Los medios rusos temen repercusiones de China y alzan la voz ante Putin
La preocupación por la indefinición de objetivos en la invasión y el miedo a que la mayor potencia aliada les dé la espalda ya comienza a resonar en la prensa rusa. Con lo que puede conllevar.
¿Le están viendo las orejas al lobo los medios de comunicación rusos si la guerra de Ucrania se mantiene en los términos actuales? ¿Los temores a una reacción de China, principal potencia aliada del Kremlin, con represalias a las relaciones comerciales se trasladan al prime time y primeras planas en Rusia? Esta es la realidad que ha sido analizada en el último episodio del podcast La Base.
″¿Qué se está jugando en realidad en la guerra ruso-ucraniana? ¿Se trata de un choque entre antiautoritarismo y democracia como pretenden vendernos la Unión Europea y el grueso de los medios de comunicación?”, detrás de esta reflexión inicial del ex vice presidente del Gobierno Pablo Iglesias en el programa se halla una de las claves del telón de fondo del mayor conflicto geopolítico de nuestros tiempos.
Precisamente, Manu Levín, uno de los colaboradores del espacio de Público, se ha encargado de analizar en dicho episodio lo que están diciendo los medios rusos y lo que decían hace solo unos meses. Así, el experto ha abordado las declaraciones de un analista de la cadena Rusia 1 en las que sugiere que no están claro los objetivos militares rusos en la denominada “operación militar especial”.
Medios rusos comienzan a cuestionar la guerra
“Se necesita claridad por parte de todos y hay que aclararle al pueblo. Una situación en la que nadie habla de nada crea un vacío que da lugar a una incertidumbre”, comienza a exponer el analista ruso en el corte estudiado en La Base, para ser interrumpido por otra ponente que le espeta que “la operación especial sigue su curso, los objetivos serán cumplidos”.
Acto seguido, el analista opina que “estaría bien conocer esos objetivos para variar, una vez al menos”. Continúa citando los argumentos para la invasión: “Desmilitarización, desnazificación de Ucrania... ¿de toda Ucrania?, ¿de la Ucrania occidental también [la invasión fue justificada por la necesidad de ‘salvar’ a la gente en el Donbás]?”.
“Estaría bien aclararlo, sería importante para la gente. Para la gente [rusa], para Ucrania, para Europa...”, valora el experto en el debate en Rusia 1 para llegar a la clave: “Para China...”. Y es en ese momento cuando muestra las preocupaciones en el mayor socio de su país. “Pensemos un momento en China, ¿cómo van a firmar contratos con nosotros? ¿Por un mes, por dos, por un año? El reto más importante ahora mismo es la incertidumbre”, sentencia.
Los vaivenes de China
Hay numerosos síntomas de que el malestar por la invasión rusa de Ucrania está creciendo en China, pero el principal indicador tuvo lugar a comienzos de octubre cuando el Gobierno de esta país expresó su “preocupación” por “el desarrollo de la situación actual en Ucrania”, en referencia a la invasión rusa sobre ese país.
“China pide a las partes involucradas que resuelvan sus diferencias mediante el diálogo y las consultas”, aseguró la portavoz del Ministerio de Exteriores Mao Ning, en un gesto que apuntaba a que algo está cambiando.
Desde el estallido del conflicto, China ha mantenido una postura ambigua durante la cual ha pedido respeto para “la integridad territorial de todos los países”, incluido Ucrania, y atención para las “legítimas preocupaciones de todos los países”, en referencia a Rusia.
Durante una reunión celebrada en Uzbekistán el mes pasado, el presidente ruso, Vladímir Putin, valoró frente a su homólogo chino, Xi Jinping, el hecho de que Pekín haya mantenido siempre “una postura equilibrada” sobre Ucrania, si bien admitió “preguntas y preocupaciones” de China. No obstante, Xi también pidió a Putin “liderar juntos un mundo cambiante y defender los intereses de los países en desarrollo”.
Asimismo, no han dejado de sucederse contactos de líderes de potencias occidentales con un Xi Jinping que acaba de lograr un histórico tercer mandato como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCH) con un control absoluto incluso mayor al que tuvo en su día Mao Zedong. Prueba de ello fue la declaración que el líder chino hizo al canciller federal alemán, Olaf Scholz. “China y Alemania, dos potencias con influencia, deben trabajar juntas bajo un contexto de cambios a nivel global y turbulencias. Debemos contribuir a una mayor paz y un mayor desarrollo en el mundo”, deslizó.
En la cumbre del G-20, Xi también se reunió con el mandatario estadounidense, Joe Biden. La que fue la primera que vez que esto ocurría se saldó con una petición mutua de trabajar juntos y rebajar las tensiones que han llevado la relación bilateral más importante del mundo a uno de sus momentos más bajos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió este martes directamente a Xi que mediase para parar la guerra.