La piedra del escultor
#88peldaños
El mundo se hubiera quedado sin David si Miguel Ángel se hubiera quedado sin piedra.
@Anxo
Puedes ser el mejor escultor del mundo, pero si no tienes piedra que tallar, tu talento se quedará en nada. Éste es uno de los aspectos que más me preocupaba cuando creé la metodología 8Belts. Podía ser la más revolucionaria del mundo, pero si el alumno no nos daba su dedicación, produciría el mismo resultado que el peor de los métodos, esto es, ninguno. La dedicación del alumno era nuestra piedra, la que necesitábamos para poder dar vida a nuestra escultura. Lo que teníamos que hacer era crear el ambiente más favorable para que el alumno se mantuviese constante en su estudio. ¿Cómo? Consiguiendo que disfrutara aprendiendo. La piedra representa la parte sobre la que no tenemos control, pero sin la cual no tendríamos éxito. Como no depende de ti, no puedes crearla, sino solamente propiciar el ambiente más favorable para que exista.
En el caso de 8Belts, cuando estábamos obsesionados con ese disfrute por parte del alumno, tras meses y meses discurriendo, al final dimos con la clave: contraté a un guionista de cine para que diseñara lo que acabó siendo la Ruta de los 8 Cinturones, la cual se desarrollaba en un antiguo templo chino con bolas de jade y porcelana, con unos progresos medidos por la Balanza del Saber y bajo la tutela de un personaje imaginario denominado el Sabio Ling. Ahora funciona como un videojuego. Es una gamificación del aprendizaje en la que todo el avance del alumno funciona por objetivos. Ésa es nuestra piedra del escultor sobre la que tallamos nuestra escultura a diario. Con ella motivamos al alumno para que nos dé los treinta minutos al día de estudio con los que hacemos nuestra magia. Sin ellos no habría resultado.
Si vas a crear una empresa web de recomendación de restaurantes, la clave no es que cuente con el mejor software del mundo, sino cómo conseguir implicar a la gente para que te haga llegar sus opiniones sobre los restaurantes. Si quieres resolver la pobreza a nivel mundial, no te obsesiones tanto con la idea y el plan perfectos (que son la parte que tu controlas), como en propiciar el seguimiento por parte de la sociedad (que es la parte que no controlas). En ambos casos, la idea te hace un magnífico escultor; pero si la gente no la sigue, te habrás quedado sin escultura. Piensa en propiciar la implicación y el seguimiento a tu idea tanto como en la idea en sí.
Voy a hacer una valoración atrevida sobre el mundo de los negocios: el siglo XX tenía una carencia de buenas ideas y de buenos planes. Yo defiendo que el siglo XXI no tendrá un problema de ideas, sino de seguidores de ellas. No de escultores, sino de piedras. En este siglo, el número de ofertas que pelean entre sí por captar nuestra atención se ha multiplicado exponencialmente, por lo que ahora el nuevo problema reside en cómo superar a esos rivales y conseguir que te sigan a ti.