La AEMET desvela lo más peligroso de la borrasca Efraín: esos rayos tienen hasta 300 kA
Ha dejado mapas cubierto por rayos positivos.
La borrasca Efraín ha dejado, según ha informado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), mapas cubierto por rayos positivos, “mientras que en mapas de otras estaciones como primavera o verano acostumbramos a ver más rayos negativos”. Así, la AEMET ha explicado este domingo en un hilo de Twitter por qué se produce esta diferencia.
“Una nube de tormenta o cumulonimbus se suele modelar como un dipolo o un tripolo”, han señalado. “En ambos modelos la parte superior y que se extiende horizontalmente, el yunque, contiene la mayor parte de la carga positiva y en la parte inferior de la nube se concentra la carga negativa”.
A continuación, ha apuntado que hay diversas teorías que intentan explicar esta estructura de carga. En una de las principales teorías, ha concretado, el granizo que cae toma la carga negativa al chocar con partículas de hielo ascendentes y menos pesadas, que toman carga positiva.
“Los rayos pueden ser nube-nube, intranube (entre los diferentes centros de carga de la nube) o nube-tierra. En este último caso, una corriente de cargas de la nube (llamada guía) se ve atraída por la carga del signo contrario que hay en tierra”, ha escrito en la red social del pájaro azul.
Cuando la corriente que baja de la nube entra en contacto con la corriente que sube desde tierra y que lleva cargas del signo contrario se produce la descarga que llamamos rayo, ha resaltado. “El rayo es positivo si la carga que baja tiene ese signo y es negativo si baja carga negativa”.
Pero también puede ocurrir lo contrario, ha destacado, que sea la corriente terrestre la que suba: “Por lo que las descargas luminosas pueden ir de abajo a arriba (el caso más común) o de arriba a abajo (por ejemplo, cuando hay objetos puntiagudos en rascacielos)”. En total, el 90% de los rayos suelen ser negativos y el 10% positivos.
Pero estos últimos suelen formarse con mayor frecuencia en invierno. Y para la AEMET la clave está en esto último. “Para que se forme una nube de tormenta, se necesita una superficie cálida, que haga ascender el aire por convección y condense, además de humedad”, ha contado.
Mientras, “las tormentas eléctricas suelen formarse más en primavera y verano, ya que el suelo está más caldeado y las temperaturas son más altas, permitiendo que su extensión y dimensiones verticales son mayores. De ahí que en invierno la región de carga negativa tenga un desarrollo menor”.
Y ha resaltado que otra pista está en que los rayos positivos se suelen dar en la fase disipativa de la tormenta, cuando se ha descargado la mayor parte de la carga negativa en rayos negativos y solo sobrevive la parte superior del cumulonimbus.
De esta forma, la borrasca Efraín ha traído a España “una buena inyección humedad y temperaturas mínimas más altas de lo normal, ingredientes favorables para la formación de cumulonimbus, suficiente para generar nubes de tormenta, pero han dejado una mayor cantidad de rayos positivos”.
Además, la AEMET ha plasmado que “los rayos positivos son más peligrosos que los negativos por su alta intensidad de corriente, unos 300 kA”. En incendios, incluso, se han llegado a contabilizar hasta un 25% de rayos positivos tierra-nube.