Óscar Puente: "Un gobierno de coalición sin confianza mutua es complicado de gestionar"
Entrevista con el alcalde de Valladolid y portavoz del PSOE
Sin pelos en la lengua. Lo mismo emprende cruzada contra el “lobby del agua” que llama “mercenarios a sueldo” a dos ex ministros del PSOE, que acepta por Twitter la invitación de los jóvenes de su cuidad para ir de vinos un sábado por la noche. Óscar Puente (Valladolid, 1968) es de los que no se callan. Ni ante propios ni ante extraños. Quizá fue eso lo que le apartó de la portavocía de la dirección federal de los socialistas, su incontrolable verbo, su manía de decir siempre en público lo mismo que en privado. Rara vez se esconde. Y si lo hace es por lealtad solo a un proyecto político que defendió, como pocos, desde el principio, el de Pedro Sánchez. Imbuido en la campaña de las municipales, el alcalde de Valladolid hace un paréntesis, toma un AVE, se planta en Madrid para responder a lo que haga falta y regresar de inmediato a un debate electoral a siete organizado por una asociación de vecinos. Sin condiciones, sin rodeos y sin argumentarios. Da igual que se le pregunte por el independentismo, por el PSOE, por un futuro gobierno de coalición con Podemos… o por su agria polémica con Rosalía. Un político que entra a todo. Quedan pocos.
Del bebé de Bescansa… a los políticos presos, ¿qué nos ha pasado en los últimos cuatro años para ver lo que hemos visto en el Congreso?
Lo pensaba hoy: qué lejos ha quedado ya el bebé de Bescansa. Bueno, al final la historia se repite, es cíclica y la nueva política nos ha traído estos numeritos inaugurales. Pero ya hemos visto lo que ha pasado en Podemos, se han ido normalizando, adaptando a las instituciones. No sé si domesticar es la palabra, pero lo cierto es que hoy es un partido más convencional. Los que han montado hoy el numerito, dentro de un par de años también estarán en el redil de las instituciones.
¿Teme que la imagen de los presos políticos de la vuelta al mundo?
Bueno, respecto a lo que pueda dar la vuelta al mundo no lo sé. A nivel nacional me preocupa poco porque creo que, cada vez más, el ciudadano está cansado de estas cosas, tiene las ideas más claras y sabe separar el ruido de las nueces.
¿Hay que suspender a los diputados que han tomado hoy posesión?
Hay que hacer lo que proceda con arreglo a la legalidad. Habrá unos informes y con arreglo a ellos, habrá que adoptar una resolución. Es una cuestión de legalidad, no es una cuestión política.
¿No cree contradictoria una ley que permite que puedan ser elegidos como diputados quienes están en prisión preventiva e, inmediatamente después, prevea la suspensión de sus funciones?
Hay que tener en cuenta que vivimos una situación sin precedentes y, probablemente la ley, cuando se hizo, no pensó que pudieran darse este tipo de circunstancias. Puede que sea una ley que en algunos momentos pueda ofrecer algunas contradicciones. Por eso hay que tener paciencia y ser comprensivos, no hay verdades absolutas y es la primera vez que se aplica la ley en muchos ámbitos.
¿Y no cree que de algún modo se está poniendo en entredicho la presunción de inocencia en tanto en cuanto no hay una sentencia firme?
No. Decir eso es desconocer el ordenamiento jurídico español. Un condenado en primera instancia en sentencia no firme no puede ser candidato, por ejemplo, en unas elecciones municipales en función de algún tipo de delito. Fue el caso, por ejemplo del anterior alcalde de Valladolid del Partido Popular, que fue condenado y aunque hubiera recurrido la sentencia no habría podido ser candidato de haber salido la sentencia antes de las elecciones. Por tanto, en las normas españolas hay una serie de garantías que son independientes a la firmeza de la sentencia.
