Lo que hay detrás de la decisión de Rivera
Ciudadanos rompe el pacto sobre el 155 en plena lucha en las encuestas aunque mantiene su apoyo a los presupuestos.
Un día después de la publicación del último barómetro del CIS, sube la tensión entre el PP y Ciudadanos. El líder naranja, Albert Rivera, ha dado por roto el pacto con el Gobierno para la aplicación del 155 en Cataluña. Una decisión impactante para el electorado de centro derecha, pero que no afectará al acuerdo de los presupuestos generales del Estado -que podría tumbar la legislatura- y con un 155 que podría acabarse en menos de dos semanas.
La temperatura política vuelve a caldearse entre los dos partidos que pujan por el voto de centro-derecha. La encuesta reflejaba que los populares ganarían hoy las elecciones, pero marcando un mínimo histórico del 24%, en tanto que Cs daría el sorpasso al PSOE al hacerse con la segunda posición y rozaría al PP (del que solo le separaría 1,6 puntos de distancia).
Cataluña se ha convertido en un tema de brusco roce entre los populares y Cs en la lucha por un electorado volátil (el 18% de votantes del PP dice que hoy lo haría por los de Rivera). Esa cacareada unión de los constitucionalistas se resquebraja cada día más y es campo de batalla electoral. Los populares salieron muy tocados de las últimas elecciones del 21-D y, en cambio, los de Rivera iniciaron ahí su ascenso en las encuestas a nivel nacional.
Ya no se oculta esa lucha. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha acusado a Rivera en un crispado 'cara a cara' en el Congreso de "aprovechategui". Unos minutos después el líder naranja hacía más dura su respuesta: anunciaba en los pasillos del Congreso que rompía su pacto del 155. "Hasta aquí hemos llegado con esta displicencia", sentenciaba.
La excusa dada por Cs para romper el acuerdo es una aplicación "blanda" del 155 del Ejecutivo: no haber recurrido el Gobierno el voto delegado de Carles Puigdemont y Toni Comín o no haber abierto expediente por el caso de los profesores señalados por adoctrinamiento en Cataluña.
No tiene efectos sobre lo ya pactado
¿Y esto qué supone? El propio Rivera ha reconocido que carece de efectos sobre los acuerdos suscritos por ambas formaciones. El más importante ahora mismo es el de apoyo a los presupuestos generales del Estado, pieza esencial para que continúe la legislatura.
Rivera se refería al del 155, cuya aplicación podría acabar en apenas unas semanas. Este artículo seguirá en vigor, según el acuerdo del Senado, hasta que se forme una Govern legítimo en Cataluña.
Precisamente, este encontronazo se produce en unos días clave para el futuro de Cataluña. Junts per Catalunya sigue insistiendo en que quiere investir a distancia a Carles Puigdmeont, en virtud de la reforma de la ley de Presidencia.
Pero eso parece imposible al haberse reunido hoy el Consejo de Ministros para aprobar un recurso contra esa norma. Una vez admitida por el Tribunal Constitucional, esa ley quedará suspendida. Entonces se podría pasar por parte de los independentistas a investir a otro candidato y acabar con el 155 como muy tarde el 22 de mayo.
Una de las razones del enfado de Rivera, según ha explicado en el Congreso, es que ha dejado Rajoy de consultarles en temas territoriales. "Hasta ahora nos llamaba, pero desde hace unos meses, con las encuestas y los follones internos, ha dejado de hacerlo", se ha lamentado Rivera antes de acusar al Gobierno de sentirse ahora "más cómodo" en Cataluña con los nacionalistas y estar "a lo que marque" el PNV.
Precisamente, la relación del PP con el PNV en los últimos meses ha sido motivo de enfrentamiento con Ciudadanos, que se ha opuesto duramente a la aprobación del Cupo Vasco (lo que llaman el 'cuponazo'). Para los naranjas se trata de defender un mismo discurso en toda España, para sus rivales se trata de una estrategia para captar votos.
Los populares creen que la actitud de Rivera es "infantil" en este momento y que se trata de una pataleta. El propio portavoz del PP en la Cámara Baja, Rafael Hernando, ha dicho que se ha quedado "perplejo" ante las palabras de Rivera. "No sabemos qué significa realmente dejar el pacto", ha apostillado el 'número tres' del PP, Fernando Martínez-Maillo. Desde el PSOE lo tienen claro: el líder naranja sólo busca "titulares" y carece de sentido de Estado, según Margarita Robles.
Los populares también están muy molestos al haber capitalizado en las encuestas Ciudadanos el 155, cuando fue un Gobierno del PP el que lo aprobó.
Tensión acrecentada en Madrid y con olor a elecciones
Además, este cruce de reproches de los dos partidos se produce en mitad de los cambios en la Comunidad de Madrid. Ciudadanos amagó con apoyar al portavoz del PSOE en la Asamblea, Ángel Gabilondo, para ser presidente de Madrid si no dimitía Cristina Cifuentes.
Finalmente, Cifuentes dimitió y el candidato será Ángel Garrido (PP), al que ha dado su visto bueno Cs. No obstante, en el PP ha crecido el malestar contra los naranjas y una parte del partido entiende que no hay que ponerle en bandeja este tipo de victorias. A lo largo de estas semanas han repetido que los naranjas apoyaban a la "izquierda radical" en Madrid.
Un juego de tiras y aflojas entre dos partidos que a la vez saben que se necesitan y que deben caminar juntos si quieren que acabe la legislatura. Ciudadanos presiona en público constantemente al PP, pero luego vota asuntos esenciales como la propia investidura de Rajoy o los presupuestos.
Además, ya huelen la cercanía de las elecciones autonómicas y locales, que se celebrarán dentro de doces meses. Competirán por los mismos votos, pero con una gran diferencia respecto a hace cuatro años: los de Rivera sí quieren entrar en los gobiernos y ser presidentes autonómicos y alcaldes.
Todo ello en un clima en el que el PP ve cómo Ciudadanos le roba la tarta demoscópicamente a nivel nacional y en feudos tradicionales y tan simbólicos para la derecha como Madrid y la Comunidad Valenciana.