"O libertad o libertad". Torra pide nuevas movilizaciones y anticipa un curso de confrontación con el Estado
El president se muestra dispuesto a dialogar con Sánchez pero asegura que no aceptará “nada menos” que un referéndum de autodeterminación.
Movilización en la calle, defensa del proyecto independentista desde las instituciones y confrontación con el Estado a través de las leyes sociales suspendidas por el Tribunal Constitucional. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha esbozado este martes en Barcelona las líneas maestras de su acción política y anticipa un curso conflictivo con el Ejecutivo de Sánchez. En un discurso cargado de épica, metáforas y citas poéticas, el president ha pedido al secesionismo que vuelva a su unidad de acción para lograr la independencia y ha llamado a la población a una "marcha por los derechos civiles".
El independentismo busca un nuevo momentum. Otra ventana de oportunidad que saque a la gente a la calle, paralice el país y sume a esa parte de la sociedad que no es independentista pero se movilizó el octubre pasado. "El 80% de los catalanes quiere un referéndum, condena la represión del 1 de octubre y no siente la Monarquía como algo propio", ha dicho Torra, en un claro guiño al espacio de los Comuns. "Estos tres ejes son fundamentales".
La apuesta de Torra es empezar a calentar motores por la Diada, el 11 de septiembre, y continuar hasta la sentencia del juicio a los políticos catalanes en el Tribunal Supremo. Será en ese momento cuando Torra, en el caso de una sentencia condenatoria, se negará a aceptarla y "se pondrá a disposición del Parlament para tomar las decisiones de país que se deban tomar". Vuelve el horizonte de una hipotética desobediencia.
Ante un independentismo que puede parecer agotado y a falta de una semana para la Diada Nacional, Torra ha hecho una arenga a la población para que se mantenga movilizada de manera pacífica. "Planificad de manera detallada las semanas que vendrán, tened presente que solo tendremos aquello que nos sepamos ganar", ha espetado a un auditorio lleno, donde ha acudido la plana mayor del independentismo y todo el Govern. A la conferencia en el Teatro Nacional no ha asistido ningún representante de Ciudadanos, PP ni los Comuns. Si se ha visto, no obstante, a la portavoz del PSC Eva Granados.
Torra trata de difuminar la reclamación independentista –una reivindicación que, en general, no despierta muchas simpatías en Europa– para llevarla al campo de los "derechos civiles y humanos". Sin concretar demasiado, el president ha hablado de una marcha "por los derechos civiles y las libertades" que empieza ahora y acabará con la sentencia del supremo. Ha comparado esta marcha con la que realizó Martin Luther King hasta Washington en defensa de los derechos civiles en 1963 y ha dibujado España como un país que, según él, ha "enterrado" los "derechos civiles y las libertades fundamentales".
También ha afirmado que en Cataluña se "vive sometido a un régimen de discriminación y vulneración de derechos" y la "libertad de expresión y de pensamiento" están "criminalizadas". Emulando la frase de "referéndum o referéndum" de su predecesor, Carles Puigdemont, Torra ha acuñado una nueva: "o libertad, o libertad". Aplausos en el Teatro Nacional de Cataluña.
Entre citas a Kennedy y Nelson Mandela, Torra ha pedido a Sánchez "diálogo y negociación" sobre los políticos presos y los "exiliados" a la vez que daba un portazo a su propuesta de votar sobre el autogobierno en Cataluña. "El debate en la sociedad catalana no es sobre el Estatut, sólo un referéndum acordado, vinculante y reconocido internacionalmente puede renovar el mandato del 1 de octubre", ha explicado, "no aceptaré menos que esto". Más aplausos en el auditorio.
A pesar de las llamadas al diálogo, el president ha esbozado una línea de acción política que chocará con el Gobierno central o, como mínimo, con el Tribunal Constitucional. Torra ha asegurado que será "prioritario" recuperar las leyes sociales aprobadas por el Parlament y suspendidas por el Tribunal Constitucional. El Govern primará algunas en concreto, como la de pobreza energética, igualdad de género o el cambio climático. "Nos comprometemos a hacerlas efectivas", ha afirmado en su conferencia.
La acción del resto de instituciones –Diputaciones, Ayuntamientos, Consejos Comarcales y demás– también irá encarada "al servicio de la libertad". Esta acción la completará el Consell de la República en Bélgica que, presidido por Puigdemont, "debe ser el altavoz más potente de la lucha por la libertad de Cataluña".
"Ya ejercimos el derecho de autodeterminación, ahora nos proponemos hacerlo realidad", ha dicho Torra. Lo que viene es más procés. Otra vez la hipotética desobediencia a los tribunales españoles sobrevolando la política catalana. El proyecto independentista, sin rumbo durante los últimos meses, busca trazar un nuevo camino para seguir con su órdago al Estado. Los políticos en prisión, los cargos en el extranjero que se mueven libremente pero no pueden regresar a su país y la celebración de un juicio a la cúpula que organizó el referéndum se ven en el secesionismo como nuevas oportunidades para movilizar a la población. Empieza el "otoño caliente".