Pero los líderes del procés no han sido condenados…
Es verdad, pero me hablabas de firmeza. Es verdad, en el otro caso la sentencia tampoco es firme, aunque la sentencia sea recurrida no es firme y por lo tanto debería tener el mismo tratamiento que alguien que no ha sido juzgado y condenado. Pero insisto, yo creo que la realidad es completamente nueva y lo que hay que hacer es dejar trabajar a la Justicia y al mismo tiempo tomar las decisiones que corresponda en los órganos parlamentarios con arreglo a los informes que presenten los letrados de las Cámaras.
Mertixell Batet y Manuel Cruz. Dos catalanes, dos federalistas al frente de la tercera y la cuarta institución del Estado ¿Esta legislatura va a ser el PSC quien marque el paso al PSOE?
No. Es el Presidente del Gobierno y el líder del Partido Socialista el que quiere enviar un mensaje muy claro a Cataluña: Cataluña con España, no fuera de España.
Tras el bloqueo de la designación como senador de Iceta, ¿prevé alguna dificultad en la investidura de Pedro Sánchez?
Bueno, yo creo que son cuestiones diferentes. Los propios políticos de ERC han establecido ya diferencias entre una posición y otra. Lo que está claro es que pone de manifiesto que no hay ningún tipo de pacto, que no hay ningún tipo de acuerdo y que, bueno, pues las cosas no van a ser sencillas en ningún caso.
¿A favor o en contra de que Podemos entre en el próximo gobierno de Pedro Sánchez?
No me atrevo, en este caso, a aconsejar al presidente del Gobierno. Yo gobierno en coalición en Valladolid con Izquierda Unida y me ha funcionado
muy bien. Pero yo creo que un gobierno de coalición tiene que partir de un principio de confianza que yo no sé si se da en este momento. Tendrán que
construirla en todo caso y le corresponde a Pedro Sánchez evaluar si esa confianza existe o no. Lo que sí digo es que un gobierno de coalición sin confianza mutua es complicado de gestionar.
¿Quiere decir que se ha quebrado esa confianza entre Sánchez e Iglesias?
No porque la confianza entre las dos formaciones de manera plena, no ha existido nunca. Otra cosa es si se ha construido en este tiempo esa confianza. Venimos de un escenario de mucha desconfianza y el camino se hace andando. Veremos si son capaces de encontrarla y generarla para llegar a esa situación.
Si no recuerdo mal, usted defendió hace años el entendimiento entre fuerzas políticas afines y la necesidad de que en España se empezaran a explorar gobiernos de coalición. ¿Por qué ahora esa reticencia?
No, no tengo reticencia. Lo que digo es que yo soy partidario de gobierno de coalición, entre otras cosas porque la pluralidad, en cierta manera, invita a ello, porque tengo experiencia de coalición y porque España es el único país de Europa que en cuarenta años no ha tenido un gobierno de coalición. El único. En Europa la coalición de gobierno es la circunstancia más habitual y en España es lo absolutamente excepcional. Entonces soy partidario, por qué no. Otra cosa es si se dan las circunstancias en este momento para que eso funcione. Lo que digo es que hace falta lealtad. Yo la he tenido en Valladolid. He tenido cuatro años de gobierno en el que nadie me ha montado numeritos ni se ha dedicado a contraprogramar o torpedear. Hemos trabajado como un equipo y si eso es posible y si eso se da, no hay ningún problema para explorarlo. La cuestión es si se da o no. Eso quien tiene en este momento la información y sabe mejor que nadie si esas circunstancias se dan es Pedro Sánchez.
Intuyo que no ve a Pablo Iglesias sentado en la mesa del Consejo de Ministros ¿Me equivoco?
No, no lo sé. No me atrevería a ser categórico respecto de nada. Creo que no ha demostrado demasiada confiabilidad durante cierto tiempo y creo que ha sobreactuado en ciertos momentos. No sé si habrá aprendido en todo este tiempo, algo parece que ha ido matizando las cosas, pero no me atrevo a decirlo. No es una persona en la que, desde luego yo, tenga una gran confianza.
¿Está todo el PSOE preparado para gobernar con una formación que
nació para sustituir a su partido?
