La 'garra', la última medida de Londres para evitar atentados con camión
Los ataques con vehículos han matado a más de 100 personas en Europa en los últimos años.
En su lucha contra los atentados con atropello, la Policía Metropolitana de Londres ha presentado un nuevo dispositivo con púas y redes para frenar rápidamente a los vehículos que pesen hasta 17 toneladas.
Este equipamiento, al que han llamado 'the Talon' (la garra, en español), es capaz de perforar los neumáticos de automóviles que circulen por encima y atrapa las ruedas en una red, haciendo que la furgoneta o el camión derrape y frene. La Policía anunció que utilizaron esta herramienta por primera vez el domingo en un desfile de la Asociación Naval en el centro de Londres, y que probablemente se convierta en algo fijo para los eventos más multitudinarios de la capital.
La Policía también ha instalado barreras de mitigación de vehículos en nueve puentes y en otros puntos alrededor de la ciudad.
El 'Talon' es el último ejemplo de cómo las ciudades están tratando de evitar atentados terroristas con vehículos, que han matado a más de cien personas en toda Europa en los últimos años. Estos ataques han incrementado la preocupación por la seguridad en grandes concentraciones y en zonas turísticas de muchas ciudades. Pero ha quedado demostrado que es muy difícil frenarlos.
El pasado agosto hubo en Barcelona dos atentados por atropello: el primero, en la Rambla, mató a 13 personas e hirió a decenas. Dos meses antes, en Londres, varios terroristas embistieron con una furgoneta a los viandantes que encontraron a su paso, antes de ponerse a acuchillar en masa en el centro turístico del mercado de Borough. El autoproclamado Estado Islámico reivindicó ambos ataques, junto con otros atentados con automóviles en ciudades como Berlín, Estocolmo y Niza.
ISIS no es el único grupo terrorista que utiliza vehículos para sus atentados. En Palestina también han llevado a cabo atropellos de este tipo y, más recientemente, los extremistas de la derecha radical están empezando a usar automóviles con fines violentos en Gran Bretaña y en Estados Unidos.
En una marcha de los supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia (EE UU), el mes pasado, un hombre mató a una persona e hirió a 19 más estrellando su coche contra los manifestantes anti-racistas. Además, otro extremista de ultraderecha mató a una persona en Londres e hirió a 11 en junio cuando embistió una furgoneta contra una multitud de personas que estaban a las afueras de una mezquita.
El pasado domingo en Vancouver, Washington (EE UU), un hombre fue detenido después de intentar arrollar a un grupo de manifestantes anti-fascistas.
Las autoridades se esfuerzan por evitar los atentados con vehículo, que desde hace tiempo promueven los grupos extremistas como medio para que sus seguidores siembren el caos sin necesidad de un apoyo directo de una organización terrorista. Al menos desde 2014, la propaganda de ISIS pidió a sus fieles a usar "vehículos como arma de guerra" para atacar a "los enemigos de Alá".
Muchas ciudades han instalado bolardos de seguridad para protegerse de tales ataques en zonas de mucho tráfico, como en Times Square, en Nueva York. No obstante, rodear todas las calles y eventos con barreras no es una solución viable. Después del atentado con camión en un mercado navideño de Berlín, el jefe de Policía de la ciudad, Klaus Kandt, explicó a los reporteros que defenderse de los vehículos era tan difícil porque el número de blancos fáciles es ilimitado.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano