Louboutin y las suelas marcadas
Christian Louboutin es un diseñador francés de calzado que ha construido, desde 1992, todo un imperio de moda con sus creaciones. Los zapatos Louboutin se distinguen por sus diseños con tacones estilizados, su alta calidad (también su alto precio) y un rasgo añadido: el intenso color rojo de sus suelas. Todos los zapatos Louboutin tienen las suelas rojas en un tono reconocible: el rojo Pantone 18 1663TP.
La empresa holandesa Van Haren Schoenen comercializó en 2013 una gama de zapatos de salón con suela roja que Louboutin consideró un intento de aprovecharse de su reputación. Los abogados de la firma francesa promovieron una demanda contra su competidora holandesa, que alegó que la marca que Louboutin defendía en el territorio de Holanda no podía pretender amparar sus suelas rojas como algo exclusivo. El apoyo legal de Van Haren está en el artículo 3.1.e.iii) de la Directiva 2008/95CE de Marcas, que dicta que no pueden registrarse como marca aquellos signos que consistan únicamente en la forma que da valor al producto. Y el juez holandés que debía resolver el entuerto decidió consultarlo ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
En resumen, cuando esa Directiva habla de que no pueden registrarse signos que solo consistan en la forma que da valor al producto... ¿se refiere únicamente a las características tridimensionales del zapato (la forma, el volumen) o también alcanza a otras no tridimensionales como el color rojo de la suela?
Dando una respuesta preliminar, el abogado general del TJUE Maciej Szpunar considera que procede rechazar el registro de una marca que consista en una forma tridimensional y un color integrado en ella. En su criterio, el color de la suela no se puede separar del resto del zapato -tal y como se registró-, de modo que lo único que queda es esa representación tridimensional del zapato en su conjunto, es decir, una forma que no puede ser registrada como marca.
Aunque no sea exactamente la cuestión de fondo en este caso, la polémica acerca de si los colores pueden constituir una marca es bien compleja; en España el Tribunal Supremo denegó en 2014 la solicitud de la empresa de telefonía Orange de impedir el empleo del color naranja por parte de su competidora Jazztel, estimando que, aunque excepcionalmente un color por sí solo podría ser registrado cuando hubiera adquirido un carácter distintivo por su uso continuado, el color que Orange reivindicaba como signo exclusivo no dejaba de ser uno más de los usuales en el mercado, por lo que debía quedar abierto a su uso por todos los operadores. En Alemania, los Tribunales resolvieron en 2015, en sentido contrario, un litigio entre Nivea y Dove por el uso de un tono de azul en sus envases, permitiendo a la primera aplicarlo en exclusiva en sus productos. Y en la Unión Europea, existen precedentes de marcas de color admitidas para el tono lila de los envoltorios de chocolate Milka, el rojo de las navajas Swiss Army o el amarillo de los post-it adhesivos que todos conocemos.
El propio Louboutin vivió en 2012 un episodio muy parecido en Estados Unidos contra Yves Saint Laurent, que los Tribunales americanos resolvieron al estilo salomónico: Saint Laurent no podría comercializar zapatos de suela roja... siempre que el resto del producto fuera de un color distinto.
En el caso actual, lo que se plantea es que la marca de Louboutin en Holanda no es una marca de color y que por ello ese color no es distintivo, al estar integrado en la propia representación del zapato. Tampoco se considera una marca de posición (es decir, cuando es la disposición de un elemento en el producto lo que toma valor como marca, como puede suceder con las franjas de colores en el calzado deportivo). Se trataría en cambio de una marca de forma que toma todo el zapato como representación tridimensional... de manera que el color de la suela no tiene un valor propio y Van Haren puede seguir adelante con sus propios zapatos.