La balanza de Feijóo, amor y oportunidad (de futuro) frente a consenso y pragmatismo
Feijóo es lo que se lleva: un líder sin ideología y pragmático.
El consenso en el PP y el pragmatismo político del personaje explican el por qué Alberto Núñez Feijóo podría ser candidato del Partido Popular frente a una mujer, en un momento en el que presentar una fémina a la presidencia del Gobierno da réditos electorales. Tres nombres suenan más que las campanas de la catedral: Soraya Sáenz de Santa María, Dolores de Cospedal y Ana Pastor. Cada una tiene su público, pero las dos primeras traen ecos de futuras guerras y Pastor no quiere ni loca, confirman sus amigos. Así las cosas, el presidente gallego, que gana por mayorías absolutas en su tierra, debería tenerlo bastante claro para venirse a Madrid. Pero... hay peros.
El amor y la oportunidad del momento son los peros que Alberto Núñez sopesa e inquietan en los entornos que le ven como solución. Hace poco más de un año que Feijóo y Eva Cárdenas fueron padres, tras una relación discreta de un lustro. Ella es la directora general de Zara Home y está feliz en Galicia, con su hijo y su trabajo, y no le seduce nada Madrid, insisten los amigos de la pareja, quienes dan por hecho que el tema familiar puede ser manejable. Pero el presidente de Galicia valora seriamente la oportunidad del momento. "Siendo realistas, es más que probable que quien se enfrente a Pedro Sánchez en las próximas elecciones generales -año o año y medio- tiene muchas posibilidades de perderlas. Tendría que gestionar de forma desastrosa -y su Gobierno nos lo ha puesto difícil- para que se equivoque tanto. Digerir que te vienes a Madrid y trasladas a tu familia para perder es difícil. No es ya un niño, va a hacer 57 años", reflexiona un compañero del presidente de la Xunta.
Sin emoción
Lo cierto es que no hay gran emoción ante la elección de un nuevo candidato, y eso se palpa en cuanto se realiza una ronda de contactos a todos los niveles, ya sea en Galicia o en Madrid. "Feijóo es lo que se lleva, un líder sin ideología, pragmático, no arrastra 'familia', pues salvo Conde, el conselleiro de Economía, los demás son mediocres y es improbable que desembarque en Génova con súper equipo. No sería raro que Santamaría acabase haciendo ticket con él como portavoz en el Congreso, si se viene. Tampoco tendría problemas con la otra gallega de pro, Ana Pastor", analiza un dirigente popular que apunta que tanto Feijóo como Pastor han coincidido en gestos, como respaldar la acogida de los 629 inmigrantes del 'Aquarius' desmarcándose de la línea oficial del PP.
Entre una parte del partido se percibe como inevitable que nada cambie, aunque las voces críticas ante el continuismo en el sistema de elección se multiplican. "Estamos perdiendo la oportunidad de dar una imagen renovada, más acorde con los tiempos", se lamenta un joven diputado. "Nos estamos equivocando al no aprovechar para mandar una señal de que hemos cambiado", señala uno de los dirigentes de menor edad. "El tiempo corre a favor de Pedro Sánchez, por eso hay que elegir ya a un sucesor. Lo cual no quita que, en lugar de a Luis de Grandes, se hubiera elegido a un organizador más joven. Luis tiene 73 años, fue portavoz en el Congreso hace 22 años y resulta un poco añejo. Es un detalle. Al menos podíamos haber tratado de escenificar que hay democracia interna. Es lo mismo que hace Albert Rivera, parece que lo eligen las bases. Mira cómo acabó Carolina Punset cuando denunció que las primarias telemáticas no eran fiables. Aquí, ni eso", apunta la misma joven señoría.
La desgana se observa en todos los ámbitos del partido, aún bajo el shock del Gobierno Sánchez, y de nuevo el consenso alrededor del presidente gallego se convierte en su mejor baza. "Alberto tiene más chiste de lo que parece. Siempre ofrece la misma expresión, pero detrás se esconde un señor pragmático, que ha sabido mantenerse por encima de las rencilla y con buen cuidado. No es tan fácil en mi partido", argumenta una veterana de Génova, que ha dirigido varios equipos dentro del PP. "Feijóo es el mejor candidato. La confrontación abierta, que podrían provocar Cospedal o Soraya no se va a entender bien porque en este partido no se lleva", explica un exasesor de Rajoy que cita entre las cualidades del gallego que "Alberto dejó a Ciudadanos a cero en Galicia".
