México, en pie: por qué el feminicidio de Ingrid Escamilla ha levantado al país
La difusión de fotos de su cadáver, descuartizado y desollado, junto a titulares sensacionalistas, indignan a los ciudadanos con un "basta" claro
Miles de mujeres mexicanas han estado durante el fin de semana manifestándose sin descanso en distintos puntos del país y, sobre todo, en la capital, Ciudad de México. Les movía el recuerdo y la indignación tras el asesinato de Ingrid Escamilla, una mujer de 25 años descuartizada presuntamente por su pareja, en plena polémica sobre la tipificación del delito de feminicidio en el país.
Las redes sociales fueron la plataforma inicial para la crítica y luego, miles de personas salieron a las calles para exigir justicia para las mujeres en un país donde solo en 2019 fueron asesinadas cerca de 4.000 de ellas.
La marcha principal, el sábado, comenzó en una estación de metrobús de la alcaldía Gustavo A. Madero, en el norte de la capital mexicana, y prosiguió hasta el domicilio en el que la joven fue asesinada el pasado domingo, donde se leyeron discursos de homenaje.
Las manifestantes portaron pancartas en recuerdo de la víctima y corearon cánticos como “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “Me cuidan mis amigas, no la policía” o “Vivas nos queremos”.
La protesta, en la que participaron familiares de la joven, tuvo el pleno apoyo de los vecinos de la zona, ya que muchas fachadas tenían colgados carteles deseando justicia y un descanso en paz para la joven.
Este sosegado homenaje a Ingrid Escamilla tuvo lugar tras la tensa jornada anti feminicidios del viernes, cuando miles de mexicanas se manifestaron en todo el país contra el Gobierno y los medios de comunicación. Agrupaciones feministas pintaron la puerta y paredes del Palacio Nacional, sede del Gobierno y residencia del presidente, e incendiaron un camión de un periódico que publicó fotografías del cadáver de la víctima.
La cobertura mediática de este crimen ha sido muy criticada e incluso se filtró un video del presunto homicida, Erick Francisco “N”, de 56 años, cuando confesaba ensangrentado y dentro de una patrulla que “enterró” el cuchillo en el cuello y descuartizó a su pareja, tirando restos por el drenaje.
El asesinato de Escamilla ha conmocionado un país en el que matan a 10 mujeres cada día y que registró el año pasado 1.006 feminicidios, como se cataloga al asesinato por violencia de género, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El crimen tuvo lugar en plena polémica sobre la tipificación de los feminicidios en México, ya que a principios de febrero el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, propuso a un grupo de diputados sustituir el delito de feminicidio por el de homicidio agravado.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, también se situó en el centro de la polémica cuando presentó en rueda de prensa un decálogo contra la violencia machista en el que no aparecía la palabra “feminicidio”.
Cariño en las redes
Desde la publicación de las ofensivas fotos de Ingrid, varias organizaciones de derechos humanos y activistas han llamado a no compartirlas y han pedido, en cambio, publicar fotos de paisajes con hashtags asociados a Escamilla para que, quienes busquen su nombre en las redes sociales, encuentren imágenes menos terribles que las de su muerte.
Una reacción preciosa pero que, e un país donde al menos 10 mujeres son asesinadas cada día según datos oficiales, no ha dejado de sorprender y emocionar. La clave está en la dureza de su caso y en el cansancio de la sociedad, que no puede más. Según datos oficiales, los asesinatos de mujeres en el país en los últimos cinco años han crecido un 137%, un dato que las organizaciones feministas insisten que es notablemente mayor.
“El asesinato de Ingrid se da un momento en el que el movimiento feminista en México no solo se ha consolidado sino que también han ocurrido acciones a nivel de gobierno que han llevado a muchas a fortalecer su lucha”, indica a la BBC la abogada Edith López.