La provincia española que ha conquistado a 'The Guardian'
"Por una vez, parecía que las imágenes en internet no habían sido embellecidas".
El prestigioso diario británico The Guardian parece haber caído rendido a las maravillas de la provincia de Pontevedra. Hace unas semanas, dedicaba un extenso reportaje a contar las virtudes de la capital y su política contra los coches. Y, ahora, el mismo rotativo se centra en las islas Cíes, un rincón de España que ya había alabado en ocasiones anteriores.
Esta es la tercera vez que The Guardian se centra en las Cíes. En 2007, el periodista Gavin McOwan nombró a una de sus playas, la de Rodas, como la mejor del mundo. En 2015, Rachel Dixon volvió a poner al archipiélago en la agenda turística mundial. Y, ahora Oliver Balch regresa para destacar la belleza del paisaje: "Por una vez, parecía que las imágenes en internet no habían sido embellecidas".
"Las imágenes eran increíbles: aguas cristalinas, costas arboladas, montañas cubiertas de bosques y playas blancas", dice en su reportaje. El autor advierte, en cualquier caso, de que tuvo dudas al ir allí porque lo veía como "un archipiélago casi deshabitado en el Atlántico" en el que no había coches, ni vida nocturna ni hoteles.
Balch cuenta la leyenda del pirata Drake, que solía esconderse en las calas apartadas del archipiélago, y asevera que las Cíes son un ejemplo mundial de "ecoturismo bien hecho". Explica que hay muchas reglas estrictas (como no dejar basura, no hacer fuego, no poner música fuerte, no pescar...) pero que todo funciona gracias a una especie de filosofía de "por favor, deje este lugar como te gustaría encontrarlo".
El artículo destaca, además, el "espíritu de igualitarismo" del lugar porque allí "a nadie le importa qué marca de gafas de sol usas o si tienes un yate". "Al igual que los náufragos, todos están en el mismo barco o, más exactamente, en la misma isla desierta", se dice.
The Guardian muestra así su preferencia por la provincia de Pontevedra, a cuya capital le dedicó un extenso reportaje hace unas semanas.
"Las personas no gritan en Pontevedra o gritan menos. Con todo el tráfico, menos el más esencial, desterrado, no hay motores acelerados ni bocinazos, ni rugidos de motos, ni gente tratando de hacerse oír por encima del ruido. No es la banda sonora habitual de una ciudad española. Lo que se escucha en la calle es el piar de pájaros en las camelias, el tintineo de las cucharas de café y el sonido de las voces humanas", afirmaba el periodista Stephen Burgen.
El reportaje incluía el testimonio del arquitecto Rogelio Carballo Soler, quien señala que "la ciudad tiene el tamaño perfecto para la peatonalización". "Puedes cruzarla entera en 25 minutos. Hay cosas que podrías criticar, pero no hay nada que te haga rechazar este modelo", añadía.