Lotería de Navidad 2019: 7 historias para sonreír aunque no te haya tocado ni un euro
Sí, la ilusión de ganar 'El Gordo' la tenemos todos, pero hay vida más allá, y aquí está la prueba.
No estás solo: cada persona que haya comprado un décimo de la Lotería de Navidad de este 2019 lo habrá hecho soñando qué haría si le tocara ‘El Gordo’. Pero, siendo sinceros, los expertos, cada año, lo recuerdan: las posibilidades de ser uno de los agraciados son remotas. Tan remotas, que son de un 0,00001% (1 entre 100.000). Por eso, si no te ha tocado este ansiado premio (ni ninguno), al menos lee y sonríe con la magia que, eso sí, cada 22 de diciembre regala este día.
Fue el pasado sábado 21 de diciembre cuando una cuadrilla de amigos cuarentones que se hacen llamar ‘Los Tristes’ fueron al bar Pepe de San Vicente del Raspeig (Alicante).
Esta quincena de amigos, que se conocieron en el colegio y la universidad, todos los años se reúnen antes de Navidad para compartir una comida en este bar. Como otros años, pidieron a Basilio, dueño del bar, un décimo de la Lotería y este hombre se había quedado sin boletos para vender, por lo que le dio a ‘Los Tristes’ uno de los dos décimos del Gordo, el 26.590, que se había reservado, y se lo regaló sin pensar que se le escapaban de las manos 400.000 euros.
En declaraciones a la agencia Efe, Basilio Suárez, de 67 años, ha explicado que con el boleto que se ha reservado (también le dio uno a su hijo) se jubila definitivamente y el próximo 6 de enero cierra el bar, que se sitúa en el número 4 de la calle Poeta Miguel Hernández. “He vendido 50 décimos a los clientes que han comprado, la mayoría son habituales, de toda la vida y que vienen a diario en este barrio de trabajadores”, ha explicado.
Los diez restantes los ha regalado a clientes que considera amigos y también a otras personas especiales, como una exempleada y también a una cocinera que lleva solamente un mes y medio trabajando en su bar.
Seguro que la recuerdas: Nerea conmovió el año pasado a toda España con sus lágrimas al cantar un quinto premio, al que siguieron en muy pocos minutos otro quinto y el segundo. Ya entonces copó la atención de los medios, ya que no era primeriza en esto de repartir alegría: fue ella la que ella estuvo detrás del ‘Gordo’ de 2016.
Ahora, este 2019, ya se ha ganado, a pulso, el título de “la niña de los premios”, porque ha cantado, de nuevo, el segundo y un cuarto.
La pequeña ha levantado así al un poco aletargado público, al que tras un Gordo muy madrugador le ha pillado un poco desprevenido la irrupción del segundo premio de la Lotería de Navidad, dotado con 1.250.000 euros, tal y como anunciaba el niño Luis Alcides, compañero de Nerea en la sexta tabla.
Quizá sea el momento de que programes tus vacaciones del verano que viene y quizá sea buena suerte que hagas que pasen (o pasarlas directamente) en la localidad lucense de Vilalba, donde hace tan solo dos años el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad dejó más de 520 millones de euros al caer buena parte de El Gordo en esa población de algo más de 14.000 habitantes, con 500.000 euros del tercer premio.
Ahora, este año, la administración de Loterías El Alcázar, ubicada en el número 18 de la Rúa da Pravia, ha vendido un billete del número 00750, del tercer premio, agraciado con 500.000 euros a la serie.
Claro que hablando de sitios por los que forzar el paso, qué decir de la gasolinera de Granadilla, Tenerife. Ya es un ‘must’ de la Lotería de Navidad: ha vuelto a repartir suerte por séptimo año consecutivo.
En concreto, ha vendido décimos del 750, tercer premio dotado con 500.000 euros a la serie, y el premio más grande que ha recibido Canarias en el sorteo de este año. También ha repartido suerte con el 6293, el 66212 y el 74770, todos ellos quintos premio agraciados con 60.000 euros.
Las 170 series del 54.527, uno de los quintos premios, está ‘repartidísimo’ ya que era el número al que estaba abonado el bar ‘El Calvo’, que ya cerró pero que siguen comprando en este local sus antiguos clientes.
Peramos, en declaraciones a la agencia Europa Press, ha explicado que se han vendido todas las serie de este número por lo que está “muy satisfecha” ya que, además, era el número preferido de su marido, ya fallecido, y que desde el cielo la ha ayudado ya que miembros de su familia también llevan décimos del 54.527.
Trabajadores de la famosa administración de Doña Manolita, que hoy ha vuelto a repartir suerte en la capital tras haber vendido ‘El Gordo’ de la Lotería, han manifestado que “intuían” que “algo tenía que caer” este 2019, año que han definido de “muy peculiar”, pues han sufrido desde un esguince, hasta un accidente así como la caída de parte de la cornisa del edificio la víspera del sorteo, que hizo cerrar la administración cinco horas.
Todo ello ha tenido su “recompensa”. Entre el champán, el confeti y los abrazos, Matilde, la trabajadora que vendió los diez décimos del 26.590, dotado con 4.000.000 euros a la serie, ha manifestado su satisfacción por haber repartido suerte con este gordo tan madrugador. No podía ocultar su alegría.
Todos hubiéramos sido ella. Sin duda. Pero es cierto que ha sido un momento loco (loquísimo) el que se ha vivido este domingo en el especial del programa La Mañana de TVE.
La presentadora, María Casado, ha dado paso a una conexión en directo con San Vicente del Raspeig, en Alicante, donde estaban celebrando que allí había caído el 26.590, ‘El Gordo’ de la Lotería de Navidad.
Allí, la reportera Natalia Escudero ha aparecido completamente eufórica y regada en champán. La periodista se iba viniendo cada vez más y más arriba, gritando y saltando.
“Natalia está como si le hubiese tocado a ella. Eso me encanta”, justificó María Casado.
Pero la cosa iba a mayores y la cara de María Casado al ver el espectáculo en directo era un poema.
Hasta que, finalmente, Natalia Escudero argumentó el porqué de su actitud: a ella también le había tocado el primer premio del sorteo.
″¡Oye que yo tengo un décimo, esto no es broma! Compré uno. Hombre, en serio. Esto una fotocopia de mi décimo!”, exclamó la periodista entre gritos antes de rematar: ”¡Que mañana no voy! “Natalia no trabaja mañana”.