Bueno, yo creo que esos tiempos ya pasaron. Los tiempos de la sustitución de Podemos al PSOE están completamente superados por múltiples razones. Seguramente por errores de Podemos, pero también por muchos aciertos del Partido Socialista. Hoy se cumplen dos años de las primarias en las que el Partido Socialista cambió y se convirtió en un partido netamente de izquierdas, un partido con un mensaje claro, un partido ecologista… Es decir, un partido que ha sabido coger todas las banderas que la socialdemocracia europea abandonó, y así le ha ido. Por lo tanto el Partido Socialista ahora mismo no teme el sorpasso de nadie y por tanto eso no tiene que ser un elemento a tener en cuenta en la relación de gobierno.
¿Antes de aquellas primarias, el PSOE no era de izquierdas?
Yo creo que antes de esas primarias el Partido Socialista atravesó una crisis de identidad muy importante en la que algunos postulados no estaban claramente posicionados en la izquierda hasta el punto de hubo quien defendió una abstención para que Mariano Rajoy, que era un presidente netamente de derechas, un presidente que había hecho trizas el legado social de Rodríguez Zapatero y que estaba achicharrado por la corrupción, continuara en el gobierno. Por tanto, yo ya lo dije en su momento, me remito a las palabras que dije en la campaña de las primarias…
Vamos, que Sánchez ha recuperado, en su opinión, las esencias perdidas.
Esto es indudable. El Partido Socialista que está en este momento liderado por Pedro Sánchez es un partido socialista claramente posicionado, con la misma responsabilidad de siempre, porque la responsabilidad no está reñida con la nitidez ideológica, pero con una mayor claridad de ideas, con una mayor claridad de planteamientos y mucho más despierto. Mucho más atento a los cambios sociales, mucho más dinámico. Para mí, hay elementos que el Partido Socialista ha hecho propios como es la agenda medioambiental con la que habíamos sido muy timoratos o la recuperación de la gestión de los servicios públicos. Esa es la dirección que debe marcar el Partido Socialista si no quiere convertirse en una de las socialdemocracias europeas que está conduciéndose clarísimamente a una decadencia.
¿Felipe González y Zapatero no eran de izquierdas?
Sí, lo que pasa es que bueno, Felipe González dejó el poder en el año 95, ¿no?
En 1996
Jose Luís Rodríguez Zapatero fue un presidente muy de izquierdas, pero otra cosa es su gestión de los últimos años durante la crisis y si acertó o no con las fórmulas y si eran las fórmulas que un partido de izquierdas hubiera defendido. Ahí es donde está el quid de la cuestión. Yo creo que lo importante ahora es dónde está el Partido Socialista. El Partido Socialista en este momento creo que está claramente posicionado en la izquierda, aun siendo un partido de Estado, de gobierno y responsable.
¿Se ha convertido el Partido Socialista después de esas primarias en un partido presidencialista?
En absoluto. El Partido Socialista es más hoy de la base que nunca. No hay
más que entrar por una sede y preguntar a sus militantes qué grado de identificación tienen con el proyecto de la actual dirección federal. Vamos, yo creo que la identificación es ahora mismo incontestable porque no solamente se identifican con esta dirección los que la apoyaron, se identifica ya una parte importantísima de los que no lo hicieron. Eso significa que se han ido también ganando espacios dentro para el proyecto de Pedro Sánchez y para el proyecto del PSOE.
Si es más de la base que nunca, ¿por qué el Comité Federal modificó algunas de las propuestas de las candidaturas al Congreso y al Senado que habían votado las bases?
Son cosas compatibles. Es decir, yo creo que hay una idea de equipo en la que el presidente del Gobierno tiene derecho a, de alguna manera, sacar adelante sus propuestas. Y, luego, también hemos aprendido del pasado. Es decir, sabemos las consecuencias de tener un grupo parlamentario heterogéneo o un grupo parlamentario que no está perfectamente alineado con la dirección federal. Por lo tanto yo creo que es lógico que Pedro Sánchez haya querido hacer su equipo como otros dirigentes autonómicos hicieron el suyo sin contar con Pedro Sánchez.
¿Fue usted un portavoz fallido de la Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez?
