La educación no es unilateral
Hablar de educación siempre es delicado. Hay muchos aspectos en los que fijar la atención y muchos objetivos por alcanzar. Es importante estar en un proceso de renovación y de reflexión continuo para que el grado de satisfacción de toda la comunidad educativa sea el adecuado. Por eso no acabo de entender la decisión que parece haber tomado la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana: eliminar 30 aulas en 1º de Bachillerato concertado para el próximo curso. Supongo que responde a una necesidad económica, porque si en realidad se tratara de cuestiones ideológicas, peligraría gravemente nuestra libertad de elección. Bueno, aun así, si lo llevan a término, peligra.
Me explico: está claro que la etapa de Bachillerato no es obligatoria, pero es una realidad que sigue siendo la opción escogida por la mayoría de los estudiantes. También es cierto que los jóvenes se encuentran en una edad más avanzada que cuando acaban primaria, pero muchas familias se decantan por los centros concertados porque, en gran medida, les ofrecen la posibilidad de tener continuidad hasta casi la mayoría de edad, y ahora no entienden por qué se les obliga a matricular a sus hijos en centros que no conocen. Y éste es otro punto caliente: las fechas que han escogido para dar la noticia (en plenas vacaciones de Pascua) y los plazos tan ajustados que han dejado (el 22 de mayo empieza el proceso de admisión de Bachillerato).
Resulta extraño que elijan un periodo de descanso para comunicar una decisión tan importante, y además que lo hagan por la prensa. De hecho, en la mayoría de los casos, la confirmación de las unidades anuladas ha llegado una semana después de haber sido publicada la noticia y por vía telemática. Una vez recibida, sólo disponen de 10 días hábiles para presentar alegaciones.
En un intento de defender la libertad de enseñanza, los centros afectados han creado una plataforma. Desde ella están recogiendo firmas y preparando acciones para mostrar el desacuerdo de un gran sector de la población de la Comunidad.
No se entiende que, a pesar de cumplir con todo lo que se pedía: tener alumnado por encima de la ratio, estar llevando a cabo proyectos innovadores, haber contratado a profesores de centros en crisis, etc., la resolución sea ésta.
De momento, se está preparando una movilización para el sábado 6 de mayo. Ojalá ese acto sea suficiente para hacer ver a nuestros gobernantes que eliminar la educación concertada no es la medida más adecuada para equilibrar la balanza social. Podemos seguir conviviendo con la pública y la privada. Servimos de elemento cohesionador. Acabando con nuestro trabajo impiden la libertad de elección a un amplio sector de las familias. Curiosa decisión democrática.