Toño Abad: "Tener Twitter no te convierte en activista"

Toño Abad: "Tener Twitter no te convierte en activista"

El presidente de Diversitar y el Observatorio Valenciano Contra los Delitos de Odio ha sido objeto de las críticas de Ciudadanos.

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Toño Abad tiene consigo la responsabilidad institucional de hacer avanzar a la asociación más vetusta en la defensa de los derechos de las personas LGTBI de Alicante, Diversitat. Aunque Abad no es solo presidente de esta institución, también dirige el Observatorio Valenciano Contra los Delitos de Odio, es vicepresidente del Consejo Consultivo de la Radio Televisión Valenciana y, desde hace unos meses, el responsable del área de Diversidad de UGT, el Sindicato con mayúsculas que este año celebra 130 de historia.

Como apunte, añadir que en este aniversario la central ha revisado el manifiesto fundacional y ha añadido la apuesta por el ecologismo, el feminismo y la diversidad. En palabras de su secretario general, Pepe Álvarez, el sindicato: “tiene que luchar por llevar luz allí donde aún no hay libertad” a lo que añade que la lucha será “porque ninguna persona sufra discriminación por su orientación sexual o identidad de género en el trabajo”.

Esta semana, Abad ha sido objeto de las críticas de Ciudadanos por rechazar que el grupo de esta formación en Alicante acuda al Orgullo que va a tener lugar este sábado.

PREGUNTA: Resistencia sí, pero ¿qué nos queda por alcanzar a las personas LGTBI?

TOÑO ABAD: El Orgullo es resistencia, sí, contra la violencia, el odio y la discriminación que nos acompañan durante toda nuestra vida, y aunque hay mucho por hacer, nos falta alcanzar la igualdad real. Es protesta, también: para no permitir que  los niños y niñas no sufran acoso escolar por su orientación o identidad, combatir decididamente los delitos de odio, que además no se denuncian por la desconfianza que todavía tenemos en la Administración, las enormes tasas de exclusión y vulnerabilidad de las personas trans, que sufren lo peor de un sistema organizado para discriminarlas, e introducir la diversidad en las empresas, que todavía hoy se empeñan en no aceptar. Hace falta una ley estatal LGTBI del reconocimiento de nuestros derechos y una estrategia estatal contra los delitos de odio, y especialmente contra el discurso de odio que ahora está representado en las instituciones.

En la última semana se ha generado una gran polémica en Alicante por la participación de Ciudadanos en el Orgullo. ¿Cuál es vuestro motivo para rechazar a este partido?

El de Alicante es el último Orgullo de España y hemos recogido, simplemente, el sentir del colectivo atónito y escandalizado con el comportamiento de Ciudadanos en Madrid, que acusó a los activistas de agredirles cuando era falso; hasta la policía desmintió las agresiones. Es inaceptable que el protagonismo fuera de un partido, que debe acompañar y no acaparar, y no de los verdaderos protagonistas, nuestras personas mayores a las que ese día reivindicábamos. A ellas todavía hoy no se les ha pedido perdón, ni se ha reparado el daño y la persecución que sufrieron. En Alicante no queremos que se repita ese espectáculo y, ante el descontento y con buen criterio, les pedimos que no acudieran. Nuestra entidad invita, y si vas a poner una pancarta tienes la obligación de aceptar nuestras condiciones.

Tener Twitter no te convierte en activista, y mucho menos te legitima para nada. El activismo se hace en las calles y, sobre todo, en el cuerpo a cuerpo.

¿Por dónde pasa el activismo del siglo XXI?

Sé por dónde no va a pasar: por las redes sociales. Tener Twitter no te convierte en activista, y mucho menos te legitima para nada. El activismo se hace en las calles y, sobre todo, en el cuerpo a cuerpo. Ayudando a los demás. En este momento el movimiento LGTBI se está refundando, la extrema derecha como amenaza ha creado las condiciones para que esto se produzca y veo más unión que nunca. El activismo de los próximos años pasa por la suma, las alianzas, sobre todo con dos luchas que hemos perdido de vista en los últimos años: la lucha feminista y la lucha obrera. El género y la clase son los elementos primigenios a los que hay que volver para encontrar las estrategias que necesitamos. Por eso es tan disruptiva la propuesta sobre alquilar vientres de Ciudadanos, que quieren hacer pasar por causa LGTBI, y nos quieren enfrentar con el feminismo y nuestra propia exclusión social. El colectivo LGTBI es feminista y obrero. Lo demás son engaños.

Totalmente en contra del alquiler de vientres... ¿qué le dirías a Patricia Reyes cuando habla de que es una reivindicación LGTBI?

A Patricia Reyes le preguntaría que, si tan altruista es, por qué no concibe hijos e hijas y los da en adopción. Hay muchas personas que están en lista de espera de adopción. Le diría también que deje de engañar: nunca los vientres de alquiler han sido nuestra lucha, ni viene a constituir la satisfacción de una reivindicación LGTBI. Desde movimiento LGTBI la lucha es por la igualdad de derechos, de oportunidades y de trato. Su propuesta choca frontalmente con esto, sobre todo con los derechos de las mujeres explotadas reproductivamente. No quiero vivir en un mundo donde los hijos e hijas se compran a la carta. Y por último, la invitaría a que retire la demanda que ha puesto contra quienes protestaron contra ella. Es un insulto a las personas que sufrimos toda clase de violencia que ella, desde sus privilegios, nos acuse, señale y persiga.

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