La OCU alerta sobre los peligros de los tatuajes de henna negra, los habituales del verano
Por el contrario, la henna natural "no suele dar problemas".
Playas españolas, eventos al aire libre o destinos en el extranjero. En verano es fácil encontrarse con ofertas para hacerse un tatuaje con henna negra. Teniendo en cuenta que desaparecen en una semana y que esta no es la mejor época para hacerse uno ‘normal’, dado que hay que evitar exponerlo al sol, son muchos los que deciden decorarse la piel con dibujos realizados con esta tinta.
Precisamente por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado sobre sus peligros que, al contrario que la henna natural —“que no suele dar problemas” al ser fruto de las hojas y flores de un arbusto llamado Lawsonia inermis—, pueden provocar graves alergias.
El riesgo de este tipo de tinta está en que se consigue al mezclar la henna natural con otros colorantes químicos, para lograr un efecto más duradero, brillante y oscuro.
Uno de esos colorantes, indica la OCU, es “la p-fenilendiamina o PPD, cuyo uso directo sobre la piel está prohibido”.
Su aplicación puede provocar, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), “picor, enrojecimiento, cicatrices, decoloración, sensibilización permanente...”, e incluso grandes ampollas, como muestran en unas imágenes. Todas ellas pueden aparecer varias semanas después de su aplicación sobre la piel. Si ocurre, es recomendable acudir al médico.
Además, quienes se prestan a hacerse un tatuaje de este tipo pueden tener sensibilidad permanente en la piel, de manera que cuando “vuelvan a entrar en contacto en el futuro con estos colorantes químicos, presentes en muchos tintes de pelo, podrían sufrir un cuadro de dermatitis alérgica”.
Distinguir la henna negra de la henna natural a simple vista es sencillo: la segunda tiene un color marrón o rojizo, y dura menos tiempo, apenas 3 o 4 días.