Los otros confinamientos selectivos que no salieron bien
Al menos, no todo lo bien que se esperaba.
Los confinamientos perimetrales no son fáciles, y esta ‘nueva normalidad’ lo está demostrando. Desde este lunes, más de 850.000 ciudadanos de Madrid tienen restringidos sus movimientos, salvo si es para ir a trabajar, al colegio u otras cuestiones ‘esenciales’. Se trata del mayor confinamiento decretado desde el fin del estado de alarma, pero no es en absoluto el único.
Antes que Madrid, otras comunidades autónomas han decidido confinar a parte de su población ante el aumento de contagios de coronavirus. Y no siempre ha salido todo lo bien que se esperaba. Estos son algunos de los ejemplos más recientes:
Bolaños de Calatrava (Ciudad Real)
Dos semanas de confinamiento no han sido suficientes para bajar las cifras de coronavirus en Bolaños. De hecho, en lugar de mejorar han empeorado. En las dos primeras semanas de septiembre se han declarado un total de 372 casos (para una población de 11.800 habitantes), cuando en los quince días anteriores se registraron 176 positivos.
Desde el 4 de septiembre, Bolaños prohibió la entrada y salida de personas al municipio, a excepción de desplazamientos por motivo laboral o urgente; pero además restringió sus actividades incluso más que en las 37 zonas básicas de Madrid confinadas. La vuelta a las aulas se hizo online, los bares y restaurantes sólo pudieron dar servicio en terrazas, con un aforo del 50%.
En una localidad con mucha actividad hortofrutícola, entre los vecinos se comenta que algunos trabajadores del campo no han respetado las cuarentenas y han seguido yendo a trabajar por necesidad. Ante el avance de la pandemia, el 17 de septiembre, un juzgado de Ciudad Real prorrogó las medidas restrictivas, que previsiblemente se extenderán al menos dos semanas más, hasta el 2 de octubre. En esa orden se endurecen aún más las restricciones, decretando el cierre de parques y jardines, suprimiendo los mercadillos al aire libre y todo tipo de hostelería, tanto en el interior como en el exterior.
El alcalde de Bolaños de Calatrava, Miguel Ángel Valverde, ha pedido más empatía a la comunidad, tras experimentar el “estigma contra los ciudadanos de Bolaños” estos días. Valverde ha lamentado que “en algunos centros educativos [de la provincia] hubo recelo” a la hora de aceptar estudiantes de Bolaños, e incluso a muchos vecinos se les han aplazado citas médicas en el hospital de Ciudad Real.
Íscar y Pedrajas de San Esteban (Valladolid)
Los vecinos de estos dos pueblos de Valladolid están “muy cabreados”, asegura el alcalde de Íscar, Luis María Martín, a Efe. “La gente se siente discriminada”, señala. La sensación de hastío y desesperación es doble, teniendo en cuenta que los 11.000 habitantes que suman los dos municipios van ya por su segundo confinamiento desde el mes de agosto.
Martín sostiene que hay otras localidades del entorno que “tienen datos peores, pero solo se ha confinado, y por segunda vez, a Íscar y Pedrajas”.
El confinamiento decretado para estos dos pueblos es muy similar al que plantea la Comunidad de Madrid, con la diferencia de que Íscar y Pedrajas son municipios como tal, no barrios, y que la movilidad es mucho menor que en la capital.
Pese a ello, no ha valido un solo período de confinamiento para contener el avance del virus. La entrada y salida de estos pueblos ya estuvo prohibida entre el 2 y el 16 de agosto, y ahora vuelven a estar vigentes esas mismas restricciones al menos durante dos semanas más, hasta el 2 de octubre.
Este viernes se concentraron en Íscar unas 200 personas en la explanada de la plaza de toros para protestar contra la restricción de la movilidad.
Benigànim (Valencia)
Esta localidad valenciana de unos 6.000 habitantes ha revivido una desescalada y reescalada exprés en los últimos días. El 31 de agosto entró en vigor la resolución de confinamiento de la población durante 14 días. Sólo un día después, un juzgado de Valencia anuló esta decisión por considerarla desproporcionada.
Con el decreto inicial, se suspendía la actividad educativa presencial, se cerraban centros de tercera edad, gimnasios y restauración. La medida respondía a un incremento exponencial de los casos de coronavirus, que pasaron de 34,24 por cada 100.000 habitantes en la segunda semana de agosto, a una incidencia de 994,46 en los siguientes siete días.
El 3 de septiembre, otro juzgado se encargaba de ratificar una segunda resolución, menos restrictiva que la primera, para los habitantes de Benigànim. Con ese segundo texto se decretó el confinamiento perimetral de la localidad para impedir la entrada y salida de personas, salvo por causas justificadas. No se aprobó, sin embargo, la suspensión de actividades en establecimientos y espectáculos.
Pues bien, a 7 de septiembre, la localidad registraba 140 casos, cuando cuatro días antes de quedar confinada contaba 54. Por ello, las autoridades decidieron prorrogar siete días más las restricciones, a contar desde el 15 de septiembre.
Finalmente, parece que esta historia acaba bien (de momento), y este martes día 21 se levantará el confinamiento de Benigànim.