No, no es una inocentada: hoy se aprueban los presupuestos y la reforma laboral
Los caprichos de la política dejan para el 28 de diciembre dos de los proyectos más importantes del Gobierno.
No había días en el año para aprobar dos de los hitos de la política nacional y tenía que ser justo hoy, 28 de diciembre. La broma sale sola, pero de inocentada, nada de nada. El Día de los Santos Inocentes, qué cosas, España verá aprobados sus Presupuestos Generales y la reforma laboral.
Salvo que el día de marras reserve una sorpresa sensacional, será un momento doblemente feliz para el Gobierno después de meses de estresantes negociaciones, con el ‘tic tac’ de Bruselas y su reparto de fondos sin dejar de resonar como amenaza. Ni siquiera las cuentas, que gozaban de un respaldo mayoritario entre Ejecutivo y sus socios parlamentarios, lo han tenido fácil. Un veto de Compromís en el Senado obliga a pasar otra vez por el Congreso.
Desde entonces, los ojos de toda la política se fueron de golpe, al 28 de diciembre. Un día peculiar para cerrar un año más que peculiar.
La reforma de la reforma
Pero si los vericuetos de los PGE han sido llamativos, los de la reforma laboral cuesta calificarlos. Han sido “nueve meses negociando, muchos días 14 horas”, como señalaba el presidente de los empresarios, Antonio Garamendi, en relación a la ‘pelea’ a tres bandas para lograr la reforma de la reforma laboral impulsada por el PP en 2012. Dada por imposible la palabra ‘derogación’, la meta realista era darle la vuelta al texto con otro pactado con sindicatos y patronal. Y hacerlo antes de Año Nuevo, que los dineros de Bruselas van con condiciones: entregar un nuevo marco laboral aún en 2021.
Papa Noel adelantó su tarea unas horas y bajó por la chimenea del Ministerio de Trabajo para conseguir el acuerdo final entre los tres actores, que ya en plena angustia habían pasado a reunirse a diario.
De no conseguir el deseado regalo navideño, más que inocentada, España se hubiera pegado un tiro en el pie. El texto que aprobará el Consejo de Ministros reduce los contratos temporales a dos tipos, apuesta por el indefinido como el contrario ordinario a fin de reducir la temporalidad y antepone de nuevo el convenio del sector sobre el convenio de empresa.
Saldrá de Moncloa como decreto ley, pero no queda claro cómo será su camino legislativo una vez fuera. El portavoz del PSOE, Felipe Sicilia no ha aclarado si finalmente se tendrá que tramitar como proyecto de Ley, ya que “una vez presentado en el Parlamento veremos qué opciones de tramitación hay”.
Sicilia pide a los socios parlamentarios que apoyen el texto y respeten su contenido “lo máximo posible”, aunque ya hay algunas dudas en el horizonte. EH Bildu, a través de su coordinador general, Arnaldo Otegi, ha advertido este jueves de que su formación “no avalará” la nueva reforma laboral si el acuerdo no supone “un salto en la recuperación de los derechos arrebatados” en el marco laboral anterior.
Se refiere a la derogación ”íntegra” del texto aprobado por el PP, un compromiso que llevaban PSOE y Unidas Podemos en su programa y que ambos acordaron con Bildu, ha explicado Otegi. El PNV también ha tensado la cuerda, en su caso al pedir la prevalencia de los convenios autonómicos frente a los estatales.
Y, acción-reacción, la patronal también lanza su toque de atención. Eso de “lo máximo posible” no le ha gustado nada. “Lo pactado no se toca”, ha advertido el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, sobre cualquier intento de modificación del acuerdo. Para el cabeza de los empresarios, “cada coma del texto es un mundo” y variarlo podría suponer su salida.
Unas cuentas de ida y vuelta
En el Congreso esta vez no se espera un debate enconado. Se acaba el año y hay prisa. Bastará con la aprobación de la enmienda de Compromís, en una sesión sin apenas diputados, entre ausencias y efectos del coronavirus. No estará ni la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, que el lunes dio positivo.
El camino que debería haber acabado el martes 21 en el Senado, lo hará una semana después por un postulado de Compromís al que se agarró desesperadamente el PP. La enmienda en cuestión modifica las cuentas del Ministerio de Cultura y Deporte para dirigir 1,6 millones de euros a Cataluña, Galicia, Asturias, Comunidad Valenciana, País Vasco, Navarra, Aragón y Baleares para la promoción y difusión de las lenguas protegidas por la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias.
Una vez llegue el sí definitivo —si es que 2021 no guarda una gran inocentada final—, las cuentas quedarán definitivamente aprobadas para su entrada en vigor el 1 de enero.