Mi familia. Mis razones
"Espero que conforme pasen los años la gente comprenda mejor la gestación subrogada y que, con suerte, se legalice en todo el país".
Siempre he sabido que quería tener hijos. En mi caso, no era cuestión de si iba a tenerlos, sino cuándo. La gente me hace muchas preguntas. Voy a intentar responder algunas aquí.
Hace poco vino al mundo mi hija pequeña, Mayte Amor, el 4 de octubre, y ya está junto a sus hermanos mayores, Mario, de 4, y Mia Alma, de 2.
Los tres descienden genéticamente de mí y han nacido gracias a la generosidad de diferentes madres anónimas por gestación subrogada, usando los óvulos que ellas mismas donaron.
Contacté con una agencia para que me guiara a través de todo este proceso, que puede llegar a ser muy complicado (y caro). No existe una ley estándar que regule la gestación subrogada en todo el país. De hecho, muchos estados la prohíben.
Para tener a mi primer hijo, Mario, el juzgado mandó a mi casa a un supervisor para entrevistarme e indagar cosas sobre mí. Después, tuve que asistir al juzgado en persona y solicitar la custodia de mi propio hijo cuando naciera.
El proceso fue más simple con el segundo bebé, Mia Alma.
Espero que conforme pasen los años la gente comprenda mejor la gestación subrogada y que, con suerte, se legalice en todo el país. Pero ya no solo por los Estados Unidos, sino por todos nuestros aliados, que también están pasando por dificultades.
Muchos me preguntan por qué no adopto. ¿Le preguntarían lo mismo a una pareja heterosexual? ¿Por qué no iba a querer tener mis propios hijos biológicos? Aunque no descarto la adopción en el futuro, para mí era importante tener hijos con mi ADN. Mi padre falleció cuando yo tenía 15 años y tener descendencia era la única forma de hacer que una parte de él perviviera, literalmente.
Mi familia es increíble y poco convencional, desde luego. Les suelo explicar a mis hijos que tienen una familia diferente del resto. Mi madre vive con nosotros y pocas familias tienen esa suerte. Esa diferencia nos hace especiales y estupendos. Cuando mis hijos crezcan, seguiré sincerándome con ellos con mayor profundidad.
Una de las principales razones por las que escogí a mi donante de óvulos es porque parecía ser buena persona. Estoy seguro de que el dinero era uno de sus motivos, pero se notaba que era una persona buena y decente, algo que todos los trabajadores de la agencia de reproducción asistida mencionaron. Y eso era importante para mí. Mucho más de lo que parece, y mentiría si dijera lo contrario. De hecho, elegí a la donante de óvulos de entre la lista de candidatas comunes que me ofrecía la agencia (hay una "lista VIP" llena de antiguas reinas de concursos de belleza).
Me encanta ser padre. Más que cualquier otra cosa en el mundo. Y me esfuerzo al máximo. Ya fuera consciente o inconscientemente, quería tener mis propios hijos. Me tomo este asunto muy en serio.
Tener que hacer frente a una crianza inestable en la que los niños no dejan de cambiar de hogar es un asunto que, a poder ser, mucho padres querrían evitar.
También quería tener hijos antes de hacerme demasiado mayor. Con suerte, la próxima etapa de mi vida la podré centrar en el amor y en los hombres. Por ahora, estoy demasiado ocupado cambiando pañales y llevando a los niños a natación. ¡Y no cambiaría ni un detalle!
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.