No lo sé, me costó mucho aceptar el cargo y me ha costado mucho ejercerlo. Bueno, con mucho alivio desde que el partido gobierna creo que es mucho más lógico que la comunicación la asuma el Gobierno. Por tanto, en todo caso si lo fuera, no hay gran drama. Mi aspiración siempre ha sido ser alcalde y echar una mano en lo que pueda.
¿No será que en el Partido Socialista quien tiene voz propia tiene dificultades?
No, no. Yo dificultades, ninguna. De hecho, vamos, creo que soy de las personas con las que Pedro cuenta siempre, a las que siempre pide opinión. Y a mí y a mi ciudad, como presidente del Gobierno, nos ha tratado estupendamente. Cierra la campaña en Valladolid. Pedro sabe muy bien cómo soy y quién soy. Sabía perfectamente que tenía voz propia y lo que hacía cuando me nombró portavoz por mucho que yo le dije que era mejor que no lo hiciera. Pero bueno, yo estoy encantado con el papel que tengo en la Ejecutiva Federal. Siempre he dicho que hay mucha gente con mucha capacidad de comunicar y de contar, y lo mío es ser alcalde. Si además de alcalde de vez en cuando se me escucha dentro del partido y se tiene en cuenta mi opinión, pues fenomenal.
Pues vamos a las cosas de la Alcaldía. Usted fue partidario, si no recuerdo mal, de que no se celebrara el súperdomingo del que tanto se habló. Visto el resultado del 28-A, ¿fue un error no hacer coincidir las municipales con las generales?
En absoluto. Creo que separar unos ámbitos de otros es una circunstancia de absoluta pulcritud democrática. Quiero que el día 26, la ciudadanía de Valladolid salga a votar pensando en lo que quiere para su ciudad, no en lo que quiere para España. Digamos que el rompeolas de las elecciones generales ya se ha producido y quiero que elijan alcalde, no presidente del gobierno. Creo que eso es lo razonable en democracia. Incluso, aunque el resultado pudiera ser mejor, que no lo creo sinceramente en el caso de Valladolid, en esto, no se pude jugar con intereses electoralistas. Hay que separar unos ámbitos de otros.
No parece que la participación el próximo domingo vaya a rozar siquiera la de las generales. ¿Le beneficia o le perjudica en Valladolid?
Depende. En el caso de Valladolid, la participación en las municipales suele estar en torno al 70%, 69% hubo hace cuatro años, 11 puntos menos que la que ha habido el 28-A, y aun así la izquierda tuvo un resultado netamente superior en votos y en escaños. No me parece que la participación sea una
circunstancia esencial. Obviamente, cuanta más gente participe, mejor. Pero yo no tengo muy claro que si hay desmovilización vaya a venir exclusivamente del electorado de izquierdas. No noto mucha motivación en el electorado de derechas y, en el caso de Valladolid, especialmente después del 28-A.
¿Qué expectativas hay para Vox en su ciudad?
Vox tuvo un buen resultado en las generales, superó el 12%. ¿Qué va a pasar en las municipales? Pues yo creo que no van a tener un resultado que se acerque como mucho a la mitad de ese doce. Estarán entorno al 5% o 6%, entre otras cosas porque han desaparecido del foco, ya no son el centro del debate. Y tampoco tienen proyecto local, ni en Valladolid ni en ningún sitio. Y además creo que el votantes de derechas se ha replanteado la utilidad del voto a Vox. Por esas tres razones yo creo que no van a ser una fuerza ni decisiva ni importante.
“Mentiroso”, “sectario”… Menos guapo, el PP le ha llamado de todo en el último pleno de su ciudad. ¿Qué le ha hecho a la derecha?
Bueno, es que así empezaron. En el pleno de investidura, a mí me llamaron
“guerracivilista”. Yo estaba tomando posesión, aquello era una fiesta y en fin, era el clásico pleno de decirnos todos las cosas y de poner buenos propósitos encima de la mesa… Nunca había oído decir esas cosas en un pleno de toma de posesión. Así empezaron el mandato y así lo han terminado, me han llamado de todo. Pero yo creo que eso al final, a lo que conduce es a lo que le ha pasado a Pablo Casado. Van en la misma dirección, no han aprendido nada. Por eso creo y espero que el votante conservador, pero que es respetuoso con las instituciones y que además está contento con el gobierno municipal, les dé su merecido. Es decir, que les diga que por ahí no van bien, que no se puede llamar “okupa” a Carmena y que no se puede llamar esas cosas al alcalde de Valladolid.
