O Podemos o nada: feo cara a cara final entre Iglesias y Sánchez sobre pactos
"El mundo no empieza ni acaba con usted", dice el socialista. "Usted no será presidente de España nunca si vamos a elecciones", replica el morado.
La cosa ya iba tomando color (y calor): que no vamos a ser un mero decorado, decía Unidas Podemos. Que mano tendida, pero ojo, hay otros caminos que no son la coalición, recordaba el PSOE. Así hemos llegado al último turno de réplicas y contrarréplicas en el Congreso, en el debate investidura de Pedro Sánchez, y ha sido entonces cuando los dos líderes negociadores se han tirado ya directamente los trastos a la cabeza, a reproche limpio, a advertencia limpia. Puede que en un par de días contemos que hay acuerdo entre rojos y morados, pero de momento lo que se han lanzado no han sido lindezas.
Empezamos por el final, que ha sido la amenaza más contundente. El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha avisado a Sánchez de que si no se escuchan, si no hay acuerdo de Gobierno y hay que repetir elecciones, el socialista “nunca” volverá a ser presidente nunca. Ir otra vez a las urnas es un “error” y “desoír” a los ciudadanos que votaron el 28-A, pero será la salida si los suyos no están satisfechos con lo que el PSOE les ofrece. Su partido no va a decir “sí” de “gratis” ni tampoco “no se va a dejar pisotear ni humillar por nadie”. El tono aquí ya había subido unas cuantas revoluciones.
Que Sánchez le recordase que el abanico es grande, desde un apoyo puntual de investidura a un pacto de Gobierno puro, no le ha gustado a Iglesias, quien ha empezado a contar en público interioridades de las negociaciones entre los dos partidos -“venga, cuente lo que nos ha ofrecido”-. Por ejemplo, que Podemos ofreció una salida a la valenciana, esto es, con miembros de las dos formaciones en todos los ministerios, para trabajar conjuntamente, y que el PSOE le dijo que si acaso, mañana ya si eso... Lo mismo, lo de quedarse con ministerios clave. No puede actuar así, le ha dicho a Sánchez, cuando no le salen las cuentas y necesita a Podemos para sumar; la única “salida sensata” es la de compartir.
“Le dijimos que para desarrollar el programa queríamos competencias de Hacienda, y nos dijo que ni hablar, en ningún caso”, ha lamentado Iglesias, que cree que ha pasado lo mismo cuando el partido morado sugirió que quería competencias en Igualdad, en Trabajo, en Ciencia o en Transición Ecológica ”¿Qué nos han ofrecido ustedes? Explíqueselo a la Cámara”, ha retado Iglesias al socialista. “Somos una fuerza política modesta, joven”, ha reiterado, pero no por eso van a acatar un “lo tomas o lo dejas”.
Como en un tira y afloja romántico, Iglesias le ha dicho a Sánchez que si tan poco lo quiere, que se busque a otros. Otros son el PP, Ciudadanos “y hasta Vox”, a los que puede rogar la abstención. A los dos primeros, Sánchez lo ha hecho sin sonrojo durante todas sus intervenciones, lo que ha endemoniado a Igleias. Le ha dicho que si no está a dispuesto a compartir el poder tiene alternativas: convencer al PP de hacer un acuerdo de coalición o doblarle el brazo a Ciudadanos. “Tiene usted otra opción: hacer caso al señor Tezanos y convocar nuevas elecciones”. La culpa, insiste, sería del PSOE, no de su gente.
Iglesias, machachón, repetía que en Europa se pacta, que no es un desdoro sino altura de miras, y que al PSOE ahora le toca porque antes lo ha hecho mal gestionando y ya no pueden ir sin muletas. “Si no fuera por sus errores, nosotros no estaríamos aquí. Sean humildes”, ha espetado.
El presidente del Gobierno en funciones no ha tenido turno final para contrarrestar a Iglesias (tres intervenciones contra dos), pero aún así ha tenido tiempo para decirle a Iglesias, a veces sosegado, a veces impaciente, que no, que de jarrón chino no lo quiere, que le “tiende la mano” para hacer “muchas cosas”, pero cuidado, que tampoco les den lecciones, porque “el mundo no empieza ni acaba con usted”.
Para Sánchez, la oferta socialista para llegar a La Moncloa es “generosa”, para nada “tiene que ver con elementos decorativos”, entre otras cosas porque cree en el diálogo y no tiene “un ánimo monopolista del poder”. De ahí que oferte algunos ministerios a Podemos, cuando ya había dicho que no habría coalición sino cooperación. Un paso atrás. “El Gobierno de España tiene que obedecer al interés general y es lo que tengo que salvaguardar como candidato”, ha enfatizado, yendo de prudente.
Si no hay acuerdo, eso sí, la culpa será de los de Iglesias y tendrán que “asumir también su responsabilidad”, llevando a España a elecciones y alineándose con lo mismo que vota la ultraderecha de Vox. Los socialistas, asume, han cometido errores, pero ese no será uno porque lo van a intentar, dice. “Hemos cometido errores, le concedo, pero muchos más aciertos. El estado del bienestar, si tiene un sello, es el de nuestro partido, recuérdelo”, avisó Sánchez, cada cual peleando en el reparto de medallas.
“El papel del candidato consiste no sólo en ganar las elecciones, sino en recurrir a la audacia”, resonaba aún la voz de Iglesias, como un eco. ¿Tendremos socios? Qué horas te quedan, España...