Los seguidores del clérigo chií Al Sadr asaltan el palacio de Gobierno de Irak tras su retirada
El poderoso musulmán ha anunciado hoy que deja la política y cierra sus instituciones en respuesta a un estancamiento político persistente.
El influyente clérigo chií, Muqtada al Sadr, anunció este lunes su “retirada definitiva” de la política en Irak en medio de la parálisis en la que vive el país árabe desde las elecciones parlamentarias del pasado octubre. Justo tras su comunicado, varios grupos de sus seguidores acudieron al palacio de Gobierno de Bagdad, donde a esta hora se está produciendo un asalto de consecuencias aún por aclarar.
“Había decidido no intervenir en los asuntos políticos, pero ahora anuncio mi retirada definitiva y el cierre de todas las instituciones (sedes)” del Bloque Sadrista, afirmó en un comunicado el populista líder iraquí, que lleva condicionando la política del país desde principios de siglo y ha instigado los dos recientes asaltos al Parlamento.
Al Sadr, cuyo movimiento salió vencedor de los comicios de octubre con 73 de los 329 escaños del Legislativo, afirmó que con su actividad política “sólo quería reparar la deformación que, en su mayoría, causaron las fuerzas políticas chiíes, siendo las mayoritarias del país (...) sólo quería acercarlas al pueblo para que sientan su sufrimiento”, informa EFE.
Posteriormente, la oficina de Al Sadr ha emitido tres decretos por los que está prohibido “interferir en todos los asuntos políticos, gubernamentales y mediáticos”, así como “levantar consignas, banderas y cánticos políticos”, o “utilizar cualquier medio, incluidas las plataformas de redes sociales, en nombre de el movimiento sadrista”.
Justo después de la difusión del comunicado, la oficina política de Al Sadr anunció el cierre de su página oficial en Twitter.
En los pasados años, Al Sadr ha optado más por la vía política y ha liderado los principales movimientos chiíes del país, aunque sin ostentar un cargo oficial.
El Sadrismo mantiene una división entre el clero y los gobernantes, y esa ha sido la opción elegida por Muqtada. Las coaliciones políticas apadrinadas por él, Al Ahrar en 2014 y Sairún en 2018, lograron gran parte de los escaños del Legislativo, dando así al clérigo la posibilidad de elegir el Gobierno de Irak sin participar en él directamente.
El éxito de esas coaliciones también le ha permitido tener influencia en algunos ministerios, siendo los de su preferencia Salud, Transporte o Infraestructura, para poder desde las instituciones dar trabajo a sus acólitos y expandir su base.
Lo que distingue a Al Sadr de otros partidos y milicias chiíes es su desvinculación de Teherán, que en los últimos años ha ejercido cada vez más influencia en Irak, pero el clérigo aboga por la soberanía de su país, el patriotismo y la independencia a pesar de sus vínculos con el vecino.
Las fuerzas de seguridad iraquíes han pedido a los manifestantes que se retiren inmediatamente de la Zona Verde, donde se encuentran la mayoría de edificios gubernamentales y legaciones diplomáticas, después de que los partidarios de Al Sadr intentaran llegar al Palacio Republicano, según ha recogido la agencia de noticias NINA.
La Policía antidisturbios iraquí ha intentado dispersar a la multitud con cañones de agua y ha decretado el cierre de la zona, asegurando que tienen el deber de “proteger la seguridad y la estabilidad”, tal y como ha recogido el portal de noticias Shafaq.
Contexto de fiebre
Al Sadr, que llevaba semanas movilizando a sus cientos de miles de simpatizantes en Bagdad hasta el punto de haber tomado en dos ocasiones el Parlamento, exigió la disolución del hemiciclo y la declaración de nuevas elecciones, consciente del respaldo del que gozaba como líder de la formación más votada en los últimos comicios de octubre.
Los grandes derrotados de las pasadas elecciones, los partidos proiraníes, así como otros rivales del clérigo, habían pedido a Al Sadr que abriera la puerta a un gobierno de concentración, pero el religioso pidió en su lugar un gobierno de mayorías, proporcional al resultado de las elecciones, añade Europa Press.
En protesta por el bloqueo político, los diputados partidarios de Al Sadr se retiraron del Parlamento para dejar su mayoría en manos precisamente de los partidos proiraníes, concentrados en el llamado Marco de Coordinación.
Estaba previsto que el Tribunal Supremo de Irak se reuniera el martes para decidir si le compete solicitar la disolución del Parlamento iraquí, aunque la corte ha insistido desde el primer momento en que no le compete pronunciarse siquiera sobre la disolución por atentar contra la separación de poderes.
Las últimas parlamentarias, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos -según el balance oficial facilitado en julio de 2020-, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.