Cuando dice que si no gobierna no se quedará en la oposición, ¿está de alguna forma chantajeando a sus ciudadanos?
No. Yo lo que hago es ser claro con mis intenciones. Casi siempre digo lo que quiero, o siempre. Dije hace cuatro años que o era alcalde o me iba. Había estado ocho años en la oposición y lo lógico es dejar paso a otra persona. Me presenté una y a la segunda dije: si a la segunda no lo consigo, pues dejaré paso a otro. Eso es evidente, lo que quiere decir eso es que la ciudad no te quiere. Después de ocho años en la oposición y cuatro en el gobierno, si el ciudadano decide que deben ser otros los que gobiernen, es evidente que me han dicho no a mi proyecto político, y lo lógico es que yo emprenda otro camino. No tiene mucho sentido. Yo ya he cubierto mi etapa de oposición en Valladolid, creo que ocho años ya son suficientes. Me gustaría estar más tiempo de alcalde y si me votan ahí voy a seguir, pero sino, lo lógico es que deje paso a otra persona.
Siendo “pedrista” pata negra, de los primeros que apoyó a Pedro Sánchez en las primarias, ¿se ve en el futuro en Madrid?
No. Yo lo he dicho muy claro, mientras a mí me apoyen en Valladolid, yo voy
a ser alcalde de Valladolid y he dicho que si a mí me apoyan, seré candidato en 2023. Por eso yo soy muy claro, no me voy a ir al Gobierno de España, ni me voy a ningún sitio siempre y cuando continúe con el proyecto que he iniciado. Sino, pues veremos a ver qué otras posibilidades se abren pero yo vamos, tengo muy claro que lo que quiero es ser alcalde. Lo he querido toda mi vida, desde que tengo casi uso de razón y soy muy feliz con mi trabajo.
¿Si no tiene posibilidades de sumar y gobernar el próximo domingo y Pedro Sánchez levanta el teléfono y le dice: “Ven a Madrid”?
Bueno, lo pensaré, en todo caso… No creo que se dé esa circunstancia, honestamente, No me planteo esa posibilidad. Yo creo que el domingo el PSOE en Valladolid va a tener un grandísimo resultado y que va a gobernar. Así que ahora mismo, sinceramente, no estoy en esa hipótesis.
¿Qué fue de su agria polémica con Rosalía?
Ja, ja, ja… Esa es buena… Pues no fue ninguna polémica, yo simplemente me limité a contar lo que me pidió su representante, que no ella, por actuar en Valladolid. Y, a partir de ahí, bueno, pues se da uno cuenta de la potencia que tiene una estrella de la música y un alcalde mediático, que además a veces peca de exceso de transparencia… Yo salí contento de esa polémica, porque mucha gente por la calle me para y me dice que agradece que dijera las cosas como son.
Si los sueldos de los alcaldes, de los diputados y de los ministros son públicos, ¿quiere decir que lo deben ser también los cachés de los artistas?
No, yo no digo eso, pero cuando tú contratas con la administración debes asumir que tanto lo que propones como lo que realmente firmas forma parte
de la información a la que el ciudadano tiene derecho, y yo tengo un portal que se llama Las cuentas claras. Lo prometí antes de entrar en el gobierno, uno entra y puede ver hasta el restaurante en el que yo he comido y cuánto he pagado por la comida o el taxi que he cogido… Por qué no va a poder ver el ciudadano cuánto le pago a John Newman o a Franz Ferdinand, que viene este año a las fiestas de Valladolid, ¿por qué no?, es que eso forma parte de la transparencia que el ciudadano está reclamando. Yo no tengo ningún interés en contar lo que no ha sido y además le he dicho, bueno, si no es esto lo que cobras, dinos públicamente lo que cobras, porque Franz Ferdinand va a venir este año y va a cobrar 200.000€. Por lo tanto, dinero en el Ayuntamiento de Valladolid hay, no tanto como para pagar medio millón pero a lo mejor para pagar algo menos o mucho menos como decía ella que cobraba, pues hubiéramos podido hacerlo.
