay muchos referentes. Pero hay desconocimiento hacia lesbianas, hacia el colectivo trans, es una pasada Hace falta mucha formación”. A la vez que se ven avances, como el recién aprobado anteproyecto de ley trans, también se notan intentos de pasos hacia atrás como las peticiones de Vox. Ferri opina sobre esto: “Las cosas que nos hacen avanzar son la visibilidad y la interseccionalidad, y lo que nos hace retroceder es el odio y el relajarse. Igual los hombres gais CIS estamos un poco relajados. Vox está normalizando ciertos discursos que ni el PP se había atrevido hasta ahora. Y eso hace que gente con actitudes homófobas, lesbófobas y tránsfobas se sientan empoderadas”.
Son días de Orgullo. ¿Por qué se tiene que celebrar? Ferri responde: “La mejor manera de no retroceder es seguir avanzando y para seguir avanzando hay que manifestarse en las calles. La lucha es diaria, pero necesitamos un día de reivindicación para recordar de dónde somos, de dónde venimos. El día del Orgullo LGTBI es el día del orgullo y de la dignidad de todas las personas sean como sean y vengan de donde vengan”.
Rumbo al Congreso de los Diputados. Felipe Sicilia es uno de los miembros más importantes de la dirección del Grupo Socialista, donde ejerce de portavoz adjunto. Jienense y policía, ahonda en su historia. ¿Cómo fue su salida del armario? “Ciertamente no fue tampoco una salida como tal. Sí la hubo con mis padres, pero en mi entorno más cercano ya lo iban viendo e intuyendo. Presentabas a tu pareja, estaba todo dicho”, contesta. Señala que en el caso de su familia sí tuvo que contarlo “como tal”. “Ojalá que nadie hoy tenga que contarlo como tal”, apostilla.
“Cuando alguien te pregunta por qué hay que celebrar el Orgullo, pues por esto. ¿Algún heterosexual ha tenido que coger a sus padres un día y decirle soy heterosexual? Seguro que no. Pues eso hoy en día muchos homosexuales tienen que seguir haciéndolo”, reflexiona Sicilia, que se convirtió en un referente para el colectivo el día que en el Congreso llevó una camiseta de Gaysper y pasó al lado de Santiago Abascal (Vox).
En el ámbito político, dice, no ha tenido ningún problema. “No es que fuera contándolo, pero se iba viendo”, y defiende que el PSOE ha sido pionero con leyes como el matrimonio homosexual. Sus padres le mostraron el temor y le preguntaron si esa visibilidad le podía perjudicar en el ámbito laboral, él dice que no lo ha notado “para nada”. Pero advierte, por ejemplo, de que la tasa de desempleo de las personas LGTBi está por encima de la cifra media. Y ante las corrientes reaccionarias, proclama: “No queremos más derechos y libertades que nadie, queremos disfrutar de los mismos. El problema es que no podemos hacerlo. Es que hay gente que tiene miedo a darse la mano en Chueca, imagínate alguien que vive en un pueblo. Claro que tiene que haber actos específicos para decirle a esa población que está segura, que está protegida, que no tenga miedo, y que si alguien lo agrede, va a estar la Policía”. “Nos llaman la atención Hungría, Polonia… pero Ayuso ha anunciado como una de sus medidas estrella que va a acabar con algunos de los artículos de la ley LGTBI”, se lamenta.
Acaba de aprobarse la ley trans en el Consejo de Ministros, que provocó un fuerte debate dentro de su partido. Habla de que la sociedad ha pasado de la “aceptación a la exigencia” de esos derechos. Rechaza que se hable de un “lobby gay”, se trata de un “colectivo para lograr derechos”. “Hace falta un colectivo LGTBI que haga ver a la sociedad que necesita esos derechos”, subraya, para incidir en que el Gobierno progresista era “consciente de que la sociedad tenía que dar ese paso”.
“Una reflexión. Cuando se aprobó el matrimonio igualitario se dijo que se iba a romper la familia, que era una aberración. ¿Las familias se han roto? ¿Ha habido una catástrofe? Esa ley nos hizo mejores y no perjudicaba a nadie. Pues esta ley da un paso hacia un país mejor. Han pasado días desde que la aprobó el Consejo de Ministros. ¿Ha habido una hecatombe? ¿Se ha hundido el país? Nos ha hecho mejores. Y es una ley que hace que algunas personas vivan mejor y con más dignidad, y a otros lo que les va a hacer es saber que quizá sus hijos tengan que utilizarla el día de mañana. Ojalá, dentro de unas décadas, no haga falta ni tan siquiera sus nietos tengan que necesitarla porque haya tal aceptación y normalización”, concluye.
Días frenéticos durante el Orgullo también para Jaime de los Santos, que ahora es diputado del PP en la Asamblea de Madrid. Hace memoria: “Personalmente, tengo conciencia de ser gay de siempre. Mi salida del armario fue sin etapas. Con doce años mi madre decide apuntarme a teatro. Fue mi primera salida del armario. Era el pequeño y conocí un mundo en el que había otros chavales y jóvenes que eran abiertamente gais. Y alguien se tomó la obligación de explicarme, sin decirlo muy claramente, que eso que me pasaba no sólo era normal, sino que era maravilloso”. Era su padrino de confirmación Javi, que era amigo de sus hermanas.
