Podemos propone derogar los delitos de injurias a la corona y enaltecimiento del terrorismo
Los morados registran en el Congreso la propuesta después de que Justicia, en manos del PSOE, la avanzara sin aclararla.
La libertad de expresión es el décimo roce que se produce en el seno del Gobierno de coalición de PSOE y Podemos. Los morados han registrado este martes una proposición para derogar los delitos de injurias a la corona y de enaltecimiento del terrorismo, entre otros, del código penal.
El problema es que el Ministerio de Justicia, capitaneado por el socialista Juan Carlos Campo, ya avanzó a última hora de este lunes que estudia la posibilidad de reformar los llamados “delitos de expresión”. Justicia planea retocar el de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas, así como el de odio, injurias a la corona y los delitos de ofensa a los sentimientos religiosos que tantas polémicas han protagonizado en los últimos años.
Fuentes de Justicia precisaron que el ministerio revisará los castigos relacionados con los excesos verbales en el ejercicio de la libertad de expresión para que no tengan castigo penal, y que se suelen producir en el contexto de manifestaciones artísticas, culturales o intelectuales.
Esta aparente descoordinación entre Justicia y Podemos está justificada por la movilización ante la inminente entrada en prisión del rapero Pablo Hásel para cumplir una condena de nueve meses de prisión por enaltecimiento de terrorismo e injurias a la monarquía. Ese es el motivo por el que el Justicia introdujo en la agenda esta cuestión y Podemos avisó su propuesta.
En defensa del rapero ya han salido más de 200 artistas que han firmado un manifiesto en el que aparecen las rúblricas de Pedro Almodóvar o Joan Manuel Serrat, pero también las de Javier Bardem, Fernando Trueba o Vetusta Morla, y en el que reclaman la liberación de Hasél y que este tipo de delitos no impliquen una pena de prisión.
Justicia, no obstante, no detalló qué tipo de modificación quiere llevar a cabo y señaló que, de momento, está estudiando los tipos penales que tienen más problemas, los “más polémicos”. No hay fecha para que el Gobierno tenga la reforma lista.
Avisos contraprogramados
Apenas una hora y media después del anuncio de Justicia en el chat de whatsapp de los periodistas que cubren Moncloa, Podemos culminó —y avisó— su propuesta de “ley de protección de la libertad de expresión”, una reforma completa que ha registrado en el Congreso y que han defendido los morados Jaume Asens y Enrique Santiago.
Los planes de Podemos van más allá de lo que, previsiblemente, querrá ir el sector socialista del Ejecutivo. Los de Pablo Iglesias plantean, directamente, derogar delitos importantes: el de injurias a la corona, el delito contra los sentimientos religiosos, el de injurias a las instituciones del Estado e incluso el delito de enaltecimiento del terrorismo.
Las fuentes del ministerio advierten, no obstante, de la dificultad de delimitar el ejercicio de este derecho fundamental de la conducta delictiva, porque “precisa de una interpretación restrictiva”. Además, subrayan que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el derecho europeo en general requieren que se precisen y se restrinjan estos delitos.
Los morados dicen que España padece “una deriva autoritaria que ha llevado a restringir de manera alarmante” el derecho a la libertad de expresión, ya sea por la vía administrativa, mediante la ley mordaza, o por la vía penal, “a través de algunos artículos del código penal, provenientes de la dictadura, que criminalizan conductas como el envío de mensajes en redes sociales o canciones de rap”.
Iglesias y la anormalidad democrática de España
Cada nuevo roce en la coalición aumenta la tensión entre socios. Este martes, el vicepresidente segundo del Gobierno advirtió en una entrevista en el diario independentista Ara que en España “no hay una situación de plena normalidad política y democrática” porque “los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro, en Bruselas”. Unas palabras que han agravado un tenso encontronazo diplomático entre la Unión Europea y Rusia.
La declaración de Iglesias, que se entiende por el contexto electoral catalán, coincidió con el rapapolvo que el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dio al alto representante europeo, Josep Borrell, cuando este le conminó a despejar el futuro del disidente Alekséi Navalni, a quien Rusia envenenó y ha encarcelado.
El jefe de la diplomacia rusa pidió a Europa que no le diera lecciones de democracia sobre cómo debía tratar al opositor mientras haya “presos políticos” en algunos Estados miembros, como España, en referencia a los líderes independentistas.
Las palabras de Lavrorv provocaron una rápida respuesta de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, del PSOE, quien recordó que España es una de las 23 democracias plenas del mundo según el ranking de The Economist, mientras que Rusia está en el puesto 124. También una cascada de declaraciones de algunos miembros del Gobierno para defender la democracia española en contra del criterio de Pablo Iglesias en Ara.
Es más, la portavoz del Gobierno ha mostrado su discrepancia con el vicepresidente segundo, aunque eso sí, ha pedido comprensión por “enmarcarse dentro de una campaña electoral”.