La viuda de Lidón identifica al etarra Txeroki como el asesino: "Simplemente, vi cómo mataban a mi marido"
El etarra dice que ni estaba en Vizcaya cuando ocurrieron los hechos, pero la mujer y su hijo no dudan: lo reconocieron por la mirada al verlo en televisión
La viuda del juez José María Lidón, María Luisa Galárraga; y el hijo de ambos, Íñigo Lidón, han prestado declaración este lunes ante la sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que juzga al ex jefe de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, alias Txeroki, y al miembro de la banda terrorista Asier Arzalluz Goñi por el asesinato del magistrado en noviembre de 2001. Preguntada sobre si conoce a los acusados, ella, la primera en intervenir, ha zanjado: “Simplemente, vi cómo mataban a mi marido”.
El juicio ha arrancado con el desafío de Txeroki al tribunal. Cuando el presidente, Alfonso Guevara, le ha pedido que especificase si cuando sucedieron los hechos se encontraba en Vizcaya, el etarra, sentado tras una mampara de seguridad, ha espetado que sólo respondería a las preguntas de su abogado. El juez le ha ordenado que se pusiera en pie para replicar, pero no se ha movido. Dos funcionarios de la policía le han tenido que asir de los brazos para que se incorporase.
Finalmente, ha negado haber participado en aquel atentado, por el que Lidón fue tiroteado cuando salía de casa en coche, a las 7.20 horas de la mañana del 7 de noviembre de 2001, acompañado de su mujer. También ha negado haber estado en Vizcaya en aquella época y ha asegurado que estaba en Frankfurt, por lo que niega, asimismo, que alguien pudiera identificarle en aquella acción.
La identificación ha sido precisamente el centro de la sesión. Tanto la viuda como el hijo del magistrado declararon primero en comisaría y tres meses después del asesinato en sede judicial que no habían podido identificar a los responsables.
En dos ocasiones han participado además como testigos en juicios a personas del mismo comando de ETA, en 2005 y 2008, y tampoco dieron más detalles que la primera escueta descripción con contradicciones en los matices.
Coinciden en que uno era alto y corpulento y otro parecía más menudo y llevaba un gorro de lluvia. Discrepan sobre si el primero llevaba o no una visera, porque ella lo declaró así inicialmente pero ya no lo recuerda. Lidón añade que esa persona, presuntamente Txeroki, tenía “las típicas greñitas borrokas”. Sostienen que ninguno llevaba gafas y no pueden ya concretar más detalles de la vestimenta.
“A los dos días no eres muy consciente”
“Después de vivir ese horror, a los dos días si me preguntan cómo me llamo igual no lo sé. Tenía bastantes pastillas dentro, se hicieron funerales y una cosa y otra y no era el momento más adecuado para poder identificar a nadie o al menos, tal y como yo me encontraba”, ha dicho Galárraga. Íñigo Lidón ha añadido: “Una hora después había 40 o 50 personas en mi casa [...] Son unas circunstancias en las que te llevan en volandas y no eres muy consciente de lo que haces”.
Según sus testimonios, madre e hijo reconocieron a Txeroki como el más alto de los dos cuando años después le vieron bajar de un avión en un Telediario. Ambos han coincidido en que fue un momento de shock. Cenaban juntos viendo la televisión y ahí, al verle de cuerpo entero y en las fotografías que ilustraban la información, se miraron y se dijeron: “Sí, es él”. Sin embargo, han diferido en las fechas en que ocurrió: Ella cree que fue en el año 2008 y él sostiene que el descubrimiento tuvo lugar en 2011.
Sí coinciden en el relato del día del asesinato. Lidón hijo había salido en su propio coche minutos antes que sus padres. Cuando circulaba por el pasillo que da acceso a la calle, adelantó a un individuo al que sólo vio por la ventanilla y se cruzó con otro, al que observó caminar frente a él, en dirección opuesta.
Le vio de frente, le vio cuando le rebasó por un lateral y después por el retrovisor, cuando al escuchar ruidos miró atrás y se dio cuenta de que los dos individuos estaban disparando a su padre, que salía en su vehículo del garaje a continuación.
Corrió hacia su madre y se abrazó a ella mientras los dos huían, pero uno, al que identifican como Txeroki, se volvió a mirar justo antes de marcharse. Ese es el detalle que ambos recuerdan con más claridad. “Yo su mirada la tengo muy clavada y cuando le vi en la televisión, su mirada me hizo volver a revivir todo aquello”, ha dicho Galárraga. “Si no llega a ser la suerte de estar viendo la televisión aquel día.. ―ha añadido Íñigo Lidón―, Hasta que no ves la imagen de la persona no revives todo otra vez”.
El etarra condenado por informar no les reconoce
Los dos se han dicho “absolutamente” convencidos de que fue Txeroki quien disparó, sin que quepa ya “ninguna duda” y han incidido en que si no hicieron nada antes al respecto fue porque confiaban en que si estaban cayendo uno por uno otros miembros del comando y se les estaba enjuiciando, tarde o temprano se haría justicia a su padre.
Pero “nadie llamaba”, no había avances y en 2014 consiguieron un abogado “de confianza” que les personó en el sumario para que por fin pudieran avisar de que habían reconocido al asesino en televisión.
Dos vecinos de la familia han confirmado que fueron dos individuos y de complexión similar a la descrita. Uno de ellos salió del mismo garaje minutos antes del atentado y ha añadido que el supuesto Txeroki tenía el pelo rizado y a la altura de los hombros y el otro asesino, la nariz y la barbilla afiladas. El otro vecino estaba sacando al perro y les vio huir desde una zona elevada sobre el camino del garaje: Asegura que llevaban gafas “muy pegadas a la cara”, como “un plástico”, no de sol.
Mientras, uno de los testigos de la defensa, el etarra condenado y actualmente en prisión Gorka Martínez, que en aquella época cedía su piso en Amorebieta y una lonja alquilada a “militantes de ETA” a su libre disposición, ha apuntado que Txeroki, al que conocía por otro pseudónimo, pasó por las instalaciones, aunque no ha sabido concretar si en las mismas fechas o algo después.
Otro de los testigos de la defensa ha sido Orkatz Gallastegi Sodupe, condenado a 26 años de cárcel por ser el etarra que informó a los asesinos del juez Lidón como objetivo. Ha declarado ante la Sala que no sabe quiénes apretaron el gatillo.
Según sostiene la Fiscalía, Txeroki y Arzalluz formaban parte en 2001 del comando de ETA Olaia, que fue informado por un colaborador del “domicilio, hábitos, horario y forma de desplazamiento” del juez Lidón, quien entonces era magistrado en la Audiencia Provincial de Vizcaya, y se encargaron de asesinarlo a tiros aquel 7 de noviembre. Pide por ello 30 años de prisión por un delito de atentado terrorista para cada uno de ellos, así como una indemnización de 500.000 euros a la familia del magistrado.