Los últimos mensajes de los candidatos: Trump amenaza con no aceptar el resultado y Biden llama a la unidad
Llegó el 3-N y es momento de votar. 97 millones de estadounidenses ya lo han hecho por anticipado o por correo. La cita es crucial para ellos y para el mundo.
Estados Unidos decide este martes si el presidente republicano Donald Trump logra un nuevo mandato o es sustituido por el demócrata Joe Biden, en las elecciones más tensas y difíciles de la historia reciente de este país.
A la fuerte polarización política que vive EEUU se suma un avance descontrolado del coronavirus que ha matado a más de 231.000 personas, causó una calamidad económica y alteró la campaña electoral así como la forma de votar.
Hasta la tarde del lunes, 97 millones de estadounidenses habían votado por anticipado o por correo, lo que equivale a más de dos tercios de los votos emitidos en las anteriores presidenciales de 2016 y anticipa un récord de participación.
Además, el país sigue estremecido por una reciente ola de protestas contra el racismo y la brutalidad policial.
Como si eso fuera poco, Trump ha buscado hasta el último momento sembrar dudas sobre la limpieza de las elecciones al afirmar con insistencia, pero sin pruebas, que hay un riesgo de fraude y anticipar una batalla legal por la votación, en medio de temores de incidentes o violencia política. Sus últimas palabras han sido, de nuevo, para meter miedo. “Vamos a hacer historia de nuevo”, dijo en un mitin en Grand Rapids (Michigan). Trump se defendió de todos los “ataques” de los que dijo ser blanco y afirmó ser “la persona más inocente de la historia de Estados Unidos”.
“Después de cuatro años de ignorar la experiencia, mentir a diario y violar las leyes y las normas con impunidad, el presidente Donald Trump se dirigió al día de las elecciones con una promesa descarada: que hará trampa al no contar todas las papeletas”, dice rotundo , el corresponsal en la Casa Blanca de la edición estadounidense del HuffPost.
“Es algo terrible cuando a las personas o los estados se les permite tener las boletas durante un largo período de tiempo, después de que terminan las elecciones, porque eso solo puede conducir a una cosa, y eso es muy malo”, dijo Trump a los periodistas que viajaban con él este domingo, a los que manifestó nuevamente su deseo de poner fin a todo recuento de votos el martes por la noche, algo imposible con el volumen de votos por correo recibidos, un sistema legal y fiable que se puso en marcha en la Guerra Civil estadounidense y que nunca ha estado en liza. “Tan pronto como termine la elección, vamos a ir con nuestros abogados”, amenaza.
“Ha estado sentando las bases para esto durante meses”, afirma Daniel Goldman, exfiscal federal y abogado principal de los demócratas de la Cámara durante el juicio político de Trump por su extorsión a Ucrania para ayudar en su candidatura a la reelección. “Es un fascista alucinante”.
Trump ha quemado las naves de su campaña en un último mitin, ya que el domingo hizo otros cinco mítines terminando también de madrugada en un último esfuerzo para darle la vuelta a las encuestas y siguiendo el mismo esquema que le resultó hace cuatro años.
El presidente viajó con sus cuatro hijos mayores -Donald Junior, Eric, Ivanka y Tiffany- y sus yernos, y bromeó que si pierde las elecciones no volverá a dirigirles la palabra “nunca más”.
Biden, por su parte, ha exprimido las últimas horas buscando el voto en los estados clave y mostrando el mismo talante de los últimos meses: más dialogante, más amable, más integrador.
Biden se presenta como el presidente de todos, pese a presentarse por los demócratas, porque ese es el trabajo de un mandatario, apunta.
En uno de los cierres de campaña más suigéneris de la historia de Estados Unidos, simultáneamente, frente a un mar de coches aparcados, Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, llamaron al voto en Pittsburgh y Filadelfia para que Estados Unidos recupere sus valores y su rumbo con la marcha de Trump con una derrota este martes.
El demócrata arengó a centenares de personas, la mayoría desde sus vehículos, en busca de los 20 votos electorales que da Pensilvania y que en 2016 se llevó Trump contra todo pronóstico.
“Amigos, tengo la sensación de que vamos a conseguir una gran victoria mañana”, aseguró el exvicepresidente en su último gran evento de campaña en una gélida noche en el oeste de Pensilvania.
Biden ha puesto todo su armamento pesado en las últimas 48 horas en Pensilvania, con la ayuda de famosos como Lady Gaga o John Legend, y con paradas en todas las regiones industriales, de mayoría afroamericana, suburbanas y metropolitanas que son claves para ganar mañana el estado.
Por su parte, la afroamericana y asiático-americana Harris se convirtió en Filadelfia en el imán de simpatizantes negros y jóvenes, que la recibieron a bocinazos, mientras ella insistía en que este martes, el último día para ejercitar el derecho al voto, salgan a votar.
“Hemos sido testigo del mayor fracaso de una administración en la historia de los Estados Unidos”, apuntó la senadora. “Tu voto es tu voz y tu voz es tu poder. No dejes que nadie te quite ese poder. Ahora es el momento de levantarse, de alzar la voz y de votar”, añadió.