Las pérdidas por la erupción del volcán superarán "por mucho" los 400 millones, con más de 6.000 evacuados
La lava ya ha llegado a Todoque, último núcleo urbano antes de alcanzar el mar.
Cada vez más lenta, pero sin dejar de avanzar desde hace 48 horas, la lava ya ha llegado al último núcleo urbano antes de tocar el mar. A primera hora de la tarde de este martes, los ríos de magma han tocado el núcleo de Todoque, perteneciente al municipio de Los Llanos de Aridane.
Este barrio de alrededor de 1.300 personas, desalojadas en las últimas horas, podría quedar sepultado por el magma, que sigue causando destrozos millonarios mientras avanza por la isla de La Palma. El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha calculado que los daños superarán por mucho los 400 millones de euros.
El líder canario ha reconocido que, como el montante previsto “será muy superior a los 400 millones que regula la Unión Europea para pedir ayudas”, se ha dirigido a la UE para interesarse por sus Fondos de Solidaridad. Esas ayudas se destinarán a “carreteras, red hidráulica, colegios o alojamientos provisionales, que es lo que más nos preocupa ahora”, ha añadido.
El Gobierno, por su parte, ha propuesto este martes a los agentes sociales la creación de unos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) específicos para toda Canarias, y no solo para La Palma, para proteger a los trabajadores afectados por la erupción del volcán, según han informado fuentes del Ministerio de Trabajo a Europa Press. Estos ERTE para Canarias saldrán adelante con la prórroga de los actuales, que se encuentra en negociación entre el Gobierno y los agentes sociales.
Los destrozos actuales y lo que puede pasar
En la actualidad ya hay más de 6.000 evacuados y cerca de 200 casas destrozadas, aunque la estimación de los expertos es que la cifra pueda llegar a un millar. Además, han desaparecido enormes extensiones de campo, en una isla especialmente dependiente del cultivo del plátano.
Hasta el momento, han quedado arrasadas 103 hectáreas de terreno y el pronóstico es que la erupción arruinará unas 400 hectáreas, de las que 300 corresponderían solo al plátano. También habrá afectaciones en extensiones pequeñas cultivadas de barbecho, papa, papaya, pastos o cítricos.
En Todoque, durante la mañana se vivieron las últimas salidas de casas y locales, con el miedo presente por la más que segura tragedia en la zona. Los habitantes confiesan su temor por perder todo cuanto dejaron atrás al salir de la localidad.
Aunque la velocidad de avance es cada vez menor y actualmente ronda los 120 metros por hora, se multiplican los peligros. Este lunes por la noche, el volcán abrió una novena boca de fuego que obligó a rescatar a la población de Tacande, perteneciente a El Paso.
El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha explicado que el magma que sale de esta nueva boca es más fluido y se está encontrando “menos dificultades para moverse”, porque lo hace sobre la colada proveniente del cono principal.
En cambio, las condiciones climatológicas parecen jugar a favor de la isla, gracias al frío en altura y la presencia de lluvias intermitentes. de haberse producido un clima más cálido y seco, ha explicado el director técnico de Pevolca, “podríamos haber tenido problemas en forma de incendios, habituales en casos de erupción”.
Se retrasa el temido contacto con el mar
El magma ya está a menos de dos kilómetros del mar, algo que, de seguir el ritmo actual, podría significar su entrada en el mar en la madrugada del miércoles. Sin embargo, los cálculos se van actualizando a cada instante. En un primer momento, la previsión era que el contacto se produjese en la noche del lunes, cuando la lava se movía a unos 700 metros por hora.
Ese contacto producirá un fenómeno conocido como laze y especialmente peligroso por la expulsión de partículas sólidas y grandes cantidades de gases tóxicos que podrían afectar a la población cercana y la flora y fauna terrestre y submarina.
Pese a ello, existe miedo de que turistas y curiosos se acerquen a presenciar el fenómeno natural, por lo que Capitanía Marítima ha ampliado el radio de exclusión a dos millas náuticas y se recuerda que no se puede acceder a la zona por razones de seguridad. Cuatro helicópteros y efectivos de la Guardia Civil y la UME vigilan el perímetro para impedir el acercamiento de curiosos por mar.