Lo que tienes que saber sobre la Mesa de Diálogo 2.0
Sánchez y Aragonès constatan sus posiciones "muy alejadas"... pero no se ponen plazos a pesar de chocar por el reférndum y la amnistía.
El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, esperaba a las 15 horas en la plaza de Sant Jaume. Llega el enjambre de coches blindados y de uno de ellos sale Pedro Sánchez. Lo recibe y en la puerta del Palau ya está esperando Pere Aragonés. Saludos en el pecho, con todos los honores y pasan revista a la policía autonómica. Apenas hay cincuenta personas en las inmediaciones protestando.
Así arrancaba la segunda cita de la Mesa de Diálogo pactada en su día por ERC y el PSOE durante las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez. Y las cosas han cambiado muchos después de la primera reunión, días antes de la declaración del estado de alarma. De hecho, en la foto sólo queda Sánchez y Aragonès (pero esta vez ya como presidente del Gobierno catalán).
Una reunión en dos fases: primero encuentro entre Sánchez y Aragonès, luego se han encontrado unos minutos con las dos delegaciones y han dejado vía libre para que los ministros y consellers pusieran negro sobre blanco algunas cuestiones. Pero sin representación de Junts, que fue expulsado por Aragonés por proponer como miembros a dirigentes que no están en el Gobierno autonómico (los indultados Jordi Sànchez y Jordi Turull y la portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras).
Dos horas han estado frente a frente Sánchez y Aragonès. Y han sacado varias conclusiones. La primera: las posiciones están muy alejadas, como han reconocido ambos dirigentes. El catalán ha puesto sobre la mesa el referéndum y la autodeterminación, a lo que el presidente español le ha respondido de manera rotunda: “no son posibles”.
Pero también se han conjurado para continuar con los trabajos de la Mesa, los dos la consideran el instrumento adecuado para intentar encauzar la crisis política que se vive en Cataluña desde hace una década. Aragonès ha reclamado “perseverancia” para lograr sus objetivos, mientras que Sánchez le ha pedido “sentido común” y un diálogo “verdadero” para llegar a acuerdos dentro del marco de la Constitución.
En algo que han coincidido los dos es que no se pueden poner fechas para intentar acuerdos. El presidente del Gobierno ha dicho durante su comparecencia, por separado de Aragonñes, que “sin prisas pero sin pausa, y sin plazos”. También el catalán no ha querido fijar períodos de tiempo y ha aseverado que se fijará en que se vayan consiguiendo concreciones. Los dos se han dado así oxígeno, en un momento en el que les aprietan por los otros lados (críticas feroces de la derecha en España y presión del independentismo más ortodoxo de Junts y la CUP).
En este sentido, el presidente del Gobierno ha llevado bajo el brazo la agenda del reencuentro para mostrar su voluntad de diálogo. Sánchez quiere hablar de inversiones y de medidas que afecten al día a día de los catalanes. Eso sí, ha enterrado definitivamente la posibilidad de la ampliación de El Prat, sobre la que han hablado unos minutos, al ver que la parte del Govern no está unida y no tiene una decisión madurada. Lo que no han tocado, según ha desvelado, es la futura negociación de los presupuestos generales en Madrid entre la coalición y Esquerra.
Aragonès ha remarcado que la reunión de este miércoles es el “inicio” de un proceso de diálogo con el Gobierno que persigue el objetivo de un referéndum y de la amnistía (dos puntos rechazados por Sánchez). De hecho, ha intentado vender que esta reunión es la materialización del “sit and talk” reclamado por el independentismo, todo ello después de una Diada en la que ERC ha tenido que soportar acusaciones de traición por parte de los sectores más duros del soberanismo.
Después del encuentro de Sánchez y Aragonès se han reunido las dos delegaciones. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha sido el encargado de coordinar los trabajos, en los que han participado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los ministros Isabel Rodríguez (Política Territorial) y Miquel Iceta (Cultura). Por la parte catalana han estado los consellers de ERC Roger Torrent y Laura Vilagrá (Moncloa redujo la participación el martes por la noche tras saber que se caían los miembros de Junts).
En ese encuentro, según han explicado fuentes de La Moncloa, el ambiente ha sido “cordial”. Se ha acordado, ha informado el Gobierno central, “iniciar los trabajos para lograr una salida que permita recuperar la normalidad en Cataluña tras años de desencuentros”. “Las dos partes han pactado mantener reuniones periódicas, también a través de trabajos discretos, que permitan avanzar en los objetivos fijados”, indican desde el Ejecutivo central.
“Ambos Ejecutivos han constatado que parten de posiciones alejadas, pero comparten que la vía de diálogo es el único cauce para resolver sus diferencias”, han explicado desde la Moncloa. Los miembros del Gobierno han trasladado que “el modelo recogido en la Constitución es el único marco posible para reconocer la enorme y rica diversidad del país, consolidar derechos y garantizar la convivencia de una sociedad plural como la catalana”.
Además, tanto Sánchez con Aragonès como la delegación del Gobierno central a la catalana han reclamado que también se dialogue en Cataluña y con todos los catalanes. El presidente socialista ha dicho que la solución no va a llegar mañana después de esta década fallida pero espera que dentro de un año se esté mejor que este. El clima, ha recordado, es mejor ahora también que hace un año.
Arranca el diálogo con posiciones muy distintas, alejadas… pero sin plazos.