Maratón de censura
La respuesta dura de Rajoy a Podemos, la España ‘a la portuguesa’ de Iglesias y el ascenso emergente de Montero
11 horas y 19 minutos. Primera jornada de la tercera moción de censura de la historia democrática. Objetivo: Podemos intenta hacer que el Congreso desaloje a Mariano Rajoy de La Moncloa y que Pablo Iglesias se convierta en presidente. De antemano, se sabe el resultado fallido. Pero este martes nos deja a un Mariano Rajoy con ganas de pelea y que no ha dudado en aceptar el envite morado, un Podemos dispuesto a comerse al PSOE y convertirse en la oposición real y una bancada socialista todavía en recomposición.
Las mociones de censura tienen sus complicados códigos, sus vericuetos, sus estructuras de juego. El Gobierno llevaba semanas rebajando la iniciativa de Podemos, sin aclarar si el presidente intervendría -no está obligado a hacerlo-. Y Rajoy lo hizo finalmente y, sorprendentemente, la primera vez ha sido tras la intervención inicial de Irene Montero (Unidos Podemos).
El proceloso reglamento parlamentario hace que el portavoz del grupo proponente sea el primero que suba a las tribuna de oradores para explicar por qué quieren desalojar al presidente. Los ojos de los 349 diputados restantes estaban puestos a las 9 de la mañana sobre la figura de Montero, que ha ido de menos a más y se ha convertido en la inesperada protagonista de la jornada. Un discurso de dos horas, duro contra el Partido Popular, de enfrentamiento contra el "autoritarismo" y los "señoritos de cortijo". "Pidan perdón y devuelvan lo robado, hasta el último céntimo", "La corrupción tiene sede y es Génova 13", "la corrupción es su forma de Gobierno"...
RAJOY, MANUEL ANTIPODEMOS Y "PLATÓS" DE TELEVISIÓN
Puñales verbales contra la bancada popular. Y Rajoy no lo ha dudado, ha subido a la tribuna. No olviden, ella es la portavoz del tercer partido del país y que un presidente pida la réplica evidencia la importancia otorgada por Moncloa. El líder popular es poco dado a la improvisación, no ha sido un calentón, llevaba anotaciones, un discurso que olía a horas de preparación en el despacho.
Rajoy se enorgullece de su estilo parlamentario. Hasta sus propios rivales reconocen que es mucho mejor entre las paredes de la Carrera de San Jerónimo que en los platós de televisión. Se crece bajo las pinturas de Carlos Luis Ribera. Y hoy había dos mundos, dos relatos, dos visiones, pero que se repelen y se sientan bien electoralmente.
El presidente ha contestado a Montero y también unas horas más tarde a Iglesias. Y ha desplegado su catálogo antiPodemos: Venezuela, soberanía nacional, crecimiento económico. El resto es un universo que detesta (y que explota de cara a sus electores): "platós de televisión", un "castigo" para el país, "experimento de populismo de izquierdas a la española" y un partido "letal" para España.
IGLESIAS, UNA MANO CONTRA EL PP Y LA OTRA ACARICIANDO AL PSOE
¿Y qué tenía preparado Iglesias para su gran día parlamentario? Iglesias ha estructurado su primer (y extenso discurso) en dos partes. "Aló presidente", lo ha llegado a calificar Rajoy. La inicial ha sido su radiografía del país, que ha rebasado los límites de la corrupción. En una frase resumía el mundo de Rajoy: "Usted va a pasar la historia como el presidente de la corrupción". Más tarde, el popular le afearía la España "negra" que pinta y le acusaría de desear que las cosas "vayan mal". El morado atacaría con los "amigos de la cárcel".
Luego, Iglesias ha desmenuzado su propuesta de Gobierno. Las primeras medidas para impactar han sido once para acabar precisamente con la corrupción. Entre ellas, nuevas leyes de contratos del sector público y de financiación de partidos, reforma del Código Penal, derogación de la "ley Berlusconi"...
Todo ello unido a una serie de medidas económicas, que podrían suponer una recaudación de 27.500 millones de euros. Y ha lanzado una serie de propuestas inspiradas en el Gobierno a la portuguesa: plan de transición energética, nuevo estatuto de los trabajadores, un plan que revierta los recortes del Estado del Bienestar y la subida del salario mínimo hasta los 950 euros. Hoy Madrid olía un poco a Lisboa.
La moción es contra Mariano Rajoy, pero Pablo Iglesias está casi igual de pendiente de la izquierda. El propio Rajoy ha tachado de "farsa" esta iniciativa y ha dicho que su origen está en que otros "se están recuperando", en alusión al PSOE.
El propio líder de Podemos ha querido asumir "errores", pero ha llamado a los socialistas a hacer lo mismo. Ha confiado en poder establecer "diálogo" y "entendimiento" con el partido de Pedro Sánchez y les ha emplazado a llegar a un acuerdo sin la "muleta de Ciudadanos".
"Ojalá nos pongamos de acuerdo para sacarlos (al PP) del Gobierno más temprano que tarde", ha dicho ante la bancada socialista Iglesias. Podemos llega a esta moción con la clara intención de ganar la partida al PSOE para erigirse como la voz de la oposición y con el temor de poder perder votantes al haber potenciado Pedro Sánchez durante las primarias el flanco izquierdista de su partido. El nuevo líder socialista no ha ha acudido como invitado al Congreso y ha seguido el debate en Ferraz. Seguro que ha tomado buena nota de la situación que se ha vivido en el Parlamento en la que se ha consagrado esa dicotomía Podemos vs. PP. En apenas cuatro días se celebrará el congreso de su partido y Sánchez debe emplearse a fondo para contrarrestar esta imagen.
Además, como ha avisado Rajoy, este es un primer paso de Podemos, que está abierto a presentar otra moción en el próximo periodo de sesiones. De hecho, en el debate entre Iglesias y Aitor Esteban (PNV) al final de la tarde, el líder morado le ha pedido su apoyo para echar al PP antes "de la Navidad".
Una maratoniana jornada que nos deja citas desde Quevedo a Jonatha Swift y hasta la canción Puro teatro, de La Lupe, que ha recitado "indignada" Ana Oramas contra Pablo Iglesias. Pero esto era el primer día. Este miércoles tocará el turno de los grandes partidos contra Iglesias. El final será la votación por llamamiento. El resultado negativo lo sabemos. Hoy eran palabras... que han dado para mucho.