La llave naranja frente al coronavirus
Arrimadas obliga al Pedro Sánchez a elegir socio para sacar adelante la nueva prórroga del estado de alarma: o los independistas o ellos.
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, obliga al líder socialista a elegir socio para sacar adelante la nueva prórroga del estado de alarma. O los independistas de ERC o ellos. Pero ambos es imposible, insisten los naranjas, si el apoyo de los republicanos implica privilegios en la desescalada para Cataluña o contraprestaciones en la mesa de diálogo “de la vergüenza” entre Govern y Moncloa para resolver el “conflicto político”, aparcado por la emergencia sanitaria del coronavirus.
Ciudadanos acudió el 6 de mayo al rescate del estado de alarma y votó a favor de la última prórroga que pidió el Gobierno. Pedro Sánchez usó la llave naranja justo cuando el PP amagó con bloquear todo y sumarse al ‘no’ de la ultraderecha de Vox y de los independentistas de ERC, que dejaron tirado al Ejecutivo que contribuyeron a formar porque quieren que la Generalitat gestione el camino hacia la “nueva normalidad”. El problema es que ahora puede que la llave no le funcione.
Las elecciones en Euskadi y Galicia están a la vista. El próximo 12 de julio las urnas que paralizó el virus llegarán a los colegios electorales de estas comunidades y Ciudadanos tiene que entonar con fuerza su discurso en contra del soberanismo; algo que explica de nuevo el acercamiento entre naranjas y populares que evidenció el encuentro del pasado viernes entre Arrimadas y el líder del PP, Pablo Casado.
En cuanto aparece el conflicto catalán los naranjas se desentienden del Gobierno. Y la mesa de diálogo es un obstáculo importante para ellos y para entenderse con el Ejecutivo de Sánchez.
Además, el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, ha asegurado este lunes que, si Sánchez quiere recibir un nuevo apoyo naranja el Gobierno debe olvidarse de los 30 días de plazo para la última prórroga de la alarma y ofrecer a los diputados un plazo “razonable”, es decir, de 15 días como hasta ahora, según ha aclarado él mismo.
Los naranjas redoblan ahora la presión, cuando está a punto de cumplirse el cuarto plazo de 15 días de estado de alarma que planteó el Gobierno. Y han recalcado al Ejecutivo que no cuente con ellos el próximo miércoles en el Congreso si también está dispuesto a pactar con ERC la quinta y última prórroga, de un mes de vigencia, que anunció Sánchez este fin de semana. Tampoco lo apoyarán si Moncloa no elabora ya un plan b para encajar las normas del estado de alarma en otro marco legal.
El ruido que provocó el último ‘sí’ naranja a Sánchez levantó revuelo en los Gobiernos autonómicos que comparten populares y naranjas —Madrid, Murcia, Castilla y León y Andalucía—, ante la posibilidad de que se rompiera alguno de los pactos que los sustenta, como han esperado, según han reconocido a El HuffPost algunos diputados socialistas en la Asamblea de Madrid, los de Ángel Gabilondo.
Por eso, Casado y Arrimadas, que hace menos de tres meses sellaron un acuerdo para concurrir juntos en las elecciones vascas, reafirmaron en el encuentro del pasado viernes la vigencia de los acuerdos allí donde gobiernan juntos y de la marca PP+Cs en Euskadi.
Vox, sin embargo, no se fía de Ciudadanos y ataca con fuerza a los naranjas, a quienes tacha de desleales y acusa de participar en la preparación de una moción de censura para tumbar a Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Pero los naranjas no se achantan y responde a la ultraderecha que se va a “quedar con las ganas” de “dinamitar la buena sintonía” de PP y Ciudadanos.
El último ‘sí’ Arrimadas a Sánchez, no obstante, descolocó a los 89 diputados del PP, que fueron irrelevantes para mantener el estado de alarma e inútiles para arrancar concesiones al Gobierno. Ciudadanos les robó protagonismo y ofrecieron a los votantes moderados de derecha la imagen que es probable que quisieran ver: la de un partido duro con el Gobierno, pero responsable con el país y capaz de arrancar concesiones.
