Las preocupaciones de la Andalucía que vota: empleo, sanidad y crisis económica
La comunidad sufre unos niveles dolorosos de paro, está a la cola en médicos y camas por cada 1.000 habitantes y tiene las rentas más bajas.
Una derecha envalentonada (PP), una izquierda dividida (PSOE, Adelante Andalucía, Por Andalucía) con el paso cambiado y un partido ultra que aspira a doblar sus resultados y presionar para ganar cuotas de poder a base de un discurso duro y alarmista. Los liberales (C’s) aspiran, como mucho, a morir en la orilla. Así está el barro electoral en Andalucía, pero más allá de la política…
¿Qué preocupa a la población andaluza?
El CIS del 2 de junio enumeraba los males que aquejan a la ciudadanía de la comunidad más poblada de España. Spoiler: no son nuevos. El podio de las inquietudes lo conforman el paro, la sanidad y la crisis económica. A continuación, algunos datos que apuntalan esas incertidumbres.
Aunque baja, el paro está por las nubes
La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre marca una tasa de paro del 19,43%. Aunque alta, es la primera vez que baja del 20% desde 2008, como remarcó el candidato de C’s, Juan Marín, durante el primer debate electoral celebrado en RTVE. Pero sigue siendo una tasa seis puntos superior a la media nacional (13,63%). De cara a las elecciones, Juan Carlos Hidalgo, secretario general de Relaciones Laborales y Empleo de UGT Andalucía, valora esta situación como “bastante preocupante porque no hay iniciativas políticas para atajar el paro”.
Los motivos de esta gran diferencia en la tasa de paro están claros para Hidalgo: “La baja industrialización y un empleo estacional basado en la agricultura y los servicios, principalmente el turismo y la hostelería”. Un rasgo que ha caracterizado a la comunidad con todos los gobiernos de la Junta, “tanto del PSOE como del PP”. El peso de la industria en el primer trimestre supuso el 7,7% de la economía autonómica, mientras que en el conjunto de España fue del 12,2%.
De esta manera, esta comunidad ha creado siempre un empleo con fecha de caducidad debido a la temporalidad, con cifras que suben y bajan mucho periódicamente dependiendo del inicio y fin de las campañas de trabajo. En mayo, Andalucía contabilizó 758.457 personas en paro, según los datos del Ministerio de Trabajo. Aunque es una cifra elevada, supone un descenso interanual del 20%. Incluso así, la autonomía se mantiene en el primer puesto a nivel nacional en número de parados, como también recordó en el debate la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez: el 25,9% de los parados en España son andaluces.
Si se mira con lupa, el paro no afecta igual en todas partes. Hay diferencias, por ejemplo, de hasta 10 puntos entre Almería (15,9%) y Cádiz (26,3%). UGT señala que esto se debe a la pérdida de industria gaditana, mezclada con la baja preponderancia del turismo en la provincia, frente a la agricultura de los invernaderos de Almería, que produce una gran cantidad de empleo.
A pesar de que los datos no invitan al festejo, hay algunas mejoras, como en las condiciones de contratación, que han sufrido una gran transformación gracias a la reforma laboral aprobada en febrero, según UGT. “Aquí ocurría que llegaba la temporada de la hostelería y los contratos eran temporales, ahora solo los hay en campañas muy determinadas y el resto se hacen o fijos discontinuos o indefinidos”, aclara Hidalgo. Y añade: “Lo mismo pasa en la agricultura”. De esta manera, en lo que va de 2022 se han firmado un 274% más de indefinidos que el año anterior. En abril, alcanzaron el 47% de los contratos firmados, un récord histórico.
El contexto es similar en toda España, con un aumento de la contratación indefinida hasta mayo del 367% de media con respecto al año anterior.
Los indefinidos ya representan el 25,47% de los contratos firmados en Andalucía hasta mayo. Apenas superan un cuarto del total, pero la diferencia con respecto a años anteriores, cuando escasamente pasaban del 5%, es sustancial. Los temporales aún constituyen un 74,53%. Esta relación porcentual en el conjunto de España es de un 32,02% de indefinidos frente al 67,98% de temporales.