¿La marcha de Soraya Rodriguez a Cs tuvo algo que ver con las cuitas pendientes en el PSOE de Castilla y León?
Yo no he tenido con Soraya cuentas pendientes. Fui el dos de su lista en el año 2007 y es una persona con la que he tenido muy buena relación. Ahora, estoy tan decepcionado como sus mejores amigos de Valladolid, con los que ha crecido políticamente (no es mi caso, pero sí he tenido muy buena relación con ella). Nadie entiende un final político tan decepcionante, tan poco ético, tan poco acertado. Ha tenido dos maestros en política, uno fue Tomás Rodríguez Bolaños, que realmente fue su gran maestro, y el otro ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba. Y no ha aprendido nada de ninguno de los dos. Tomás no lo llegó a ver, no sé si por fortuna, porque yo creo que desde luego le hubiera machacao, pero Alfredo sí, y me consta que para él fue un palo durísimo.
¿Y qué le sugiere la imagen de Soraya Rodríguez del brazo de Albert Rivera ante el féretro de Alfredo Pérez Rubalcaba?
Lo he hablado con muy buenos amigos de Soraya de Valladolid desde hace 40 años, y estamos todos indignados… Indignados porque nos parece que es el colmo... En fin, yo creo que… Vale, se ha ido a otro partido político, le han ofrecido una oportunidad profesional que de otra manera no hubiera tenido. Se tenía que ir al Ayuntamiento de Medina del Campo y trabajar en una oficina, una cosa dignísima, ¿no?, pero para la que parece que no estaba muy preparada, y le han ofrecido una alternativa que ella ya conoce que es el Parlamento Europeo, cómoda y bien retribuida… Pero, hombre no sé, lo que hizo ese día sobrepasa la línea de lo tolerable.
Es usted el cuarto alcalde más influyente en Twitter, por detrás de Carmena, Colau y ´Kichi´...
Bueno, eso va de rachas… Hay veces que soy el octavo, hay veces que soy el segundo… Te quiero decir que… Incluso alguna vez he sido el primero…
Lo que iba a preguntarle es por su influencia en el PSOE…
Pues no me quejo, la verdad. Mi influencia en los últimos dos años ha sido muy grande. Creo que fui una de las personas que aportó más en el proceso de primarias y he sido una influencia importante en momentos decisivos. La moción de censura fue uno de ellos. Estoy en una posición, en ese aspecto, absolutamente privilegiada dentro del Partido Socialista.
¿Cuál es el modelo de ciudad del PSOE?
Bueno, pues afortunadamente, ya ves, Pedro, fíjate si me quiere y cuenta conmigo, que el Programa electoral municipal lo he redactado yo. ¿Cuál es el
modelo? Pues una ciudad compacta, que apueste por la rehabilitación y no por la expansión, una ciudad que apueste por la salud de los vecinos y por tanto que apueste claramente por reducir la contaminación… Una ciudad que apueste por los servicios públicos directamente gestionados desde lo público, no transferidos a empresas privadas… Es decir, una ciudad del siglo XXI. Yo creo que el modelo municipal del PSOE es el modelo de las ciudades europeas del siglo XXI. Es el programa más vanguardista en este momento y además parte de una experiencia de gobierno de 4 años en la que hemos gobernado en coalición con otras formaciones que también nos han enriquecido, nos han aportado cosas, y eso está plasmado. El modelo de ciudad del Partido Socialista es el modelo con el que se puede identificar la gran mayoría social que quiere ciudades más humanas, más eficientes y menos contaminadas.
¿Tiene restringido el tráfico al centro de Valladolid?
En ocasiones sí.
Pero no de forma permanente.