Resignación mezclada con cierta tristeza en tiempos en los que cada uno se ocupa de lo suyo -todo el mundo tiene algún compañero, amigo o familiar que ha perdido su puesto con los cambios en Madrid o lo puede perder en las próximas elecciones autonómicas o municipales- y que marcan hasta los timbres de voz y las caras de quienes hablan sobre la sucesión. Con mucha pereza, pero inevitable.
Los 'fofideológicos' Feijóo y Rivera
Se llevan los fofideológicos tanto como los fofisanos. Feijóo y Rivera forman parte de ese grupo. El primer objetivo del PP es machacar a su rival Ciudadanos que, además de quitarle votantes, podría formar Gobierno con Sánchez en la próxima legislatura, lo que no desagradaría al mundo económico. "Feijóo es una persona sin ideología cerrada, lo mismo que Rivera, por lo que va a adaptarse a lo que tenga que hacer o decir para mejorar las expectativas", explica un colega gallego del presidente gallego, que lo considera un punto a su favor. En el Congreso, un amigo de Rajoy cree que tiene una imagen moderna, tecnocrática y resolutiva (aunque no lo sea): "La realidad es que, si miras qué ha impulsado en Galicia, hay que decir que nada. Se ha limitado a ajustar el presupuesto, que es algo que venía impuesto desde Madrid, pero no ha tenido ningún proyecto que lo defina. Sus ideas son mantenerse en el poder y ganar, y en eso pone todo su empeño, algo que no le viene mal a este partido".
Otro de los aspectos que sobresalen del presidente de la Xunta, según sus compañeros, es que territorialmente puede presumir de tener un proyecto gallegista en una comunidad que no da problemas. Un hit que vender frente a Cataluña. Y como anécdota, comparte padrino con Rajoy, José Manuel Romay Beccaría, actual presidente del Consejo de Estado, al que condecoró con la medalla de oro de Galicia hace justo un año.
"Tiene mochila pero le pesa poco. Lo de Marcial Dorado –en referencia a las famosas fotos con el capo del contrabando- ya está amortizado y la Gürtel lo va a rozar de refilón. Aunque Pablo Crespo sale de aquí, era un hombre de Xosé Cuiña –delfín de Fraga-, Feijóo lo mantuvo poco tiempo", especifica un gallego próximo al posible candidato para coger el testigo de Rajoy. "Tiene alguna mancha de aceite pero, ¿quién no tiene ninguna?".
Limpito y aseado
Con una lista tan larga de corruptos condenados por la Justicia, Feijóo les resulta tan limpio y aseado como Soraya Sáenz de Santamaría, conocida por su capacidad para que no le salpique ni una gota de barro. Con la exvicepresidenta hay un nexo de unión, Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente del PP andaluz, protegido de Santamaría y buen amigo de Feijóo, que teme que con la llegada de otro presidente lo muevan la silla.
"Feijóo controla el partido en Galicia, excepto Ourense. Por lo tanto ya tiene un territorio que lo va a apoyar. Tiene relaciones muy intensas con Juan Vicente Herrera, yo creo que está detrás de él. Ambos han coincidido en apoyar la llegada de los inmigrantes rechazados por Italia. También se lleva muy bien con Moreno Bonilla en Andalucía, aunque sea un hombre de Soraya. No me extrañaría que hiciera ticket con ella, para que se quede como portavoz en el Congreso. Cospedal no ha logrado hacerse con liderazgo en el partido y tiene un marido con pasado". Estas son las cuentas de otro compañero de partido gallego que sigue sus pasos de cerca.
Haber estado lejos de Madrid y, por tanto de Rajoy, es otra las ventajas más citadas. "Siempre ha tratado de mantener las distancias haciendo alguna declaración que marcara diferencias", dice un joven diputado. Entre los problemillas con los que puede tropezar, en caso de que sea el elegido, surge la relación con los medios. "Está acostumbrado a que los medios en Galicia sean afines o benévolos y el trato será muy diferente al que va a encontrar en Madrid. De hecho, Jordi Évole ya lo dejó en una situación difícil porque no está habituado a que lo pongan contra las cuerdas. Allí, los más críticos lo ven como un Gallardón de ahora, un verso suelto al que no hay que atizar", explica un dirigente popular.
Implacable a la hora de prescindir de la gente al modo PP, apartándolos y mandándolos lejos para que no molesten, ya hay quienes están tratando de reposicionarse sin ruido por si al final va a ser verdad que se instala en la séptima planta de Genova 13.
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