Los ERE en el sector bancario no son consecuencia del covid
Los bancos preparan expedientes para despedir a 19.000 trabajadores, fruto de una reestructuración que comenzó hace años.
Esta misma semana, muchos ciudadanos se echaban las manos a la cabeza al publicarse el ERE que ha planteado Caixabank, tras su fusión con Bankia. La entidad financiera más grande de España en volumen de activos gestionados pretende incluir a más de 8.200 trabajadores en el expediente, que se irán con el cierre de más de 1.500 oficinas que tienen los días contados en esta nueva normalidad. Un ERE que ha asustado a la propia vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quien ha pedido minimizarlo al máximo.
La noticia llega tras el ERE planteado por Santander y se une al anuncio de BBVA, así como los que pretenden plantear muchas entidades tras la situación vivida durante esta pandemia y sus efectos en el medio/largo plazo. Así pues, hablamos de un escenario en el que la banca acabaría con aproximadamente 19.000 empleos en un solo año, una cifra que supera la cifra de despidos durante la Gran Recesión, en 2013. Entonces el sistema financiero atravesaba auténticos problemas para sostener la situación y se vio en la obligación de despedir a 18.400 personas.
La cifra, como vemos, asusta a cualquiera. Por esta razón, no era de extrañar que la vicepresidenta, en pro de una narrativa más positiva como recomendaban los organismos multilaterales, tratase de apagar el fuego que se despertaba tras el anuncio. Para Calviño, la banca debería revisar los elevados salarios de los directivos, así como los bonus pagados.
Todo ello, ajustando los gastos con el fin de permitir una menor salida de personal, así como un cierre más moderado. Sin embargo, la propia Calviño ha sido la misma que ha reconocido, y dice ser conocedora de lo que en este artículo quería explicar, que el sector que venía atravesando una severa reestructuración y el covid no ha sido más que el acelerador.
En lo que respecta a la situación financiera que viven los bancos, no vamos a ser nosotros los que digamos que esta crisis no les ha afectado y tampoco que no le vaya a afectar en el medio/largo plazo. Además, esta mala situación la vienen experimentando desde hace años en el sector de la banca. Los bajos tipos de interés y la continuada aplicación de políticas de estímulo por parte de los bancos centrales ha provocado un desplome de los ROE de los bancos españoles, lo que ha acabado con su rentabilidad y con su negocio. Esto, en un escenario en el que el BCE de Lagarde pretende seguir con los estímulos en el asador, ha activado una necesidad imperiosa para la supervivencia de la rentabilidad del sector.
De la misma forma, las exigencias del BCE —los requerimientos de capital son cada vez más elevados— y el escenario en el que la competencia es cada vez mayor están presionando mucho a uno de los sectores más regulados del país. Además, los fallos de la justicia, que han dañado gravemente a la banca en lo que a su beneficio se refiere, tampoco han fomentado la buena marcha del sector. Todo esto presiona a la banca a reducir sus estructuras de dimensiones muy destacables con el fin de poder adaptarse más rápidamente, a la vez que se incrementa la solvencia ante esas continuas revisiones del regulador.
Conviene resaltar que las fintech están penetrando cada vez mejor. Lo ocurrido con Coinbase, el desarrollo de grandes plataformas fintech que penetran, incluso, en las principales bolsas del planeta, llegando a Wall Street. Esta situación presiona a una banca que trata de no quedar obsoleta ante estos nuevos competidores, a los que muchos ya han presionado con capital para el fomento de las adquisiciones y las fusiones.
La banca ya venía cerrando oficinas, tratando de converger en esa línea de transformación digital que impulsó hace unos años. La pandemia ha acelerado la transformación digital como nunca y ha ofrecido una opción de teletrabajo bastante aceptable para la ciudadanía. Esto ha acelerado esta transformación sustancialmente. Estamos ante otra situación que, como las anteriores, también se veía venir.
Considero que, pese a lo negativo que supone que 19.000 personas pierdan su empleo por los expedientes de regulación de empleo, esto que vemos no es más que las consecuencias de ese proceso de reestructuración, que ha visto una oportunidad en esta pandemia para pisar el acelerador y acelerar esa conversión. Por tanto, es cierto que estamos ante el mayor ERE de la historia de la banca española, pero no debemos extrañarnos cuando en los próximos meses, años, esta práctica siga sucediéndose en este sector. La conversión no pretende echar el freno y revertir lo logrado.