Las mujeres en el poder político global
¿Qué países tienen presidentas o primeras ministras? ¿Dónde hay parlamentos paritarios? ¿Por qué no están ellas en la toma de decisiones?
“Las mujeres pertenecen a todos los lugares donde se toman decisiones. No debería ser que las mujeres sean la excepción”, decía la añorada juez norteamericana Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado septiembre. Toda la razón del mundo, porque es obvio lo que se pierde si se deja fuera de cualquier cosa a la mitad de la población. Y, sin embargo, en cuestiones políticas no se queda más que en eso, en una afirmación transparente, que cae por su propio peso, pero que no llega a realidad.
Actualmente, sólo 21 de los 193 Estados miembros de la ONU están liderados por una mujer. Estonia es el único país que tiene ahora mismo una presidenta y una primera ministra, ejerciendo a la vez. El progreso en la representación sigue siendo lento, pero hay avances: en 2005, solo ocho mujeres estaban el poder como presidentas o primeras ministras. Un crecimiento importante, pero insuficiente, teniendo en cuenta que 119 países nunca han tenido mujeres en sus jefaturas de Estado o de Gobierno. Al ritmo actual, la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará por otros 130 años, calcula ONU Mujeres.
Más de la mitad de las mujeres que comandan países están en Europa. Casi todos los Gobiernos de los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega) están encabezados por una mujer, con la excepción de Suecia. Y son gabinetes con alianzas delicadas, de más de dos formaciones en varios casos, que requieren de mucho diálogo y ganas de entenderse.
En América, hay dos mujeres líderes, la mitad de las que estaban en el poder en 2015. La región experimentó una disminución significativa en 2017, cuando el número cayó bruscamente a uno. Tres mujeres se desempeñan como jefas de Estado o de Gobierno en Asia (Bangladesh, Nepal, Singapur), dos en África (Etiopía, Namibia) y una en el Pacífico (Nueva Zelanda). Ningún país de la región de los Estados Árabes ha tenido una mujer Jefa de Estado o de Gobierno.
En cuanto a los gabinetes ministeriales, el progreso es mayor: las mujeres ahora representan el 50% de los puestos ministeriales en 14 países, frente a nueve en 2019. Otros 16 países tienen más del 40% de ministras. Sin embargo, como media, sólo el 21% de quienes ocupan carteras son mujeres. Con un aumento anual de apenas el 0,52%, no se alcanzará la paridad de género en los cargos a nivel ministerial antes de 2077. Es otro de las descorazonadoras proyecciones del organismo de Naciones Unidas dedicado a la mujer.
Europa y América son los líderes cuando se trata de tener paridad de género en los gabinetes. En dos países, España y Finlandia, las mujeres ocupan más del 60% de los sillones de los consejos de ministros. Finlandia destaca, además, como el único país que tiene paridad de género en el gabinete y una mujer jefa de Gobierno.
Respecto a las materias, poco cambio ha habido en décadas, pues se les suelen asignar aún materias más relacionadas con la igualdad, la educación, la infancia, los cuidados o el medio ambiente, aunque también cada vez más, empleo y trabajo.
Ni siquiera en los parlamentos
Apenas el 25% de los escaños en los Parlamentos nacionales están ocupados por mujeres, un porcentaje que ha aumentado claramente desde el 11% en 1995, pero que es igualmente escaso. Apenas cuatro países cuentan con la mitad de representación de mujeres en las cámaras -bajas o únicas-. Sorpresa: los más avanzados no son europeos ni norteamericanos, ni siquiera potencias blancas del Pacífico. Son Ruanda, con el 61% del hemiciclo; Cuba, con el 53%; Bolivia, con idéntica cifra; y los Emiratos Árabes Unidos, con el 50% (otra cosa es que luego en el país el respeto a las libertades y derechos de las mujeres sea prácticamente inexistente).
Más de dos tercios de dichos países han implementado cuotas de género -ya sean cuotas legisladas de postulantes o cargos reservados-, lo que ha generado un nuevo espacio para la participación política de las mujeres en los parlamentos nacionales.
Queda mucho por hacer, porque en todo el mundo existen todavía 27 Estados en los que las mujeres ocupan menos del 10% de los escaños y, entre ellos, cuatro países sin mujeres en los hemiciclos. Ni una. Con el nivel de avance actual, la paridad de género en los cuerpos legislativos nacionales no se logrará antes de 2063. También mañana mismo.
Las mujeres en los gobiernos locales
Los datos sobre 133 países recopilados por la ONU muestran que las mujeres constituyen 2,18 millones (36%) de las y los miembros de los “cuerpos deliberativos locales”, bien sean ayuntamientos, municipalidades o cualquier otro órgano de gestión. Sólo dos países han alcanzado el 50%, y en otros 18 países, más del 40% del funcionariado local son mujeres.
Desde enero de 2020, también se registran variaciones regionales en lo que respecta a la representación de las mujeres en estas entidades locales: Asia Central y Meridional, 41%; Europa y América del Norte, 35%; Oceanía, 32%; África Subsahariana, 29%; Asia Oriental y Sudeste Asiático, 25%; América Latina y el Caribe, 25%; y Asia Occidental y África del Norte, 18%.
A por más
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que justo ha cumplido 25 años, mantenía la necesidad de lograr la participación política y la distribución equilibrada del poder entre hombres y mujeres en la toma de decisiones. Pero no, queda claro que la mayoría de los países del mundo no ha logrado el equilibrio de género y son pocos los que han establecido o cumplido metas ambiciosas respecto de la paridad entre los sexos, 50-50.
“Existen pruebas firmes y cada vez más numerosas de que la presencia de mujeres líderes en los procesos de toma de decisiones políticas mejora dichos procesos”, remarca, pese a todo, ONU Mujeres. Por ejemplo, una investigación sobre los panchayats (consejos locales) de la India puso de relieve que el número de proyectos de abastecimiento de agua potable en zonas donde dichos consejos están liderados por mujeres era un 62% mayor que en el caso de aquellas cuyos consejos están liderados por hombres. Y en Noruega se encontró una relación de “causalidad directa” entre la presencia de mujeres en los consejos municipales y la cobertura de la atención infantil.
“Las mujeres demuestran liderazgo político al trabajar por encima de las divisiones partidarias en grupos parlamentarios de mujeres -incluso en los escenarios políticos más agresivos- y al defender asuntos de igualdad de género como la eliminación de la violencia de género, la aplicación de licencias parentales y de servicios de cuidado infantil, cuestiones jubilatorias, leyes de igualdad de género y la reforma electoral”, resalta este organismo.
En un informe emitido en 2020 por la Unión Interparlamentaria de la ONU quedaba claro que la manera de gestionar de las mujeres es beneficiosa hasta para afrontar pandemias como la del coronavirus: “las mujeres líderes han tenido una particular disciplina, sensibilidad y capacidad de respuesta frente a esta pandemia y, por ello, han podido desarrollar mejores políticas para ahora y para el futuro”, concluye.