Las mujeres y los jóvenes vuelven al PSOE
Con Tezanos o sin Tezanos, la coyuntura no podía ser más propicia. Pasa siempre cuando hay un cambio de Gobierno. Presidentes bien valorados, siglas que se elevan, ministros desconocidos a los que aún no se les conoce obra, pero obtienen un aprobado... Nada nuevo, ni siquiera en la indignación de la oposición por los resultados o en las acusaciones sobre la manipulación del Centro de Investigaciones Sociológicas.
Por mucho cambio de época que solemnice el presidente Sánchez, en esto, como en otras muchas cosas, poco hemos cambiado. El CIS siempre fue fuente de polémica, gobernara quien gobernara y aunque los datos que arrojaba respondieran a algo tan obvio como el peso de la púrpura.
Pasó en 2004 con la llegada de Zapatero a La Moncloa. Hasta diez puntos creció entonces el PSOE en su primer barómetro con el cambio de Gobierno. Claro que el éxito no está en el meteórico ascenso sino en ralentizar la caída, que siempre llega. En aquél tiempo, los socialistas fueron perdiendo más de dos puntos por sondeo hasta dilapidar todo el capital electoral en beneficio de una nueva mayoría absoluta de la derecha española.
En La Moncloa son conscientes de que cuando el CIS realizó la encuesta que esta semana ha dado al PSOE un aumento de casi 8 puntos en intención de voto y elevado unas cuantas tallas políticas a Pedro Sánchez, aún no se había producido ni el viaje en Falcón del presidente a un concierto en Castellón, ni el asalto a la valla de Melilla de 700 inmigrantes, ni el "no" del Congreso al cuadro macroeconómico de los próximos presupuestos.
Dicho de otro modo, que están preparados para el desgaste lógico que les reportará la acción de gobierno con el paso del tiempo. Y ese será el momento en que, lo diga o no, el presidente valorará la posibilidad de convocar elecciones anticipadas. A estas alturas, lo de 2020, dada la aritmética parlamentaria y la exigua minoría de los 84 escaños, no se lo creen ya ni los más entusiastas.
Pero hasta que el anticipo llegue, que llegará cuando le convenga como siempre al Gobierno, los socialistas analizan con detalle todos los datos y las variables arrojadados por el CIS de esta semana. Y mucho más las cifras crudas que los estimadas porque es en las primeras, en las que no existe posibilidad de cocina, y donde se ha atisbado un verdadero cambio de tendencia entre el electorado joven —repartido hasta ahora entre Podemos y Ciudadanos— y el femenino, que hace tan sólo tres meses, en plena explosión del movimiento feminista, había dado la espalda al PSOE.
La fluctuación del voto femenino en el anterior barómetro del CIS había activado todas las alarmas en un PSOE que llegó a perder tres puntos en este sector de la población justo en medio de las movilizaciones del 8-M y pese a haber sido tradicionalmente los grandes abanderados de la legislación en favor de la igualdad. Sólo el 13,3% de las mujeres declaraba entonces estar dispuesta a votar PSOE, un punto por debajo de Ciudadanos —cuyo electorado además del de Podemos había sido hasta entonces el más masculinizado del universo electoral— y hasta ocho menos de lo registrado un año antes por los socialistas.
Hoy, tras apenas dos meses en La Moncloa y con una clara agenda feminista que empezó con un Gobierno con más ministras que ministros, el PSOE se ha consolidado como primera fuerza política entre las mujeres (24,8%) con una diferencia notable respecto a los demás partidos, incluido Unidos Podemos, que cae entre el electorado femenino hasta el 5,1% de los votos.
El porcentaje de apoyo entre las mujeres a los socialistas se dispara al 30% entre la franja de 45 a 65 años. En voto más simpatía, según el último sondeo del CIS, un 27,7% apostaría por el PSOE frente al 12% que lo haría por el PP; el 11% por Ciudadanos y el 6,4% por Podemos y sus confluencias.
Si las mujeres han vuelto al PSOE como principal opción política, también los jóvenes parecen haber encontrado en el cambio de Gobierno un motivo para confiar en la izquierda tradicional. Los socialistas son primera fuerza en todos los grupos de edad, pero destacan principalmente entre los jóvenes. Concretamente, un 18% de los menores de 35 años apostarían hoy por el partido de Sánchez, seguido de Ciudadanos (12%) y Podemos (11%).
Y esto después de que PP y PSOE perdieran la mitad de sus votantes jóvenes en la última década en favor de Ciudadanos y de Podemos y como consecuencia de la irrupción del movimiento 15-M . Hasta ahora, el partido de Rivera, pero sobre todo el de Pablo Iglesias, canalizaban de manera más efectiva las aspiraciones de las nuevas generaciones frente al ajado bipartidismo, que parecía no dar respuesta a sus problemas ni demandas.
A los fontaneros "monclovitas" no se les escapa que los dos hitos más destacados en la historia de la democracia en lo que a voto juvenil se refiere, ocurrieron con dos presidentes socialistas, Felipe González en 1982 y José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, y que ambos lograron superar con creces la barrera del 40%.
A Sánchez aún le queda camino por recorrer hasta rozar aquellos porcentajes, pero la decepción que, según los socialistas, ha supuesto la "nueva política" podría marcar un punto de inflexión para un PSOE que confía en que la movilización del electorado de izquierdas vaya a más y se mantenga también la subida transversal de su marca que esta semana apuntaba el CIS.
De momento, mujeres y jóvenes, que es donde se jugarán seguro las próximas elecciones, han vuelto a mirar al PSOE.