El partido de Inés Arrimadas afronta la crisis sanitaria desatada por la covid-19 con la intención de mostrar a los españoles la utilidad de su partido. El coronavirus es una suerte de última oportunidad para Ciudadanos, con una representación raquítica en el Congreso tras el descalabro del 10-N. Pero los diez diputados naranjas, con Arrimadas al frente, han arrancado concesiones al Gobierno que les han permitido apuntarse tantos.
El rédito de la estrategia
El respaldo naranja no fue gratis e hizo pasar a Sánchez por un peaje en forma de medidas que ya pedía Pablo Casado, como desvincular los ERTE y las ayudas a los autónomos y a las pequeñas empresas del estado de alarma, y mejorar la cogobernanza con las autonomías para hacer frente a la pandemia, como también pidió el PNV. Ciudadanos también logró interlocución fluida con el Gobierno, que el propio Bal ha reconocido este lunes, y que tanto ha echado en falta del PP.
Además, el Gobierno ha avanzado que ampliará la obligatoriedad del uso de mascarillas más allá del transporte público esta semana. Algo por lo que Bal se ha congratulado, ya que Ciudadanos lo pidió en el Congreso el día que votó a favor de la última prórroga. La medida puede ser otro tanto naranja si Sánchez se apoya en ellos.
El flirteo entre naranjas y socialistas también ha llegado hasta los presupuestos de reconstrucción que plantea erigir el Gobierno. Arrimadas se abrió a dar un ‘sí’ a las cuentas, aunque condicionado a la pandemia y a “un cambio absoluto de paradigma económico”. Y es probable que lo haga, además, condicionada por la opinión de los suyos.
Según una encuesta de GAD3 publicada este lunes, el 51% de los votantes naranjas se muestran a favor de que su partido firme con Sánchez las cuentas que desplacen las del último Gobierno del PP, todavía vigentes. Tres de cada cuatro votantes socialistas animan a Ciudadanos a sumarse a un pacto presupuestario. En el centroderecha, sin embargo, más allá de Ciudadanos se rechaza por completo esta opción.
Los socios de Sánchez en el Gobierno, de Unidas Podemos, no ven con malos ojos sumar a Ciudadanos. Pero recalcan la incompatibilidad en materia económica con Arrimadas y marcan el camino a los naranjas: “Aumentar la inversión pública en sanidad o revisar el esquema de propiedad de las residencias de mayores”, contó el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique.
El principal objetivo de Sánchez
Ciudadanos es el principal objetivo del presidente del Gobierno, además de ERC y Compromís. Sánchez pretende apuntalar los 10 síes naranjas; atraer de nuevo a los 13 independentistas catalanes de ERC e impedir la fuga del único escaño de la izquierda valencianista, un socio tradicional que ahora se siente menospreciado por el reparto de los 16.000 millones de euros que planea hacer el Ejecutivo a las autonomías y que el portavoz, Joan Baldoví, sospecha que no será equitativo para la Comunidad Valenciana.
En total son 24 votos que pueden llevar al traste la quinta prórroga del estado de alarma y los planes del Ejecutivo para evitar rebrotes del virus que emborronen la salida de la crisis y su gestión al frente. Esos votos no están cerrados, pero pueden estar dispuestos a respaldar el último estado de alarma si Sánchez acepta sus condiciones, por mucho que Marta Villalta de ERC o el propio Bal, hayan reiterado este lunes el ‘no’ a la nueva prórroga.
Y para conseguir esos apoyos ya está funcionando la engrasada maquinaria parlamentaria del PSOE con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; el ministro de Sanidad, Salvador Illa; el de Transportes, José Luis Ábalos y la portavoz del Gobierno y responsable de Hacienda, María Jesús Montero. Todos junto a la batuta de la portavoz parlamentaria Adriana Lastra. Enfrente, los socialistas tendrán, previsiblemente, a Vox y al PP de Pablo Casado.