Del "reclamo" de Almeida al escándalo: ¿Puede jugar Djokovic en Madrid?
La que ha liado el alcalde.
A pelotazos por Novak Djokovic también en España. La decisión de Australia de expulsarle del país sin poder jugar el Open de Australia y la inesperada postura del torneo Roland Garros de no dejarle participar sin estar vacunado generó una pregunta: ¿dónde podrá jugar el serbio en 2022? En esas apareció el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida, que en plena polémica apuntó que la presencia de Djokovic en el Mutua Madrid Open (del 26 de abril al 8 de mayo) sería “un gran reclamo”.
El jardín en el que acababa de meterse solo lo sabía él. Tanto, que horas más tarde le ha tocado desdecirse (o algo parecido) ante las críticas recibidas. Almeida pasó de hablar de “reclamo” a simplemente que sería positivo que el torneo contase con el número 1 del mundo. A su estela, un hilo de réplicas, también del fuego amigo. Pero, ¿puede o no puede entrar Djokovic en España sin estar vacunado? ¿Y si entra podría jugar?
Lo que dice la norma (y la excepción)
Para alegría del serbio, en España la vacunación no es obligatoria, por lo que no se exige como requisito generalizado, a diferencia de países como Australia. Sin embargo, según fuentes del Gobierno recogidas por Europa Press, la literalidad de la normativa obligaría a Djokovic a vacunarse si quiere entrar desde Serbia, su país natal, ya que así se recoge en las restricciones a este estado ajeno al espacio Schengen.
Lo bueno para Djokovic es que existe una excepción a la que se podría acoger él y que afecta a los “trabajadores altamente cualificados cuya labor sea necesaria y no pueda ser pospuesta o realizada a distancia, incluyendo los participantes en pruebas deportivas de alto nivel que tengan lugar en España”, tal como recoge el Ministerio de Asuntos Exteriores en su web.
A su llegada a Barajas, el tenista podría presentar una prueba PCR negativa hecha en las últimas 72 horas o un test de antígenos en 48 o bien presentar un informe de haber pasado el covid entre 180 y 11 días antes de entrar. También le valdría el certificado de vacunación, pero suponemos que ese no lo tendrá.
Djokovic, entre Marbella y Madrid hace semanas
Una vez dentro del país, la normativa del torneo no indica nada sobre posibles limitaciones a deportistas no vacunados, por lo que a día de hoy no habría ninguna razón legal para impedir su participación en Madrid u otras competiciones en España.
De hecho, Djokovic ya ha estado varias veces en España durante la pandemia, la última estas Navidades en Marbella, un territorio donde viaja y entrena a menudo, hasta el punto de tener una casa allí. Semanas antes jugó la última Copa Davis en Madrid, por entonces sin ningún problema ni ruido por su no vacunación.
Sobre el Mutua Madrid Open, el propio torneo podría establecer medidas más restrictivas, a falta de algo más de tres meses para su comienzo.
La que ha liado Djokovic Almeida
Sin embargo, el debate ya no gira en torno a su participación o no en la cita madrileña, a día de hoy perfectamente posible, sino al ejemplo que está dando. Horas después de hablar, al alcalde madrileño le ha tocado desdecirse, asegurando que el comportamiento del serbio “no ha sido bueno”; de hecho lo califica como “deplorable”. Sin embargo, pasa la pelota a Moncloa como responsable de asegurar o prohibir su entrada en España.
En esa cuestión no se metió ayer Pedro Sánchez, pero mandó un mensaje claro tanto a Djokovic como a Almeida. Eso sí, “sin ánimo de polemizar”, como matizó en varias ocasiones. “Las normas están para cumplirse y no hay nadie por encima de ellas”, defendió el presidente, que mostró su apoyo a la decisión tomada por Australia como estado soberano.
“En relación al alcalde, sin animo de polemizar, otro tanto. Las normas están para cumplirse... Cualquier persona, se llame como se llame y sea o no deportista de primer nivel, debe cumplir con las normas sanitarias y eso es lo que hará cualquier deportista que aspire a competir en nuestro país, cumplir con las normas sanitarias de España”, ha rematado Sánchez.
Este martes, la portavoz del Gobierno ha echado más leña al Djokovicgate al apuntar que “lo que tendría que hacer es vacunarse” y que aunque no sea obligatorio, lo más “acertado” sería que recibiera el antiviral antes de participar en el Mutua Madrid Open. “No basta solo ser grande en la pista sino que hay que serlo en la vida. Cuando uno es un deportista de élite tienen muchos ojos que le miran y la ejemplaridad es importante”, ha enfatizado Rodríguez.
La número dos de Almeida tampoco ha evitado dejar su visión del asunto, aunque sin mentar al alcalde. Para Begoña Villacís “España sí admitiría que entrase Djokovic”, pero “yo soy mucho más de Nadal que de Djokovic no solo tenísticamente. Me preocupa que haya gente tan popular que esté difundiendo tesis antivacunas. Es muy preocupante, hay gente joven que se puede dejar guiar por él, que es un reclamo del antivacunismo”.
Réplicas también desde dentro del PP
Pero el “reclamo” de Djokovic no es solo una cuestión de colores. Matizadas las palabras de Almeida, al portavoz nacional del PP le han llegado respuestas críticas desde su propio partido y su propia comunidad. Su partner Isabel Díaz Ayuso ha coincidido con Pedro Sánchez al defender que las normas “hay que cumplirlas” y “cada país es soberano para establecerlas así como cada administración”.
Más metido en la cuestión de si podría jugar o no en el torneo madrileño, quien ha alzado la voz ha sido el consejero de Sanidad de Ayuso, Enrique Ruiz Escudero. La mano derecha de la presidenta ha sido contundente: “Desde el punto de vista sanitario si no está vacunado no podrá participar en un torneo en Madrid puesto que las normas están para cumplirlas y las tienen que cumplir todas las personas que vengan a disputar este torneo”. Sin embargo, a día de hoy la legalidad sí le permitiría jugar si acredita alguna de las opciones exigidas para su entrada a España.
Vox da la nota disonante también aquí. El portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha defendido que Novak Djokovic “será bienvenido” y no aprecia “ningún inconveniente” en que venga “si cumple la normativa”.
El problema viene en los que, según él, aplican “lo de que todos somos iguales ante la ley” y son “extraordinariamente exigentes” con unos y “con inmigrantes ilegales no lo son tanto”, sin saber cuáles son sus antecedentes sanitarios.