UGT subraya los progresos en un informe, aunque huye del triunfalismo. “No podemos ser optimistas porque no hay propuestas estrellas de empleo. No ha cambiado la política de creación de empleo en los últimos 20 o 30 años, tanto con el PSOE como con el PP [en la Junta]”, opina Hidalgo. Y concluye: “Falta iniciativa para atraer industria que dé trabajo más estable y salarios más dignos”.
La sanidad pública: deprimida y a la cola en medios
Es la segunda preocupación de la ciudadanía andaluza. Después de una pandemia que ha dejado 13.752 fallecidos en la comunidad, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, tanto sindicatos, asociaciones, profesionales y usuarios muestran preocupación por la situación sanitaria.
El secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Andalucía, José-Pelayo Galindo, afirma que el proceso de precarización empezó hace años: “Rajoy hizo unos recortes de miles de millones en sanidad y el Gobierno [de la Junta de Andalucía] socialista hizo seguidismo, por lo que [el deterioro] se ha ido acrecentando”.
Según el último informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), la sanidad andaluza ha pasado de ser la sexta mejor valorada en 2009 a ser la cuarta por la cola en 2022, y llegó a estar en la penúltima posición en 2021. Galindo asegura que antes los residentes se daban “tortas” por ir a Andalucía a formarse porque la sanidad allí era un referente. Un “tesoro”, que, sin embargo, ahora “se ha perdido”.
Algunos indicadores del Sistema Nacional de Salud (SNS), relegan a Andalucía a la última posición. El gasto medio anual por habitante en sanidad fue de 1.398 euros en 2020, el más bajo de España. Ese mismo año, la comunidad contaba con tan solo 1,7 camas públicas por cada 1.000 habitantes, 0,9 menos que la media.
La evolución de las camas en el sistema público, según denuncia CCOO en su informe de la sanidad pública andaluza de 2021, ha caído un 2,7% desde 2003, mientras que la población ha crecido un 11,27%.
Galindo denuncia que con el PP en la Junta, la derivación de recursos a la sanidad privada desde la pública se ha disparado. El consejero de Sanidad andaluz, Jesús Aguirre, admitió en el pleno de la Junta del 7 de abril que se derivaron 858.529 pacientes a la sanidad privada en 2021.
Al mismo tiempo, la situación de las plantillas de médicos, analizada por el Ministerio de Sanidad en su Informe de Oferta y Demanda de especialistas, tampoco da un respiro. Frente a los 300,5 médicos especialistas por cada 100.000 habitantes de media en España, Andalucía tiene 234,8, la ratio más baja. En cuanto a la atención primaria, una de las columnas vertebrales del sistema sanitario, esa misma relación es de 72 frente a una media de 90.
A la carencia de medios se suma la precariedad. El Informe de Demografía Médica que elabora el Consejo Andaluz de Médicos (CAM) destaca en su último estudio, referente al año 2020, la falta de médicos especialistas en esta comunidad debido a la escasez de oferta de plazas MIR para formar a nuevos profesionales y a los bajos salarios profesionales que perciben los facultativos en Andalucía en comparación con otras comunidades. Según este estudio, 474 médicos andaluces se fueron a trabajar en 2020 a otras autonomías y 49 al extranjero.
CCOO coincide en su Informe sobre la Situación Sanitaria de Andalucía en 2021, en el que señala que de esta manera se fomenta la fuga de profesionales a otras comunidades autónomas con “mejores retribuciones” y “menos precariedad laboral” o a la sanidad privada que “ofrece mayor estabilidad”.
Este panorama se vuelve explosivo con polémicas como la no renovación de contrato para 8.000 sanitarios a finales de 2021, que los sindicatos denunciaron. Un poco más tarde, Juan Marín, vicepresidente de la Junta por Ciudadanos, incendió el conflicto con sus declaraciones.
