La consecuencia de un Congreso que no está adaptado: así ha tenido que votar Echenique
Una imagen impropia de la época actual.
El Congreso ha dejado protagonista este martes una imagen impropia del siglo XXI.
Durante la apertura de la XIII Legislatura, el diputado de Podemos Pablo Echenique no ha podido votar como el resto de sus compañeros porque el edificio no está adaptado para personas con discapacidad.
El resto de los representantes han abandonado su escaño, bajado las escaleras y depositado en una urna su voto para elegir al presidente del Congreso.
Pero Echenique no ha podido hacerlo y han tenido que subir la urna hasta su posición, en lo más alto del hemiciclo, el llamado ‘gallinero’, que es el único sitio al que Echenique puede acceder con su silla de ruedas.
El edificio del Congreso se construyó en 1843 y no se contempló la casuística de diputados con problemas de movilidad, por lo que el acceso al resto de asientos se produce mediante escaleras. Esta deficiencia ha sido denunciada en diferentes ocasiones por colectivos de representantes de personas con discapacidad física.
No será la única dificultad que tendrá que afrontar Echenique en su estancia en la Cámara Baja. Dada su dependencia, no podrá comparecer en la tribuna de oradores, situada entre dos escalinatas, ni en los nueve sillones reservados a la Mesa del Congreso. Frente a ello, se dispone de un protocolo ya utilizado: colocar una mesa en el suelo del salón, muy cerca de dónde se emplazan las taquígrafas.
El caso de Echenique no es único en la historia de la cámara, pero sí resulta más llamativo por la relevancia que tiene en Unidas Podemos. Su peso como secretario de organización y una de las caras más visibles del partido le llevarían, a buen seguro, a situarse junto a Pablo Iglesias e Irene Montero.