“Luego la siguiente salida del armario fue en casa, nunca se había verbalizado. En primero de carrera, en diciembre, me deja mi novio. Me siento en una cafetería y le digo: “Mamá, me ha dejado Carlos. Mi madre pone cara de circunstancias y contesta: ’Lo que se pierde Carlos”. Ya está”, rememora el exconsejero de Cultura de la Comunidad de Madrid. “Tengo cuatro hermanas que siempre me han ayudado y entiendo que mi madre hizo un trabajo con mi padre para que nunca haya puesto una pega”, añade.
¿Y en la política? “Yo llego en el año 2012 al gabinete del presidente Rajoy. Llego siendo híper mega gay, y allí no hay una salida del armario. Siempre lo digo, si hay alguien que me ha tratado sorprendentemente con un respeto reverencial, es el presidente Rajoy. Me preguntaba por mi pareja, si me iba a casar y adoptar. Trabajé con Soraya Sáenz de Santamaría, el respeto era absoluto. Con Fátima Báñez también. Y luego tengo la suerte de ser elegido por Cristina Cifuentes. Cuando en el PP se ponían pegas y el recurso de la ley ante el Constitucional, Cifuentes iba por la convenciones del PP diciendo LGTBI power”, expresa.
Para añadir luego: “Siempre he sido un poco combativo, activista desde que llegué a política. Creía que era mi obligación. Normalizar lo que es normal. Es una oportunidad para ayudar a construir. La libertad va de eso”. Recuerda c´mo de niño y adolescente le llamaban “marica” porque no jugaba al fútbol, leía y sólo tenía amigas. Lo llevaba mal, reconoce, pero ahora reflexiona que sus compañeros eran tan víctimas como él. “No sabían nada de la vida y de la diversidad, seguramente tendrían unos padres que dirían unas cosas bárbaras”, incide. Recuerda cuando un día con sus padres, estando en octavo de EGB, le llamó otro chaval “maricón”. Pero ahí llegó su época en teatro: “En cuanto empecé, que me llamaran marica me escurría. Si Lorca es marica, ser marica es ser Dios”. Un universo entre El sueño de una noche de verano, El principito y Maribel y la extraña familia. “A pesar de los miedos, he llevado mi sexualidad con mucha felicidad”, agrega De los Santos. “Aquellos insultos me han hecho un poco como soy. Luego lo siguiente era decirme, cuando sea mayor voy a ser mucho mejor que vosotros. Esa revancha desde el silencio. Voy a ser el más listo, voy a sacar muy buenas notas”, manifiesta. Hubo tres años de su vida que los pasó con dolor de estómago permanente, rememora, pero no le gusta verlo ahora como un drama. Su amiga Loli, cuando escuchaba eso de marica, se bajaba de la moto “y se los comía”.
“Luego llegué a la universidad. Era primero de carrera y vas a Chueca por primera vez a escondidas. Y tú que creías que aquello iba a ser una especie de gran agujero oscuro lleno de gente con cuero, ves gente guapa. De repente, ¡guau! Puedo ir por la calle y mirar a un chico y que no pase nada. Tengo 42 años, de eso hace 24 años, no es el mismo Madrid”, explica De los Santos. “Siempre he sido muy feliz, porque he decidido que quería ser feliz”, insiste.
Entre Madrid y Barcelona pasa su vida ahora Joan Mena, portavoz de los ‘comunes’ en el Congreso. “Mi salida del armario personal fue un poco rara, en el sentido de que había decidido que no iba a hacer la típica escena, que es legítima y la respeto, de sentar a la familia y de comunicarle que era gay. Yo tengo un hermano y una hermana que son heterosexuales y nunca habían reunido a mis padres para decirles que eran heterosexuales. Me parecía que yo no tenía la obligación”, indica.
Mena prosigue: “Poco a poco fui introduciendo a mi pareja de aquel momento en la vida de la familia. Poco a poco lo fueron entendiendo y asimilando. Mis padres ahora tienen 70 y 73 años y estoy muy orgulloso de ellos porque me han ayudado mucho y nunca me han puesto algún problema. Por desgracia, no soy ningún ejemplo, en el sentido de que la gente de mi generación, tengo 45 años, probablemente no lo ha tenido tan fácil”. “Espero que en las generaciones futuras vaya más por la aceptación y no por lo que pasaba antes”, añade.
“En la política, tres cuartos de lo mismo. Empecé a militar muy joven, desde que se formó Esquerra Unida. Siempre había sido muy reacio en militar en las sectoriales LGTBI, que en aquel momento eran muy incipientes. Sí había sido activista desde el punto de vista asociativo, pero pensaba que las temáticas LGTBI en lo político tenían que ser transversales. No lo defendía tanto desde una sectorial, sino de visibilidad en todos los puestos. No tuve que hacer una salida del armario, digamos, oficial, sino con total normalidad. Hablaba de mi vida y de mi pareja. No he tenido ningún problema interno”, dice Mena.
Cree, además, que hay que reivindicar los derechos “más que nunca”. “Habíamos llegado a un punto en el que parecía que se había conseguido muchísimo. Es verdad que objetivamente se ha conseguido, pero también estamos viendo, con la reacción que está teniendo la ultraderecha, que todo lo ganado es fácilmente reversible. Se corre el peligro de perderlo”, sostiene el parlamentario. Por eso, le gusta que en las manifestaciones del Orgullo participen heterosexuales: “Lo que hacen es luchar por un mundo más justo e igualitario. Por desgracia nos queda mucho por recorrer. Lo estamos viendo con el debate de la ley trans, hay gente que todavía niega derechos, el derecho más básico, a sentirte lo que eres”.