El deterioro del sistema sanitario se deja notar en las listas de espera. Un paciente, para entrar en la lista de espera para operarse, necesita primero que le diagnostique un médico especialista. Desde 2014, las listas de espera para ese diagnóstico han crecido exponencialmente, de 49 a 105 días de espera, y desde 2018 el número de pacientes ha pasado de 685.523 a 873.047, según los datos del SNS. Para Galindo, esto supone un “tapón” que tergiversa la realidad.
CCOO denuncia que la Junta de Andalucía “maquilla” los datos de las esperas al ofrecer solo los de las listas quirúrgicas, las cuales alivia resolviendo las intervenciones de menor gravedad. “Te quitas muchos pacientes [con patologías menores] con poca inversión y muy rápido, pero para aquellos con patologías más serias, como una intervención para poner una prótesis de cadera, el tiempo de espera se ha alargado.”, sostiene Galindo.
Este tipo de situaciones supone un añadido a un clima de conflictividad laboral que mantiene enfrentado al Gobierno autonómico con los sindicatos. La Junta ha negociado por separado con algunas centrales, ha hecho mejoras parciales que no beneficiaban a todo el personal sanitario y muchas veces no ha cumplido con lo pactado, según CCOO. Las relaciones laborales se han tensado mucho, y la situación ha desembocado en una “pérdida de confianza”.
La pandemia ha golpeado a un sistema debilitado y las plantillas sufren un desgaste muy profundo que afecta a su salud mental. Una encuesta de CCOO, publicada en enero de 2022, asegura que un 66% de profesionales cree que debió pedir una baja y el 55% afirma que no lo hicieron por no sobrecargar a sus colegas. “Hay trabajadores de la sanidad pública que presentan problemas psicológicos de estrés, pero no han ido al médico, o se han automedicado o no se toman nada”, cuenta Galindo. De los profesionales consultados, un 89% manifiesta cansancio, frustración (84%), ansiedad (83%), insomnio (74%) o tristeza (74%).
Galindo concluye: “Los sanitarios no aguantan más”.
Crisis económica y desigualdad
El paro, la precariedad y la coyuntura socioeconómica actual, con los precios al
alza, dan pie a la tercera preocupación de los andaluces: la crisis económica.
El último informe de Indicadores Urbanos, publicado por el Instituto Nacional de Estadística, dibuja un panorama poco favorable de cara a sortear las dificultades económicas. De los cinco municipios con más paro de España, cuatro son andaluces (Linares, La Línea de la Concepción, Alcalá de Guadaira y Jeréz de la Frontera), y la comunidad hace pleno con los cinco de menor renta (Níjar, Vícar, Los Palacios y Villafranca, Barbate y Alhaurín el Grande). Por barrios, otro de los indicadores que recoge el informe, de los diez con menores rentas de España, siete de ellos se encuentran en Andalucía.
La renta media por persona tampoco deja en buen lugar a la comunidad, se queda a las puertas de los 10.000 euros anuales y a 5.823 del liderazgo, que ostenta el País Vasco con 15.813. Esta realidad, junto con un Índice de Precios al Consumo (IPC) que no da tregua, hace que las familias pierdan poder adquisitivo, lo que en el caso de la comunidad, con unas rentas bajas, puede tornar en una situación dramática.
El próximo 19 de junio se dirime en las urnas el futuro político de la comunidad. Una cita electoral en la que, si no hay sorpresas y se cumplen las encuestas, el Partido Popular podría llegar a sumar más que todas las izquierdas juntas. La incógnita es si Juan Manuel Moreno Bonilla gobernará en solitario o si pactará con la ultraderecha. Otro escenario, como ha llegado a advertir el actual presidente en funciones, es la repetición electoral si no le dan los números para continuar en el Palacio de San Telmo. Las preocupaciones de Andalucía, mientras tanto, esperan soluciones.