"El deporte es para todos": la despedida de Laurel Hubbard, primera atleta olímpica trans, eliminada con tres nulos
"Agradezco al COI su compromiso en demostrar que el deporte es para todos, es inclusivo y esto es fabuloso", ha dicho.
Laurel Hubbard sabía que era una de las figuras más esperadas de Tokio 2020. Casi aislada en su habitación de la villa olímpica y sin querer atender a los medios que le buscaban, esta haltera neozelandesa de 43 años era la primera transgénero en unos Juegos. Sabedora de que se convertía en historia del olimpismo, optó por recluirse y centrarse en lo suyo, lo deportivo.
Debutaba hoy, en la categoría +87 kilos, y bajo un ambiente de mucha controversia. A su alrededor se sucedían las muestras de apoyo y las suspicacias por su participación en el cuadro femenino. Hubbard, nacido como hombre bajo el nombre de Gavin, comenzó su transición a mujer a los 30 años.
Entre las sospechas, su supuesta ventaja física ante rivales en su mayoría de la mitad de años que ella (de hecho, la ganadora en su categoría, Li Wenwen, tiene 21 años), aunque sus marcadores biológicos están dentro de los límites aceptados por el COI, especialmente en la tasa de testosterona.
No venía con la mejor marca y aún así, la realidad fue más severa que cualquier duda: Hubbard ha caído eliminada con tres nulos en arrancada, primero sobre 120 kilos y, por dos veces, sobre 125.
Entonces sí habló para los medios. La haltera neozelandesa se ha mostrado decepcionada: “Desde el punto de vista deportivo no he cumplido con los estándares que me había impuesto y tampoco los que esperaba de mí mi país. Sin embargo he de estar agradecida a mis seguidores en Nueva Zelanda por todo el amor y el aliento que me han dado”.
“Agradezco también al Comité Olímpico Internacional (COI) por su compromiso en demostrar que el deporte es para todos, es inclusivo y esto es fabuloso”, ha añadido antes de retirarse Laurel Hubbard, desde hoy historia del olimpismo.