No de forma permanente. Por fortuna en el casco de Valladolid no es necesario. Valladolid es la ciudad, y lo dicen Ecologistas en Acción y Greenpeace, que ha actuado de manera mucho más decidida en relación con los episodios de contaminación. He tenido cortado el tráfico en mi ciudad con 120 de ozono y ese día venía a Madrid y había 160 en el medidor de la Casa de Campo y el tráfico estaba abierto. Es decir, Madrid ha dado un paso muy al final del mandato con Madrid Central, pero nosotros a menos escala, en Valladolid, en una ciudad más pequeña y mucho menos contaminada, hemos sido tremendamente audaces y muy comprometidos con la salud de la población. Y debo decir una cosa, la respuesta de la gente ha sido espectacular. Valladolid que tiene esa fama de ciudad tradicional y en esto ha reaccionado magníficamente, han visto muy claro que lo primero era proteger la salud.
¿Los ayuntamientos del cambio han sido una decepción?
En algunos aspectos sin duda. Algunos sí. Sí creo que al menos durante un
tiempo, sobre todo al principio, se centraron en lo anecdótico y dejaron de lado lo importante. Y eso es lo que no ha pasado en Valladolid, y probablemente si no ha pasado es porque algunos agentes del cambio, no digo que no fueran protagonistas pero no lideraban el cambio, lo lideraba un partido acostumbrado a gobernar y que tiene una visión práctica de las cosas y ese liderazgo en Valladolid se ha notado. No nos hemos centrado en las Navidades, en fin, mi misión no era vestir a los Reyes Magos de otra cosa que de armiño, ¿no? que es lo que yo creo que vamos, en fin, la idea que todos tenemos en la cabeza. Mi cometido era abrir los comedores sociales, los comedores escolares y tardé quince días en abrirlos. Llegamos un 13 de junio al gobierno y el 28 estaban abiertos los comedores. Mi objetivo era nutrir un gran parque de vivienda público comprando vivienda en distintos barrios, no construyendo guetos. Mi objetivo era pues mejorar la ayuda a domicilio, las ayudas sociales, generar una línea de ayudas para la compra del material escolar…Vine a eso, no a cambiar la Navidad, ni la Semana Santa, ni esas cosas. Y los ciudadanos lo han sabido ver y creo que lo van a saber reconocer el día 26
Qué le une, además de las siglas, a Abel Caballero, uno de los alcaldes socialistas más votados en las anteriores elecciones y que lleva ahora el mismo camino.
Abel para mí es un modelo a seguir en muchas cosas, pero ojo eh, cada uno tiene su estilo y el de Abel es inimitable. Abel se sube a un escenario con 30.000 personas abajo antes de un concierto y echa un speech y la gente le jalea, ¿No?. Para eso hay que valer y yo creo que hay muy poca gente que valga para hacer eso, pero Abel es un alcalde sensacional y se avecina un
resultado en Vigo que va a marcar época. Es decir, estamos hablando de que se va a ir a los 20 concejales, y eso para mí merece un enorme respeto. Además es un amigo, le veo todos los veranos, hablo con mucha frecuencia
con él y para mí es un modelo a seguir en otro registro. Yo tengo otra forma de hacer cosas, probablemente tenga más pudor, me cuesta un poco más determinadas cosas, pero creo que en esa búsqueda del electorado total, de
gobernar para todos, de no cerrar puertas a que le voten personas de uno y otro signo político, siendo fiel a sus principios, para mí es el ejemplo claro a seguir.
Pues mójese y dígame qué resultado va a sacar el próximo domingo el Partido Socialista en Valladolid.
No lo sé. Sería muy pretencioso por mi parte decir un resultado. Espero que no andemos lejos de la mayoría absoluta.
¿Y si no la tienen?
Mi prioridad, lo he dicho muy claro, son los socios con los que he compartido el gobierno durante estos 4 años. No tendría sentido que yo presumiera de mandato y al mismo tiempo diera un volantazo en el rumbo. El rumbo ha sido el correcto, yo creo que se pueden mejorar cosas y probablemente si estamos más fuertes, las podremos hacer mejor pero la dirección es la adecuada
Suerte y muchas gracias.
Muchas gracias a ti.