“¿Qué año ha sido fácil?”
En el equipo de Sánchez restan dramatismo al momento político actual a pesar de su debilidad parlamentaria y los líos judiciales. Feijóo pide a los suyos estar en alerta y no descarta elecciones.
No ha sido un año fácil para Pedro Sánchez. “¿Cuál lo ha sido?”, preguntan con ironía desde su entorno. En su balance, el próximo lunes, utilizará su intervención inicial para sacar pecho de la buena racha de la economía patria. Cada vez que puede lo hace, como en la última sesión de control, aunque esa declaración rara vez tiene hueco en los medios de comunicación. También defenderá su acción de Gobierno, pero esta va a ralentí pese a la propaganda oficial.
Lo que en ningún caso ha conseguido Sánchez es estabilizar la legislatura. Fue investido presidente en noviembre de 2023 y si repasamos su hemeroteca, los Presupuestos Generales del Estado tendrían que haber sido aprobados hace mucho. Pero nada. Según los nuevos cálculos del ministerio de Hacienda, las cuentas públicas serán presentadas en el primer trimestre del próximo año. Si bien, Junts de momento no parece por la labor de apoyar al PSOE.
Para empezar, el fugado Carles Puigdemont reclama que antes la Mesa del Congreso de luz verde a la iniciativa de Junts que insta a Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. Se trata de una proposición no de ley; esto es, no es vinculante. Pero perderla supondría para el presidente constatar que ha perdido el apoyo de la mayoría de la Cámara. Un golpe parlamentario que se sumaría a los que ya está sufriendo habitualmente en las Cortes Generales. Sin ir más lejos, esta misma semana, cuando el PP ha logrado sacar adelante parte de sus enmiendas al paquete fiscal del Ejecutivo.
“Junts y Vox han perdido el miedo a votar juntos sobre las cuestiones políticas y esto es extraordinariamente relevante”, sugieren fuentes de la dirección nacional del PP, dando a entender que ocurrirá más veces. “El bloque de investidura se ha roto”, proclaman. Si bien, sobre la tan comentada moción de censura, en el equipo de Alberto Núñez Feijóo continúan dando un paso atrás: “Los números no dan. Si los socios de Sánchez se han cansado ya de que les mientan, que nos llamen. Estamos disponibles a cualquier hora, cualquier día”.
Y luego está el frente judicial. Lo de esta semana que concluye no tiene precedentes. Han desfilado por los juzgados Víctor de Aldama, Koldo García, Begoña Gómez y la asesora de esta, Cristina Álvarez. Además, José Luis Ábalos, quien fuera ministro y número dos del PSOE, no deja de estar en el foco, como tampoco el Fiscal General del Estado, imputado por el Supremo. Para rematar, está la investigación judicial que afecta a David Sánchez, el hermano del jefe del Gobierno.
“Lo peor para Sánchez es lo que afecta a su entorno directo, a su mujer y a su hermano. Y es normal. Todo lo que toca a la familia preocupa más”, desvela uno de sus interlocutores. Tanto su mujer como su hermano concluirán previsiblemente el año imputados, aunque ambos aseguran que “no” han hecho nada ilegal.
Según el presidente, al menos parte de este calvario judicial es fruto de la connivencia entre magistrados y el PP. “Juegan con las cartas marcadas”, dijo hace unos días en su ya famoso corrillo con periodistas en la copa de Navidad, lo que le costó la amonestación de la nueva presidenta del Poder Judicial, Isabel Perelló. Según fuentes de Ferraz, esta tesis es extendida en su partido y sus aliados parlamentarios. Si bien, en privado, son muchos los cargos que reconocen su frustración por la imposibilidad de enderezar la legislatura.
“No se puede decir que Sánchez tenga un problema de liderazgo, en absoluto”, concede un destacado dirigente socialista. Incluso los críticos lo asumen, más aún a tenor de los cambios territoriales que Ferraz tiene previstos. Solo Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha, no se muerde la lengua. Pero sí admiten, incluso los declarados sanchistas, que “no hay un día bueno”. “Es frustrante leer la prensa prácticamente a diario. Así es muy difícil colocar el mensaje”.
¿Y el año que viene será mejor para sus intereses? Ciertamente, pocos lo auguran. Aunque todos los cargos consultados por El HuffPost, incluso en el PP, opinan que si Sánchez logra atar los Presupuestos, podrá seguir en Moncloa hasta 2027. En todo caso, el jefe de la oposición ha pedido a los suyos estar en guardia porque, a su juicio, hace tiempo que el presidente perdió el control de la situación. “No sé si habrá elecciones en 2025 y Sánchez, tampoco”, afirmó en privado. “Es todo tan cambiante que es imposible saber qué pasar”, corroboró un barón autonómico.